“Hicimos hasta lo imposible por sobrevivir y ahora nos enfrentamos a esta cruel realidad a pesar de nuestros esfuerzos todo resultó en vano”, asegura Aarón Ochoa, encargado de uno de los restaurantes más concurridos del Centro Histórico: La Pagoda, y que sin ayuda de las autoridades cerrará sus puertas tras varios meses de resistirse y con la esperanza de mejoría que pendía de un hilo.

El encargado de la popular cafetería señala que desde que comenzó la pandemia, las ventas han disminuido, al grado de que ya no se tenía el mismo flujo de clientes como en un día normal.

“Actualmente son dos los restaurantes bajo mi cargo, una semana de cierre implica una derrama económica de medio millón de pesos, y con la actual situación ya no es posible solventar los gastos en este momento crítico, donde es imposible seguir pagando el sueldo al personal”, expresó sin disimular su preocupación.

Con más de 20 años de historia, la cafetería pasa por uno de los peores momentos desde su creación, y es que frente a estos complicados meses de lucha remando contra la corriente, el encargado de este lugar anunció esta mañana su cierre por tiempo indefinido.

A través de un mensaje publicado en las redes sociales del restaurante, la decisión fue tomada debido a la grave situación de salud que se vive, los cierres de los pasos peatonales, así como las restricciones por parte del gobierno fueron algunos de los motivos por los que la Pagoda se despide indefinidamente.

“Me gustaría darles el día a todos y quedarnos en nuestras casas, pero lamentablemente los gastos siguen incrementándose y tenemos que hacer todo lo posible para garantizar la salud de todo el personal”, señala Arón.

Aarón Ochoa dijo que, si se agravan las medidas de cierre de sitios aptos para alimentos, como los restaurantes, es posible que esto termine por ocasionar el cierre definitivo del icónico restaurante.

Este lunes, con el mensaje “abrimos o morimos”, personal de restaurantes de la Ciudad de México, a los que se sumaron trabajadores del mismo gremio, pero del Estado de México decidieron abrir sus puertas a pesar de que ambas entidades se encuentran en semáforo rojo, por lo que, en esta Metrópoli, el gobierno de Claudia Sheinbam advirtió que habrá inspecciones y sanciones para quienes no acaten la orden.