Opinión

La felicidad (2o. Parte)

La felicidad (2o. Parte)

La felicidad (2o. Parte)

La Crónica de Hoy / La Crónica de Hoy

Está comprobado que el rodearte de belleza en cualquier forma incide directamente en tu estado anímico, es decir, tu felicidad. El orden, la limpieza, la naturaleza, las flores, el agua, un cielo hermoso, ver un atardecer, logra que nuestro entorno sea maravilloso y propicia la felicidad con resultados inmediatos.

La felicidad se acrecienta con el amor, la amistad, la confianza, el apoyo moral que nos brindan nuestros semejantes y es ahí donde más miedos tenemos. Siempre tratamos de dilucidar qué hay detrás de esas emociones sinceras y, de esa forma levantamos barreras que impiden que las emociones positivas fluyan libremente. En el fondo, tenemos miedo al dolor que nos producirá en el futuro la ausencia de ellas.

Una fuente de felicidad y tranquilidad es también descubrir el sentido de los acontecimientos que vivimos, es decir, el propósito de nuestra vida.

El porqué y el para que estamos transitando este periodo, darnos cuenta de la enseñanza que tenemos que aprender para seguir avanzando y no volver a cometer los mismos errores.

La felicidad no es algo lejano y futurista. Sólo puede existir en el presente.

El pensar que seremos felices cuando obtengamos determinados bienes materiales, cuando conozcamos a la persona ideal, o realicemos el viaje de nuestros sueños, nos hace descuidar el enfocarnos en el presente maravilloso que el día de hoy nos acompaña. La salud, el amor de nuestros seres queridos, los amigos que de verdad nos aprecian, el crecimiento de nuestros hijos etc. Por lo tanto, la felicidad no puede desligarse de nuestras actividades, sueños, realizaciones o frustraciones cotidianas. Es al integrarla a ella en nuestras vidas, que ésta se vuelve un deleite.

A recorrer este camino ayuda el descubrir y desarrollar nuestras virtudes, hacer el bien, ser indulgentes con nosotros mismos y mantener una actitud positiva y propositiva en la vida, para fluir en ella con mayor facilidad.

Para muchas personas la felicidad se encuentra en la realización de sus ideales, a veces altruistas a veces equivocados, pero eso sólo se llega a dilucidar a través del tiempo.

Yo aseguro que la felicidad espiritual es la más trascendente y duradera.

El verdadero conocimiento espiritual y la profundidad de la fe nos aportan verdadera felicidad, esa que no es proporcionada por los humanos, sino por lo divino, por lo tanto, tampoco puede ser quitada por ellos.

corzoalma17@yahoo.com