Opinión

La cadena de confianza

La cadena de confianza

La cadena de confianza

La Crónica de Hoy / La Crónica de Hoy

Desde las más altas esferas del poder político, se instrumenta un operativo con el objetivo malicioso de minar la credibilidad y la confianza en el INE.

El propósito es que las decisiones del INE queden bajo sospecha ante los ciudadanos y que el árbitro no tenga la última palabra.

Es un síntoma de la desconfianza que tiene el partido oficial en emerger con una mayoría calificada de la elección del 6 junio y poder alegar, llegado el momento, que el árbitro fue injusto. Que la decisión final no la tomen los ciudadanos en las urnas, sino los magistrados del Tribunal Electoral.

Construir la cadena de confianza, con instrumentos como la credencial para votar y el padrón electoral intachables, supuso años de trabajo, mucho dinero e incluso sacrificios de luchadores sociales.

Ese patrimonio, que es de todos, ahora está bajo fuego por parte de dirigentes formales y reales del partido mayoritario. La democracia atraviesa por horas bajas.

Restauración autoritaria

El país está en el tobogán de la degradación política y los ciudadanos son testigos de una restauración autoritaria que genera una pregunta todavía sin respuesta: ¿para qué acumula más poder el presidente López Obrador?

El autor del diagnóstico es el diputado Porfirio Muñoz Ledo quien tampoco tiene respuesta para la pregunta que él mismo plantea.

Hay en curso un embate contra el pensamiento crítico y los organismos constitucionalmente autónomos, lo que es una política despótica.

Gastando la pólvora en infiernillos, los actores políticos olvidan plantearse las preguntas importantes: ¿A dónde va el régimen? ¿A dónde va México?

Las preguntas sin respuesta se acumulan.

Y los otros candidatos

Salgado Macedonio no es el único que quiere ser gobernador de Guerrero. Hay otros cinco que ya emprendieron sus trabajos de proselitismo más allá de las amenazas del Toro sin Cerca.

Compite también Mario Moreno, de la colación PRI-PRD. Es la carta del gobernador Astudillo y en la entidad lo conocen porque fue alcalde de Chilpancingo.

También está Ruth Zavaleta, del MC, conocida por los chilangos porque fue delegada en Venustiano Carranza y presidenta de la Cámara de Diputados. Está en campaña la panista Irma Lilia Garzón; Dolores Huerta por el PES y Ambrosio Guzmán, de RSP.

Todos ellos recorren el estado buscando el voto, esperando si Salgado les dará el ramalazo, o no.

Hoyo negro

Huitzilac es un municipio morelense que colinda con la CDMX. No está perdido en una zona inaccesible de las montañas. De hecho, cruzan por su territorio carreteras importantes.

A pesar de eso, parece estar fuera del radar de las fuerzas de seguridad del Estado mexicano que por lustros han sido incapaces de desterrar de esa localidad a la delincuencia organizada y sin organizar que tiene bajo tortura permanente a los habitantes.

La semana pasada el fiscal del estado, Uriel Carmona, reconoció que hay dos bandas de secuestradores que operan en la carretera libre México-Cuernavaca. ¿No tiene el estado capacidad para blindar esta crucial vía de comunicación? ¿Si no puede por qué no pide refuerzos federales?

Huitzilac es un hoyo negro de inseguridad en las goteras de la capital de país. Haber alcanzado semejante deterioro es una falta inadmisible para el gobierno del estado, pero también para las fuerzas federales, que andan distraídas en tareas que no les competen.