Opinión

"El español en América: de lengua de conquista a lengua patrimonial"*

En esta entrega de El Colegio Nacional para "La Crónica de Hoy" compartimos a los lectores fragmentos de esta obra de la lingüista Concepción Company Company, que forma parte de la colección "Opúsculos"

"El español en América: de lengua de conquista a lengua patrimonial"*

La Crónica de Hoy / La Crónica de Hoy

Fragmento*

Esta obra está dedicada en particular a la lengua española en América. En ella, la lingüista Concepción Company expone cómo el español pasó de ser una lengua de conquista a una lengua patrimonial. Con motivo del lanzamiento del libro El español en América: de lengua de conquista a lengua patrimonial, queremos compartir con los lectores de Crónica algunos de sus fragmentos.

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Introducción. El español en América; lengua de conquista y lengua patrimonial

En condiciones exógenas normales es imposible establecer cuándo se crea una lengua. En condiciones de conquista, sin embargo, como fue el caso del español arribado a América, es posible datar el inicio de una lengua. El español de este continente inició la segunda semana del mes de octubre de 1492, a partir de que Cristóbal Colón y sus hombres tocaran tierra en una de las islas de las Antillas, en el mar Caribe —muy posiblemente la isla Guanahaní, en el actual archipiélago de las Bahamas, llamada por Colón San Salvador—, y tuvieran los primeros contactos con los pobladores naturales de este continente

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Hubo contactos entre andaluces, extremeños y castellanos propiamente, además de con hablantes de otros dialectos peninsulares, así como contactos entre peninsulares de lengua castellana y peninsulares de otras lenguas iberorromances —como el portugués, el gallego y el catalán—, así como entre españoles y europeos no españoles, todos ellos, a su vez, en contacto y convergencia comunicativa con muy diferentes pueblos amerindios.

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[…] se agudizaron en el contacto con los pueblos amerindios, por la imperiosa necesidad de comunicarse con ellos y por la necesidad, también urgente, y seguramente no siempre consciente, de imponer el español y enseñarlo —muchas variedades de español, según los grupos, los desplazamientos y los territorios americanos—, y de aprenderlo por parte de los indígenas, un español que ya estaba bastante koineizado, nivelado o mezclado en cuanto a variación dialectal, y que fungió como lengua general de comunicación en el continente americano, primero como una lengua restringida a ciertas funciones —la administración civil, la militar, la religiosa en parte y la comercial para explotación de recursos—, posteriormente como lengua vehicular general y, finalmente, como lengua patrimonial americana.

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La suma de contactos, nivelaciones y transformaciones internas de la lengua española en América produjo un gran cambio, cultural y conceptual, mediante el cual el español pasó de ser la inicial lengua de conquista a la posterior lengua patrimonial de casi quinientos millones de hispanohablantes nacidos en América, quienes, desde hace muchas generaciones, tienen

el español como lengua materna y como única herramienta de comunicación cotidiana. El cambio en el estatus del español (lengua de conquista → lengua patrimonial) tiene dos correlatos lingüísticos, multiangulares a su vez, extrañeza e integración, que constituyen dos grandes fases históricas de la evolución del español en América y que se corresponden con el cambio conceptual arriba señalado de la siguiente manera: extrañeza = lengua de conquista, integración = lengua patrimonial. El proceso lingüístico de la suma de cambios, gramaticales, léxicos, fónicos, semánticos y conceptuales, puede resumirse así: extrañeza → integración. La segunda sucedió a la primera, como es lógico y esperado, en la historia del español en América.

Este libro trata de los testimonios lingüísticos que respaldan estas dos fases históricas y del cambio conceptual conquista → patrimonialización del español americano. Las dos fases o etapas, así como el cambio conceptual de la lengua española en América, distan de ser puntuales en el tiempo, distan de ser homogéneas internamente y distan de tener manifestaciones iguales en la vasta geografía americana, aunque sí existen fuertes similitudes para muchas áreas, como veremos más adelante. Ambas se extienden cronológicamente y ambas se solapan temporalmente, si bien es posible acotarlas en dos dilatados periodos, no nítidamente deslindados: el primero, la etapa de extrañeza, abarca en sus testimonios desde finales del siglo xv hasta la primera mitad del siglo xvii; el segundo, la etapa de integración, inicia en el siglo xviii, particularmente en su segunda mitad, y se extiende hasta la fecha.

Sin duda, ambas etapas fueron multidireccionales y recíprocas, de españoles hacia indígenas y de éstos hacia aquéllos, de otros europeos a españoles y a indígenas, de éstos a europeos no españoles, etc.; se trata de extrañeza y de mestizaje lingüístico en varios sentidos, con una óptica, adaptación e integración muy distintas, seguramente, según la direccionalidad del contacto. Este libro está centrado en sólo una de las direcciones: de las lenguas indígenas hacia el español, y apunta algunas evidencias, para la etapa de extrañeza, de cómo los pueblos nativos percibieron el contacto inicial, codificado en los testimonios de indígenas como un gran choque cognitivo y suma extrañeza.

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* El libro El español en América: de lengua de conquista a lengua patrimonial, de Concepción Company Company, está editado por El Colegio Nacional y se encuentra disponible en versión digital e impresa en la página libroscolnal.com