Cultura

“Los libros también requieren mantener una sana distancia en la pandemia"

El alcohol y fumigación no son la mejor opción para desinfectar documentos históricos, como los que se resguardan en la Biblioteca Nacional de México / Expertas recomiendan aislamientos temporales

“Los libros también requieren mantener una sana distancia en la pandemia

“Los libros también requieren mantener una sana distancia en la pandemia"

La Crónica de Hoy / La Crónica de Hoy

¿Cuál es el proceso de desinfección que siguen libros, revistas, periódicos y demás obras que de 2020 a la fecha se publicaron y que la Biblioteca Nacional de México tiene la obligación de resguardar en un depósito legal? Crónica presenta una entrevista con Rocío Cázares Aguilar y Alejandra Ordor Chávez, investigadoras de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), encargadas de dichas medidas de sanidad.

La Biblioteca Nacional de México cerró sus puertas en marzo de 2020 pero días antes, los libros que ingresaron se sometieron a un aislamiento.

“Todavía no se sabía tanto del virus como ahora, se sabía que podía permanecer en superficies y se creía que eso era un medio importante de contagio, ahora se ha visto que no es el principal. Empezamos a ver que lo más recomendado con los materiales era lo mismo que con los humanos: una sana distancia”, platica Alejandra Ordor, jefa del departamento de conservación y restauración de la Biblioteca Nacional.

Aunque se ha visto que el alcohol sirve pero la desinfección, añade la investigadora, ocupar esa sustancia en los documentos patrimoniales no es lo adecuado.

“Lo que nos daba miedo es que todos quisieran fumigar, de por sí cuando se trata de hongos y bacterias las fumigaciones preventivas no suele ser lo mejor, lo mejor es controlar las condiciones ambientales y de uso para evitar que crezcan los microorganismos. Con el virus es un poco lo mismo: buscar medidas preventivas”, explica.

Las investigadoras propusieron lo que se ha hecho en todo el mundo para acervos bibliográficos: aislamientos temporales de todos los documentos, libros, impresos y aquello que consulte o que toque cualquier persona, incluido el paso de materiales entre las áreas de la Biblioteca Nacional de México.

“Cuando volvamos, la propuesta será que cada vez que una persona toque un libro, éste se mantiene siete días en aislamiento en espacios destinados para eso y después el virus estará inactivo. Todo esto retrasará los tiempos pero creemos que es una medida orientada a prevenir la salud y a proteger a los libros”, detalla Alejandra Ordor Chávez.

Rocío Cázares Aguilar, encargada del departamento de adquisiciones de la Biblioteca Nacional, añade que el recinto habilitó una bodega con ocho estantes donde los materiales estarán en aislamiento temporal.

--¿Disminuyó la entrega de libros al depósito legal?

--Sí, bastante. Recibimos una cuarta parte de lo que normalmente se recibe, si no es que menos. Estimamos que se reactivará la entrega no a principios de año, sino pasados marzo.

“Los que hicimos con esos materiales que recibimos fue colocarlos en los estantes del departamento de adquisiciones, los cuáles están vacíos y los fuimos acomodando por editor, los dejábamos más de siete días aunque no hubo forma de procesarlos. El primer paso es el ingreso, después el ingreso a nuestra base de datos pero está detenido el proceso, entonces los libros ya pasaron el periodo más que necesario para que cualquier persona los pueda tomar”, detalla.

Cázares Aguilar indica que al momento del reinicio de actividades, la bodega de aislamiento temporal les servirá, “porque una vez que nos reactivemos, esperamos estar recibiendo muchos más ejemplares”.

--¿Siguieron el mismo proceso los documentos de adquisiciones?

--Sí. Estuvimos recibiendo el material que compramos porque la Biblioteca Nacional tiene un presupuesto para la adquisición de obras impresas publicadas en México o sobre México que no tengamos, en especial, obras antiguas o históricas, no contemporáneas.

“Hicimos lo mismo: recibir a los proveedores del material, aislamiento en estantería para después revisar sus condiciones y decidir si a la Biblioteca le interesa adquirirlo o no”.

Las especialistas señalan que cada biblioteca del país tendrá que analizar los usos, las posibilidades, los tipos de colecciones y los materiales que resguardan para establecer sus lineamientos de sanidad, no obstante, las medidas implementadas por la Biblioteca Nacional se encuentran de manera pública en su sitio de internet.

“La misión de la Biblioteca es recibir este depósito legal como una herencia cultural, es como si de todos los fondos antiguos no tuviéramos registro o no pudiéramos consultarlos, eso sería un hueco en nuestra misma historia. Tenemos carteles, fotografías, mapas, una colección de música, videos, películas importantes del cine mexicano…. Resguardamos materiales desde el siglo XVI hasta la fecha”, indica Cázares Aguilar.

RECUADRO DE APOYO¿Qué es el depósito legal?

Un decreto que establece la obligación de los editores y productores de material bibliográfico y documental del país a entregar ejemplares de sus materiales a la Biblioteca Nacional de México y a la Biblioteca del Congreso de la Unión para su custodia, preservación y disposición para su consulta.

Incluye la entrega de dos ejemplares de libros, folletos, revistas, periódicos, mapas, partituras, carteles y otros materiales impresos de contenido cultural, científico y técnico. Así como un ejemplar de películas, diapositivas, discos y otros materiales audiovisuales y electrónicos que contengan información.