La sombra del movimiento #MeToo planea sobre Cannes y sobre el cine en su conjunto y gracias a ello ha habido “cambios sustanciales” en la construcción de un ambiente seguro para las mujeres, afirmó este martes la cineasta Greta Gerwig, presidenta del jurado de la competición del festival.
“Creo que la gente de la comunidad del cine está contando historias y tratando de cambiar las cosas para mejor”, lo que ha producido cambios sustanciales en temas concretos, como el derecho a contar en los rodajes con un coordinador de intimidad, algo que antes no existía.
Se trata de construir un ambiente seguro, es algo “que está en las conversaciones y continuará estando (...) Vamos en la buena dirección”, afirmó la realizadora en la rueda de prensa del jurado de la 77 edición de Cannes, que se inauguró este martes.
La directora de Barbie contestaba así a las preguntas sobre la creciente polémica en Cannes tras nuevas revelaciones de casos de violencia sexual -contra el productor Alain Sarde- y la publicación de un manifiesto de cien mujeres del cine -entre ellas Juliette Binoche e Isabelle Adjani- en el que piden “una ley integral” contra ese tipo de violencia.
Junto a Gerwig, en el jurado están las actrices Lily Gladstone y Eva Green, los actores Omar Sy y Pierfrancesco Favino, la realizadora Nadine Labaki, la guionista Ebru Ceylan o el director japonés Hirokazu Kore-Eda.
Completa el jurado el director español Juan Antonio Bayona, que señaló que el problema de la violencia sexual “no afecta al cine específicamente”, sino a la sociedad en la que vivimos, y en el cine es un reflejo.
“Aquí estamos para valorar películas que están en contacto con el momento que vivimos y evidentemente todos somos sensibles a ello”.
Otro de los cambios que se ha producido en los últimos años en el cine es el aumento de mujeres en todas las áreas cinematográficas y un ejemplo de ello es este jurado de Cannes, compuesto por cinco mujeres y cuatro hombres.
“Hace 15 años no me podía imaginar el número de mujeres que estaríamos no solo en festivales, también en el mundo de distribución o la producción”, resaltó Gerwig.
Mientras, Labaki destacó la importancia del cine para “ahondar en la naturaleza humana, en la condición humana”.
Las películas sirven para “abrir nuestros ojos a historias que no conocemos, para cambiar de perspectiva y cambiar algo en el mundo”. Esas son las historias en las que la realizadora libanesa está interesada, como directora y como espectadora.
“Queremos ser sacudidos” por las películas, afirmó Labaki, que cree en el poder del cine y en el hecho de que “habla en tu frecuencia emocional”, que es lo que ella trata de hacer como realizadora y es lo que espera ver como jurado.
Porque está convencida de que una de las herramientas que puede cambiar la situación no tan buena del mundo de hoy es el arte y el cine, como manifestación artística. “Hay que encontrar una forma más tolerante de ver filmes y de vernos unos a otros como seres humanos”, agregó.
En la rueda de prensa también se habló de la amenaza de huelga de los trabajadores de Cannes, que piden una mejora de sus condiciones sociales, laborales y económicas y a los que Gerwig mostró su apoyo.
“Espero que el festival y los trabajadores lleguen a un acuerdo que sea bueno para ellos. Es muy importante que la gente tenga protección a todos los niveles”, dijo la presidenta del jurado.
Mientras que Gladstone, la primera actriz indígena en optar a un Oscar -por su trabajo en Los asesinos de la luna- puso su voz al servicio de los indígenas y de su mala representación en el mundo del cine.
Aunque aseguró que durante toda su vida se ha resignado a que las poblaciones indígenas no estuvieran representadas de forma realista en el cine, consideró que se está produciendo un cambio, porque “no puede existir una sola perspectiva” para contar historias.
Y en cuanto a su labor en Cannes, que todos calificaron de “sueño hecho realidad”, coincidieron en que lo que buscan es dejarse sorprender y emocionar por las historias.
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