¿Cuántas veces se han presentado Interpol en los suelos mexicanos? Incontables, quizás. Muchas bromas de ser una banda que toca “cada fin de semana”, que “ya deberían pagar impuestos”. Y más. Todo aquello quedó eclipsado, al menos de momento, por un gran recital por parte de los estadounidenses haciendo vibrar la máxima plaza capitalina con sus hits.
Paul Banks y compañía no sólo ofrecieron su música para más de 160 mil personas en el Zócalo de Ciudad de México, si no también conllevaron toda una semana previa en la que se involucró un Pop Store con mercancía oficial, una galería con fotografías de ellos tomadas por fotógrafos mexicanos, y también, un concierto gratuito y exclusivo para solo 150 fanáticos (por invitación) en el Pabellón Oeste. Todo esto, para bendecir a su máxima comunidad de escuchas en el mundo.
De vuelta al Zócalo, en un día grandioso, el escenario ya estaba esperando, y con ello, la gente se fue acumulando en el pasar de las horas; un mariachi salió a apaciguar la espera y tocar algunos covers a Interpol. A las afueras, en calles aledañas, las almas se congregaban para pasar el leve filtro de seguridad policial.
Uno de los anuncios más sorprendentes fue el que Water From Your Eyes sería la banda de apertura al concierto. Un dúo estadounidense que viene creando ritmos etéreos y frenéticos desde hace algunos años. Y como la mayoría de los actos de apertura, tuvo la aprobación de muchos, pero también la negativa de otros cuantos después de dar una presentación con mucho encanto.
La caída de la tarde hacía más decorativo el ondeo de la bandera tricolor por encima de todos nosotros, y también por encima se colocaba una leve nube gris que terminó por hacernos caer unas gotas de refrescante lluvia acompañada de aire fresco. Vaya que vino bien aquello.
Y puntales, de verdad muy puntuales, Interpol comenzó su set con “C’mere”, poniendo los gritos de todo mundo al aire, sin dejar de destacar el cántico de los más fans de la agrupación neoyorquina. De ahí, más hits con “Say hello to the angels”, “Narc”, “My desire”, “Obstacle 1”, “Lights” y “Pioneer to the falls”.
Las canciones de Interpol decoraban el buen ambiente familiar que se vivía y sentía en la plancha del zócalo y en los alrededores. Muchos niños, muchos adultos mayores, mucha gente que no tenía, incluso, la menor idea de qué se iba a encontrar en el escenario, pero que aún así estaban dispuestos a llevarse una buena sorpresa y pasar un rato agradable con su familia.
El perfecto español de Paul nos mencionaba lo que México significaba para Interpol en su carrera, que ya muy amplia, honraba con tocar para tantas personas en el país que más les ha dado.
Se escuchó y se cantó “Rest my chemistry”, “PDA” y “NYC”; esta última a luces encendidas del público con sus celulares, y después otro de los momentos más esperados de la noche: “Evil”, con la mayor euforia en cuanto a canto se refiere.
“Slow hands” cerró una primera parte en la que bastantes personas fueron abandonando el zócalo, pero la banda regresó para tocar “Untitled”, “No I in threesome”, y ahora sí despedirse con “Stella was a driver and she was always down”.
Interpol realmente no será el acto en vivo de tu vida, a menos que seas muy fan, pero es una banda que ha sabido sobrellevar con los años ese mismo acto con sus hits pilares que enaltecieron a toda una generación. Ahora, pueden presumir que en su país favorito dieron el concierto de su vida con más público en su carrera.
Sean bienvenidos cuantas veces quieran, Interpol. México siempre los abrazará.
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