En una noche mágica y llena de emociones, la talentosa cantautora coahuilense, Vivir Quintana, hizo vibrar el Lunario del Auditorio Nacional el pasado 16 de febrero con la presentación de su más reciente producción musical, Te mereces un amor. El evento trascendió las barreras de un simple concierto para convertirse en un escenario de amor y consciencia.
Desde el inicio, Quintana dejó claro que su propósito no sólo era entretener, sino también enviar un mensaje profundo a la sociedad. Consciente del poder de sus palabras, se propuso desafiar los patrones dañinos presentes en las relaciones actuales, convirtiendo su música y el escenario en un medio para transmitir un mensaje poderoso y necesario.
La velada comenzó con la proyección de un videoclip emotivo que repasaba la trayectoria de Quintana, creando la antesala perfecta para un espectáculo cargado de significado. “Estoy muy contenta de compartir esta noche con ustedes”, expresó la artista, agradeciendo a un público que se entregó por completo a su primer concierto en el Lunario.
El setlist abarcó una variedad de emociones, desde la ternura de “La casa de la esquina”, guiada por las palabras de su madre, hasta la fuerza de “Al tiro”, un corrido que narra las experiencias de mujeres privadas de libertad por defenderse de sus agresores.
“Les quiero contar que hace unos años (2018) empecé a darme cuenta de que en México había muchas mujeres privadas de su libertad por defenderse de sus agresores; les dijeron ‘te defendiste mucho’. Hoy quiero contar su historia en primera persona”, sentenció.
Quintana tiene planes de anunciar un proyecto especial para 2024, reconociendo la complejidad y la responsabilidad que implica abordar estas historias con respeto.
La inclusión fue un elemento destacado en el evento, con la presencia de la escuela de Lengua de Señas Mexicana, que permitió a personas sordomudas disfrutar del concierto.
Luego seguió con “Yo te espero”, “Las vecinas” y “Corazón de ave” para así, presentar a su primera invitada de la noche, la guatemalteca Sara Curruchich, para cantar “Solas ya no más” momento que conmovió a más de uno en el recinto creando un momento único de sororidad.
“Es importante usar los micrófonos y el corazón para hablar de éstos temas”, dijo Quintana mientras la audiencia cada vez se sumergía más en un sentimiento de amor profundo y resistencia por las injusticias respecto a la violencia de género que sufren las mujeres en México y en el mundo.
Después de cantar “Besar” y un nostálgico “A pesar de ti”, Quintana rindió homenaje a compositoras femeninas al interpretar canciones como “Mi playa”, de Ely Guerra; “No te quiero perder”, de Carla Morrison; “Limón y sal”, de Julieta Venegas; “Si tú me quisieras”, de Mon Laferte, y “Hasta la raíz”, de Natalia Lafourcade.
“Mi música, mi persona y mi corazón no es separatista porque encuentro compañeros que se interesan en la vida de mis compañeras”, dijo como antesala para presentar a su segundo invitado, David Aguilar, quien con guitarra en mano cantaron “No hay novedad” tema de Los Cadetes de Linares, en versión acústica.
Después de cantar “Adiós, adiós” acompañada de una música tocando el saxofón, nos compartió una interpretación excelente y conmovedora de “Cucurrucucú”, el clásico huapango mexicano y posteriormente “Todo cambia” de Mercedes Sosa para luego anunciar a su tercera invitada de la noche. Fue con fue Cecilia Toussaint con quien compartió escenario y tomadas de la mano cantaron “Pasarás”.
Empezaron a sonar consignas del movimiento feminista entre el público mientras en las orillas del recinto se ondeaban las banderas de México y de la comunidad LGBTQ+ después del último tema con Toussaint: “Abajo el patriarcado se va a caer, se va a caer. Arriba el feminismo que va a vencer, que va a vencer”.
Cada vez se sentía más el poder femenino dentro de la sala y entonces, la artista originaria de Francisco I. Madero y su banda formada solamente por mujeres, empezaron los acordes de “Canción sin miedo” y una a una, las asistentes comenzaron a leventarse de su asiento para entonar el que se considera una canción emblema y estandarte del movimiento feminista. Alzaron su puño derecho (señal del feminismo que hace referencia a la resistencia y a la lucha de las mujeres contra el patriarcado).
“Ni una más ni una más, ni una asesinada más” gritaron como consigna las asistentes entre el público al terminar dicho tema, creando un momento conmovedor que resonará en la memoria de todos los presentes.
Cuando parecía que la velada llegaba a su fin con “Enamorada”, Quintana sorprendió al público al cerrar con “Te mereces un amor”, una canción que inicialmente no estaba destinada a ser el nombre del álbum pero que, según la artista, otorga sentido a la obra en su totalidad.
Vivir Quintana no solo ofreció un concierto inolvidable, sino que también reafirmó su compromiso con la lucha contra la violencia de género. Su música, su persona y su corazón se presentaron como herramientas y vehículos para la construcción de un México y una sociedad más justa. La noche en el Lunario fue más que un concierto; fue un acto de amor y conciencia que resonará en los corazones de quienes tuvieron el privilegio de presenciarlo.
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