RESP. CIUDADANOS CONSUMIDORESDE ENERGÍA ELÉCTRICA:+Es propio de las mentes estrechas embestircontra todo lo que no les cabe en la cabeza

Antonio Machado

Para cuando ustedes lean estas líneas, la Suprema Corte de Justicia de la Nación se habrá pronunciado en contra de la política energética de Andrés Manuel López Obrador.

A la SCJN llegó una controversia constitucional interpuesta por la Comisión Federal de Competencia Económica porque, afirmó, la política de confiabilidad, seguridad, continuidad y calidad en el Sistema Eléctrico Nacional contraviene “la competencia económica y la libre concurrencia” entre los actores participantes, las empresas privadas y la Comisión Federal de Electricidad; situacion ésta que, a la larga, perjudica al consumidor.

Permítanme un poco de contexto:

Don Andrés quiere devolver a la CFE su papel preponderante en el sector. No sería mala idea si la paraestatal mejorara la producción de energía que, hasta la fecha, es mucho más cara y se realiza mayoritariamente con combustibles fósiles, altamente contaminantes.

En 2013 fue aprobada la Reforma Energética que atrajo grandes inversiones nacionales y extranjeras para desarrollar plantas generadoras de energías limpias, más baratas y eficientes.

Permítanme ahora una simplificación técnica:

La energía producida por las empresas llega primero a la red de distribución, dejando hasta el final la aportada por la CFE por lo que, en mayo pasado, la SENER emitió una nueva reglamentación que cayó como bomba en el sector, pues: 1. obstaculiza las pruebas que las plantas privadas deben hacer para entrar en funcionamiento; 2. disminuye la cantidad de energía que se les permite generar a las empresas ya en operación; 3, rechaza solicitudes de estudio para nuevas plantas.

El pretexto para la reglamentación era “proteger la integridad de la red eléctrica” de las fallas de las empresas, pero tal situación nunca fue probada.

Mientras la controversia se analizaba en la Corte, tres secretarios de la administración de Donald Trump -Comercio, Energía y Estado- enviaron una carta a AMLO quejándose de que la mencionada reglamentación contravenía los contratos firmados por México con las empresas generadoras estadounidenses. Si ustedes creen que al nuevo presidente, Joe Biden, se le va a olvidar el tema, pues no. A Biden le importan mucho las energías limpias por sus proyectos de mitigación del cambio climático.AMLO aduce que su postura protege a la CFE, pero olvida que las leyes de Transición Energética y la de Cambio Climático establecieron que 30 por ciento de generación de energía debe ser renovable para 2021 y 35 por ciento para 2024 y México está muy lejos de alcanzar esa meta, aun con la actual participación de las empresas. Por cierto y muy importante, es que el dictamen de la Corte considera el ambiente limpio como un derecho humano.AMLO critica que a las empresas “solo les importa el billullo", (o sea, el dinero, la lana). Pero si usted invirtiera 44 mil millones de dólares, supongo que sí querría tener ganancias…Para concluir, AMLO se queja de que con la llegada de empresas privadas no bajó el precio de la luz. Se olvida de que la CFE es la que la vende a los consumidores y la Comisión Reguladora de Energía -ahora bajo dominio amloísta- la que fija las tarifas sin intervención de las empresas productoras. Aún más, el costo de producción de la CFE es de ciento treinta y ocho pesos megavatio/hora frente a sesenta de las empresas privadas.¿Qué le queda a López Obrador? Modernizar a la CFE o que el Congreso, dócil como ha sido con él, apruebe una contrarreforma constitucional. Esto último llevaría a las empresas extranjeras a entablar una demanda por violación de contrato ante tribunales internacionales. México perdería el caso.

Las dos cosas ¡sí que nos costarían un billullo..!

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