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Falso que evaluadora de delegaciones IMSS sea sobrina de AMLO

A raíz de publicaciones de Latinus, de Carlos Loret, se señaló que la funcionaria Luisa Obrador Garrido estaría implicada en la tragedia de Tula, donde las lluvias y la inundación consecuente originaron la muerte de 17 pacientes en un hospital

Falso que evaluadora de delegaciones IMSS sea sobrina de AMLO

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La Crónica de Hoy / La Crónica de Hoy

La funcionaria federal Luisa Obrador Garrido empezó desde bien abajo, en 1992, como analista del Instituto Federal Electoral. Inteligente y trabajadora, según la describen quienes han sido sus jefes, siempre vivió el chiste de “seguro eres sobrina de López Obrador”. Y ese chiste parece ser el único soporte de un periodicazo artero con el que se le pretendió presentar como pariente del hoy Presidente de la República.

En efecto, lo presentado por Latinus es sencillamente falso. El apellido de Luisa procede de Campeche y, derivado de la insistencia de vincularla al tabasqueño, un rastreo de sus familias demostró que al menos en las últimas 8 generaciones no hay contacto entre ambos grupos de obradores.

“Ni hay parentesco ni relación personal, de allí que no haya fotos ni antecedentes que no sean la coincidencia del apellido”, se le ha escuchado decir.

No fue el nombre lo que le abrió puertas, luego de aquellos primeros pasos en el IFE, Luisa trabajó en diversos puestos en la Cámara e Diputados, Hacienda y Segob, entre otros, siempre con crecientes responsabilidades de la mano de diferentes jefes y grupos políticos,

El chiste sobre su parentesco se perpetuó conforme crecía la figura de Andrés Manuel López Obrador, lo que comenzó a provocar, recuerdan quienes la conocen, que Luisa comenzara a explicar, ya seriamente, que no era su pariente, que no lo conocía y que incluso nunca lo había visto de cerca.

El chiste ya se convirtió en molestia cuando comenzó este sexenio. Al ascender a puestos de supervisión a escala nacional, se le nombró con sorna como una “obrador” que había escalado meteóricamente en el sexenio “de su tío”. Aclaró las cosas con discreción.

De poco le valió.

A 30 años de la aparición de un chiste, esta vez, en tono serio, se le vinculó a la tragedia de Tula, no porque su labor estuviera comprobadamente vinculada a lo que sucedió en la Clínica del Instituto Mexicano del Seguro Social en aquella población, sino por la conveniencia (no verificada) de que su apellido Obrador, significara un acto de nepotismo.