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De la discordia a la batalla legal

He decidido hacer frente a las acusaciones amañadas y poner el caso en manos del mejor equipo de abogados posible: Daniel Blancas Madrigal, reportero de Crónica

De la discordia a la batalla legal

De la discordia a la batalla legal

La Crónica de Hoy / La Crónica de Hoy

Los periodistas genuinos debiéramos pugnar todos los días por la justicia a víctimas, y no burlar el tiempo de policías, ministerios públicos y jueces, con invenciones y argüendes. No es un secreto mi oposición a quienes, bajo la bandera de este noble oficio, han distorsionado un ejercicio como “la mañanera”, el cual debiera abonar a la transparencia y rendición de cuentas.

Si tan sólo fueran ciudadanos… De sobra, sabemos quiénes son.

El 4 de marzo de este año, tras una conferencia ríspida, prolífera en desencuentros entre quienes asistimos aquel día a la cobertura, intenté arrebatarle el celular con el cual nos grababa -a varios compañeros del gremio periodístico e incluso al hijo menor de edad del colega Alfonso Bárcenas, de Cadena Rasa- al exdirector de Protección Civil de la delegación Tláhuac Hans Salazar Castañeda. El incidente fue usado por él para acusarme ante la Fiscalía Especial para la Atención de Delitos cometidos contra la Libertad de Expresión de la FGR de “amenazas”.

Nunca fui notificado de la demanda por los ministerios públicos Janeth Chavarría Rodríguez y Nahúm Pedro Zárate. La figura del MP continúa en el descrédito y las pifias.

Jamás fui llamado a declarar, como tampoco testigos cruciales dispuestos a hacerlo, entre ellos periodistas de larga trayectoria en el trajín presidencial. Tampoco los diversos funcionarios de Comunicación Social de la Presidencia que presenciaron los hechos y quienes también, desde el principio, se mostraron abiertos. Este caso, de manera inevitable, involucrará al área de Prensa, Vocería y Comunicación Social de la Presidencia, para las aclaraciones y deslindes correspondientes.

Lo único que conocí del asunto en todo este tiempo, mediante el Órgano de Mecanismos Alternativos de Solución de Controversias de la FGR, fue la petición del supuesto afectado “para sentarnos a negociar” y, así, pudiese ofrecérsele una disculpa. Mi negativa se debió no sólo a la tranquilidad de conciencia y defensa a la dignidad personal, sino a la convicción de llegar a las últimas consecuencias y develar la farsa. Y vamos en camino a ello…

Durante la pandemia, abocado a contar historias humanas y trabajar reportajes sobre el COVID, dejé de asistir al encuentro presidencial, sin conocer en este lapso ninguna novedad en torno al montaje. Apenas el jueves 22 de octubre, volví a Palacio, como siempre, con la idea de consultar al presidente temas de interés público.

De manera sospechosa, ese mismo día un policía ministerial llamó para decirme que la denuncia estaba viva, en curso, y pidió un correo electrónico para mantenerme informado.

A finales de la semana pasada, en una táctica para anular cualquier margen de acción, me fue notificada vía web una audiencia judicial para el pasado 10 de noviembre. Por fortuna, el juez de control Juan Carlos Ramírez Benítez, adscrito al Reclusorio Norte, detectó las deficiencias del trabajo ministerial respecto a la nula declaración y notificación a mi persona, y pospuso la audiencia.

La historia comenzó como una provocación y un arranque del cual me arrepiento y ofrezco disculpas a mis lectores y a quienes han respaldado durante muchos años mi quehacer reporteril. Hoy, ya en estas instancias, no hay vuelta atrás. He decidido hacer frente a las acusaciones amañadas y poner el caso en manos del mejor equipo de abogados posible.

Que sirva esta resolución para destapar la verdad y castigar a cada cual por sus actos. Y para dilucidar si hay alguien “moviendo los hilos” detrás de este caso, o si hay interés de alguien por entorpecer, silenciar o intimidar a los periodistas que, de manera honesta, intentamos compartir con el presidente temas documentados, vitales para la población.

La verdad nos hará libres, refiere una frase de fe, y a ella nos apegamos. Agradezco el respaldo infinito de directivos y editores de La Crónica de Hoy, la solidaridad de mis colegas, amigos, lectores y funcionarios públicos.

Dejaremos fluir el curso legal, hasta el fin y ya en el terreno de los especialistas. Por mi parte, seguiré concentrado en mi gran pasión, mi motor de existencia: hacer periodismo en beneficio de México y su gente.