Cultura

Crítica Aguilar Camín construcción de un mundo de éxito mediante el plagio

Existen buenos escritores sin premios, becas o puestos y hay otros con más premios, becas y puestos, que libros, añade/ Hoy presenta su reciente novela Plagio en al FIL de Guadalajara

Crítica Aguilar Camín construcción de un mundo de éxito mediante el plagio

Crítica Aguilar Camín construcción de un mundo de éxito mediante el plagio

La Crónica de Hoy / La Crónica de Hoy

El sistema de premios y reconocimientos mexicano es bastante pobre y, en su mayor parte, una rama más del gobierno y de la burocracia cultural, quienes premian bajo una lógica política y burocrática, más no literaria o cultural, señaló el escritor Héctor Aguilar Camín a propósito de Plagio, la novela que presenta hoy en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara.

“La política cultural existe en todas partes y hay escritores que se manejan muy bien en ese ámbito y quienes se manejan muy mal. Escribir y hacer política cultural son talentos muy distintos. Hay buenos escritores sin premios ni becas ni puestos. Y hay escritores con más premios, becas y puestos, que libros. Así es la vida”.

Por ello, es posible construir un mundo de éxito mediante el plagio y la influencia cultural, así lo hizo el protagonista de Plagio (Literatura Random House, 2020) a quien en unos días “se le cae el mundo” pues descubren que es un plagiario y, en consecuencia, pierde el premio Martín Luis Guzmán y el poder que tenía como director de cultura en la universidad, mientras que descubre que su mujer lo engaña con quien ha descubierto sus plagios. No obstante, “él empieza a ser un escritor, el escritor que puede ser”.

“Cae al infierno, lo pierde todo, y una vez que lo ha perdido todo, escribe lo sucedido. La historia del pillo es deleznable, pero su confesión salvaje tiene humor, porque está escrita sin concesiones”. Parte de esta caída, añadió Aguilar Camín, es el engaño de su mujer, pues el plagiario era un mujeriego que coleccionaba textos y mujeres, “El narrador de Plagio no ve realmente a su mujer sino hasta que la ve en brazos de otro. Ahí descubre la joya que es Dalia. Irónico que los celos puedan ser la contraprueba del amor. Pura justicia erótica”

Así, desde las primeras páginas y como parte de un juego literario, conocemos el desenlace de esta historia, vemos cómo se humaniza el personaje y cómo se convierte en escritor. Todo bajo la advertencia de que en el libro todo es falso.

“A los lectores y a los periodistas les importa mucho a veces saber si las historias son reales o son ficción y nunca quedan convencidos ni con una ni con otra respuesta. Lo mejor es jugar el juego de las escondidillas entre ficción y realidad. Revelar el desenlace desde el inicio es el artificio mayor que hay en esta novela. Es como un truco. Decirle al lector: ya sabes lo que va a pasar, pero en el fondo no lo sabes. Hay algo oculto aquí que necesita explicación”.

- ¿Un escritor feliz en obra es infeliz en vida?

- Hay este estereotipo romántico de que el escritor triunfa en la literatura, pero fracasa en su vida. Hay casos que prueban esto, y muy ilustres, pero los escritores que son felices escribiendo tienden a ser felices en la vida también. Mejor dicho: tienen asegurada esa parte de la felicidad que es escribir.

“Hay que hablar también de la felicidad de escribir, de la alegría de escribir, no sólo del famoso tormento de escribir, el terror ante la página en blanco, etc. Hay testimonios de Joyce carcajeándose en la madrugada mientras escribía la más ilegible de sus obras, Finnegans Wake. Ahora, los escritores sabemos siempre, al escribir, que nos quedamos cortos, y que la cosa no quedó tan bien como habíamos soñado. La obra es la calavera de la concepción, decía Walter Benjamin. Bueno, la calavera va con el oficio”.

- ¿Plagiar o ser plagiado es lo peor que le puede suceder a un escritor?

- El plagiario empieza por admirar lo que roba. Luego copia lo que le gusta para presentarlo como suyo. Lo hace para obtener un beneficio, desde luego, pero creo que también lo hace por algo más sutil: quiere apropiarse de eso que admira, quiere presentarlo como suyo. El plagiario es un impostor vanidoso, pasea su impostura frente a los demás.