Opinión

Con razón Bartlett se reía

Con razón Bartlett se reía

Con razón Bartlett se reía

La Crónica de Hoy / La Crónica de Hoy

“Cuando vio la multitud, Subió al monte; y al sentarse él, se le

acercaron sus Discípulos.

“Y abriendo su boca, les enseñaba diciendo:

“Bienaventurados los pobres en Espíritu, porque de ellos es el reino de

los cielos”.

Con estas palabras, cuya profunda humanidad ha trascendido el

tiempo, relata Mateo, el evangelista, el principio del Sermón de la

Montaña, cuya resonancia resume los fundamentos del credo

cristiano. Una belleza, una emoción.

Hoy los pobres tabasqueños no tienen el reino celestial, sino el mundo

acuático. Todos anegados como en triste charca de pejelagartos o

caimanes.

Los pobres han sido utilizados siempre como pieza central de una

eterna oratoria de reivindicaciones aplazadas por el tiempo y las

codicias de clase.

La falta de piedad, la ausencia de caridad, la negación de la empatía

hacia quienes poco o nada tienen y menos logran cuando se les viene

encima el torrente liberado de una presa funesta, cuyos volúmenes de

almacenamiento aumentan —año con año—, sin nadie para imaginar a

tiempo rutas de desfogue hacia otros depósitos; construcción de

represas, vasos de regulación o alguna otra solución de ingeniería

para evitar las inundaciones voluntarias, selectivas y desastrosamente

producidas —no por la lluvia—, sino por la mano del hombre. Eso es.

Hoy, luego de la rabieta tabasqueña del gobernador Adán Augusto

López y su demanda contra el Director de la CFE, el sonriente Manuel

Bartlett, el Señor Presidente nos dice la verdad: la decisión fue suya.

¿Y ‘ora?

Por su elección entre las decisiones inconvenientes, el agua no se fue

toda hacia Villahermosa, con su infraestructura urbanizada y se prefirió

dejar bajo el agua las tierras bajas de los indios chontales, pobres

entre los pobres.

“…Tuvimos que optar entre inconvenientes; no inundar Villahermosa y

que el agua saliera por el Samaria, por las zonas bajas. Desde luego,

se perjudicó a la gente de Nacajuca… los más pobres, pero teníamos

que tomar una decisión, ahora ya estamos ayudando allá, abajo, y

donde vive la mayoría de la gente de Tabasco se evitó una inundación

mayor…”

Los hombres y mujeres de la etnia chontal, quienes a sí mismos se

llaman yoko yinikob (“hombres verdaderos”) y yoko ixikob (“mujeres

verdaderas”), y hablan el yoko t’aan (“la lengua verdadera”), están hoy

sumergidos en un verdadero desastre; pero como les dijo la muy

solidaria y no menos tartamuda directora de la Comisión Nacional del

Agua, Blanca Elena Jiménez, allí les tocó vivir. No chillen, le faltó

sugerir.

Una vez explicado el motivo de tan desastrosa condición, quizá Adán
Augusto enrolle su demanda contra Bartlett y se la guarde allá donde
nunca le da el sol, porque ni pensar en ampliarla hasta el jefe del
Ejecutivo, quien fue —como en el “culiacanazo"—, quien tomó la
tremenda decisión.

Ni modo, como también decía Carlos Pellicer: “…el agua esta viva y
el tiempo es agua…"Aguarden el reino de los cielos y mientras eso
llega, regocíjense, ya no es como antes, excepto el agua, el agua
insobornable.

OAXACA. Cuando se habla de pobreza automáticamente muchos piensan en
Oaxaca y sus pueblos aislados, montunos, cerriles, incomunicados en
los nudos serranos de la Mixteca o el Istmo.

Sin embargo por cuarto año consecutivo, Oaxaca crece por encima de

la media nacional, tres por ciento —en algunos momentos hasta

cuatro—, con lo cual mantiene una economía ascendente, cuyos

mejores momentos —dijo el gobernador Alejandro Murat en su IV

Informe—, llegarán con toda seguridad cuando opere el canal

interoceánico promovido por el gobierno federal y secundado por el

gobierno del estado.

Murat presentó exitosamente su informe en el Congreso y se refirió al

sistema de salud de Oaxaca, donde se han construido tres hospitales y

22 centros de salud después de los sismos del 2017 y se ha dotado a

los médicos y enfermeras de equipo con una inversión de 357 millones

de pesos.

“Sabemos de sobra que nada alcanzará a pagar todo el esfuerzo y el

sacrificio personal que están haciendo para salvar vidas, poniendo

incluso en riesgo la suya. Gracias a su heroico esfuerzo, hoy Oaxaca

está tres puntos porcentuales por debajo del promedio nacional de

muertes por COVID-19…”

En la parte política de su mensaje Alejandro Murat insistió en la ruta

de concordia en los tiempos de la pandemia.

Dijo que es tiempo de trabajo, de construcción de acuerdos y que las

diferencias y divergencias políticas, deben esperar al periodo electoral.

Ahora se deben resolver problemas económicos y sanitarios.