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“Con los despidos pusieron en agonía a la Universidad del Bienestar Benito Juárez”

Desde Jopala, Puebla, el coordinador académico despedido bajo el argumento de no cumplir con el perfil para dar clases (en realidad sus especialidades en antropología lo hacen ideal para esa labor), relata lo que se vive al interior de estas instituciones con las que se quería cambiar la cara de la educación superior en México

“Con los despidos pusieron en agonía a la Universidad del Bienestar Benito Juárez”

“Con los despidos pusieron en agonía a la Universidad del Bienestar Benito Juárez”

La Crónica de Hoy / La Crónica de Hoy

Roberto Reynoso Arán, doctor en Antropología, quien hasta el pasado 30 de julio fue fundador y coordinador académico de la sede de la Universidad del Bienestar Benito Juárez (UBBJ) en el municipio de Jopala, en la Sierra Norte de Puebla, alzó la voz y así como lo han hecho otros de sus compañeros docentes despedidos, denunció que las mentiras a los profesores, a la comunidad y a los estudiantes tienen en agonía este proyecto de plantel que, más allá de sus cimientos, carece de un compromiso serio desde la misma coordinación general, y que es la realidad que se vive en estas instituciones con las que se quería cambiar la cara de la educación superior en México.

El ahora excoordinador académico de la sede la UBBJ en Jopala, comenta a Crónica que en el 2019 le invitaron a sumarse a este proyecto de universidad, cuyo objetivo sería el de llegar a las comunidades más marginadas y alejadas del país, por lo que no dudó en aportar su granito de arena por el bien de los jóvenes urgidos de más espacios académicos.

“El proyecto de una nueva universidad fue uno de los objetivos que me motivaron para sumarme y al cual me invitaron por mis conocimientos medioambientales. En ese momento no me importó renunciar a la titularidad en Antropología que yo tenía en el INAH, ya que soy investigador, por lo que ahora, al comunicarme mi despido, se me hace ridículo que después de dos años de hacer mi labor como académico y coordinador de la sede de la UBBJ, ser el encargado del enlace con la comunidad, autoridades municipales y los estudiantes, la doctora Raquel Sosa, argumente que el fin de mi servicio fue por el bajo perfil académico, eso es para dar risa”.

Roberto señala que durante dos años no sólo trabajó en sus labores académicas como fundador, sino que fue el enlace principal con los padres de familia y los estudiantes, que es lo que persigue este programa, de crear raíces entre los jóvenes, su gente y la universidad, pero al existir muchos atropellos y mentiras, este proyecto podría estar destinado a desaparecer en esta comunidad.

“Para conseguir el terreno donde se comenzó la edificación de la universidad, se tuvo que hablar con el propietario, quien a través de gestiones con el municipio, se le prometió que se le va a pagar, pero hasta ahora el señor Celedonio, una persona de la tercera de edad y que actuó de buena fe para que los jóvenes de la región y de otros municipios puedan tener su escuela, ofreció una hectárea por la que no se le pagado nada, ni un centavo. Al informarle de la situación a la doctora Raquel Sosa, ella ha guardado silencio y hasta ahora no hay respuesta de ella ni de alguna autoridad federal”.

La sede de UBBJ en Jopala está sobre un terreno que no ha sido pagado, que carece de una orden de ocupación, al dueño se le ha mentido.

El doctor en antropología considera que no existe un compromiso serio por parte de quienes coordinan desde la dirección general la UBBJ, ya que predominan las mentitas y el engaño. “No se les habla con la verdad a los docentes que se comprometen a aportar sus conocimientos sin importar que lleguen a lugares muy lejanos, en ocasiones peligrosos y a la buena de Dios, donde el compromiso por sacar adelante este proyecto académico puede más que otras cosas”.

Sobre el proyecto de construcción de la sede de la UBBJ en esta parte de la Sierra norte de Puebla, Roberto señala que ésta avanza con aportación municipal y de la comunidad y se encuentra en su etapa uno, con la construcción de un módulo y dos aulas; la segunda etapa será construir laboratorios y el tercer módulo levantar otros módulos de aulas y una biblioteca; todo esto va avanzando, pero al propietario ve que hay una construcción en su terreno sin que haya recibido algún centavo, lo que es un abuso y una arbitrariedad.

El ahora excoordinador de la sede en Jopala señala que cuando a finales de julio pasado recibió la notificación de que su servicio con la UBBJ terminaba, lo hizo saber a los padres de familia y a los estudiantes que le pidieron que no los dejara, que siguiera con la escuela, pero les aclaró que esa ya no era decisión suya.

Asimismo, refiere que para dar las clases a tres generaciones de estudiantes, les facilitaron tres aulas, una de un kínder y dos espacios más con mobiliario prestado.

“Don Arturo, dueño de dos salones que nos prestaba para dar clases a los alumnos, me llamó a mi teléfono celular y me dijo que como yo ya me iba y que fue conmigo con el que tuvo el compromiso de préstamo de las aulas y el mobiliario, entonces lo recuperaría para otras actividades, por lo que con mi salida y al no haber espacios para seguir ofreciendo las clases, este proyecto, sin espacios para la enseñanza, está en proceso de agonía”.

Asimismo, Roberto refiere que la matrícula de estudiantes es poca, de 20 la primera generación, 25 la segunda generación y la tercera 25 también, para un total de 75 estudiantes, aunque advirtió que al no haber un compromiso serio desde la coordinación general algunos alumnos ya se están dando de baja, lo que estaría acelerando que esta sede, de no tener una intervención y compromiso serio entraría en terapía intensiva.