Desde la semana pasada, la Ciudad de México cuenta, por fin, con un crematorio público para mascotas, un lugar donde los más fieles compañeros de vida de las personas pueden tener una despedida digna y decorosa.
Se inauguró en el marco del “Día del Perro Callejero”, el 27 de julio; ofrece servicios de cremación individual o colectiva los siete días de la semana, de las 9 a las 17 horas.
Fue edificado para despedir a nuestras mascotas con apego a las normas legales y con el mismo amor incondicional que nos dieron en vida.
Lleva el nombre de “Xoloitzcuintle”, en memoria de esa raza canina mexicana de tiempos prehispánicos y está ubicado dentro del Panteón Civil de Dolores, en la alcaldía Miguel Hidalgo.
Toda persona que haya perdido a su animalito de compañía (perro, felino, ave, reptil, etc.) y desee incinerarlo y, recuperar o no sus cenizas, lo puede hacer con una cuota de recuperación muy accesible, comparada con los costos de los crematorios privados de mascotas.
Este esfuerzo de abrir un crematorio público del Gobierno de la Ciudad, consolidado a través de la Alcaldía Miguel Hidalgo, con el apoyo de la primera Agencia de Atención Animal (AGATAN), no es una ocurrencia ni capricho coyuntural.
En realidad, es una política pública que ya era inaplazable para responder a una creciente demanda ciudadana y a una nueva realidad de la familia mexicana.
Un sondeo de noviembre de 2019, levantado por Consulta Mitofsky, arrojó que en México el 82% de los hogares tienen al menos una o más mascotas en casa y asegura que la mayoría de las y los mexicanos, principalmente las mujeres, adoran tener animales en casa.
El creciente interés en el país por la tenencia de mascotas ha coadyuvado a empezar a tomar conciencia del respeto y consideración que merecen, porque ha costado trabajo avanzar en materia del reconocimiento de los derechos de los animales en México.
En el caso de la Ciudad de México, por ejemplo, hasta 2017 logramos que la ley considerara a los animales como seres sintientes, esto es, para decirlo coloquialmente, sujetos de consideración moral.
Digo con orgullo “logramos”, porque me tocó ser el legislador promovente de esa reforma a la Ley de Protección Animal local, la cual logró también la creación de la AGATAN CDMX, que ya elabora políticas públicas y evalúa las acciones y sanciones en la materia.
Estos avances legislativos hubieran sido imposibles sin la asesoría y consejo de organizaciones y fundaciones pro animalistas y el respaldo invaluable de varios legisladores como el entonces diputado Alfonso Suárez del Real, hoy flamante Secretario de Gobierno de la Ciudad de México.
Ya contamos con un área para una disposición final más digna, decorosa y salubre de nuestras mascotas, vamos ahora por una mayor conciencia en la población de una tenencia responsable y respetuosa de los mejores amigos de los seres humanos: nuestras mascotas. El camino es largo y sinuoso.
*Alcalde de Miguel Hidalgo
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