La 77 edición de Cannes abre este martes sus puertas bajo una fuerte agitación del movimiento #MeToo, mientras los responsables del festival reconocen que no tienen un plan específico para afrontar eventuales acusaciones que afecten a artistas con películas en la programación.
Por un lado, nueve mujeres han denunciado públicamente de abusos sexuales -incluida una violación a una joven de 15 años- a Alain Sarde, uno de los grandes productores franceses, calificado de “mito” por el delegado general de Cannes, Thierry Frémaux.
Por otro lado, un centenar de personalidades del mundo del cine, entre ellas Juliette Binoche o Isabelle Adjani, publicaron hoy una tribuna en la que denuncian la inacción de las autoridades frente a las denuncias de abusos sexuales en el séptimo arte.
Y los responsables de Cannes no son contundentes en sus respuestas. En una rueda de prensa celebrada ayer, en la víspera de la inauguración, Frémaux deseaba ayer un festival “sin polémicas” y evitaba responder sobre las informaciones aparecidas en algunos medios franceses que alertaba de la inminente publicación de nuevas acusaciones de violencia sexual en el mundo del cine.
Mientras que la presidenta del festival, la alemana Iris Knobloch, reconoció hoy en un encuentro con un reducido grupo de medios de comunicación, entre ellos EFE, que no cuentan con un plan concreto para enfrentarse a casos que puedan hacerse públicos durante la celebración de Cannes.
“Te das cuenta cuando empiezas a pensar en ello que es casi imposible tener un plan porque depende realmente de la situación específica”, señaló Knobloch, para quien “hay muchos matices diferentes sobre se acusa a esta persona de mal comportamiento moral o se la acusa de haber violado a alguien…”, además de si se trata de una acusación pública o de una denuncia policial.
Porque desde hace días en algunos medios franceses y en redes sociales circula una lista de diez nombres de directores, productores o actores franceses que estarían implicados en casos de abusos sexuales. Algunos de ellos deberían estar estos días en Cannes para presentar sus últimos trabajos.
Por el momento la acusación más clara es la que publica el último número de la revista Elle, que cuenta con los testimonios de las nueve mujeres que acusan -pública pero no judicialmente- a Sarde.
Un productor muy conocido en Francia, que está detrás de títulos como Mulholland Drive, de David Lynch, o El pianista, de Roman Polanski. Más de 200 películas llevan la firma de Sarde, de 72 años, y que ha ido abandonando el cine en la última década.
La actriz Annelise Hesme, hoy de 47 años, ha recordado a la revista que en 2001, cuando tenía 24, le organizaron una cita con el productor y ella esperaba que le ofreciera un papel, pero no fue así.
El productor, recostándose en su sillón, le contó que organizaba cenas con actores, directores y distribuidores y que le gustaba tener mujeres bonitas e ingeniosas como ella en la mesa. “Por supuesto, es de pago, y luego, si entre todos hay uno que te gusta, te toca a ti ganar más dinero por la noche…”, recuerda Hesme.
Empezó a sentirse mal y salió como pudo de la sala mientras Sarde le gritaba: “¿Qué es lo que quieres?, ya no es suficiente para las putas”.
Otra mujer, que trabajó en varias series de televisión entre 1990 y 2000, asegura que la violó en 1985 cuando ella solo tenía 15 años. Y una muy conocida actriz que prefiere quedar en el anonimato también cuenta que sufrió un ataque por parte de Sarde.
“Era un sistema en el que hombres poderosos observaban lo que pasaba en el mercado, actrices jóvenes, y se ayudaban con la complicidad de nuestros agentes”, asegura.
En los últimos años, desde el inicio del movimiento #MeToo en Estados Unidos, las cosas han ido cambiando y las denuncias se han multiplicado, pero no lo suficiente.
Por eso, un centenar de profesionales del cine publicaron hoy una columna en la web del vespertino Le Monde, para insistir en que “las violencias sexistas y sexuales son sistémicas, no excepcionales”.
“¿Nos escuchan de verdad?”, se preguntan las firmantes, entre las que figuran intérpretes que han denunciado ser víctimas, como Judith Godrèche, cuyo activismo provocó que la Asamblea Nacional creara una comisión de investigación y que mañana presentará un corto en Cannes titulado Moi, aussi (Yo, también) sobre violencia sexual.
En su manifiesto piden “una ley integral” contra ese tipo de violencia y exigen la salida del presidente del Centro Nacional del Cine (CNC), Dominique Boutonnat, acusado de agresiones sexuales.
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