Opinión

Los Trump se creen monarquía

Los Trump se creen monarquía

Los Trump se creen monarquía

La Crónica de Hoy / La Crónica de Hoy

Muy pocos expresidentes en Estados Unidos han intentado regresar al poder luego de haber perdido la reelección. De hecho solo uno, Glover Cleveland, logró volver a la Casa Blanca para un segundo término y eso fue en 1892. Sin embargo eso al parecer no ha desanimado a Donald Trump, ahora con nuevos bríos por haber salido bien librado del juicio político y sabiendo que le sobran fondos.

Cuando Trump se fue de Washington el pasado 20 de enero sin admitir su derrota y se convirtió en un ciudadano común más, cargó con una fortuna que ningún mandatario se había llevado, resultado de las donaciones de sus seguidores y con pocas restricciones legales que le impidan usarlo como quiera. Tan solo 60 millones de dólares los ha destinado ya a un nuevo comité de acción político, que es como gasolina para sus renovadas ambiciones políticas.

El controversial expresidente puede usar ese dinero para acabar con quienes se le oponen dentro del mismo partido republicano, puede darlo como recompensa a quienes le son fiel, financiar viajes y campañas, contratar personal, pagar multas y los honorarios de abogados defensores y hasta empezar a organizar su retorno a la política o la incursión en ella de los miembros de su familia.

Trump, ya se vio, constituye una fuerza política sin rival y aún ahora se le considera el mayor recaudador de fondos que tiene su partido. Tan solo el día después de las elecciones que perdió en noviembre, estuvo recibiendo donaciones a través de internet de aproximadamente 750 mil dólares por hora, cantidad que creció diariamente.

Se esperaba que Trump anunciara sus planes de regresar el mismo día en que el presidente Joe Biden tomó posesión, pero el impeachment y las graves acusaciones sobre él lo hicieron cambiar de planes. La lealtad y miedo que le han expresado los republicanos se cree que le están dando nuevos bríos, no solo a él sino también a sus hijos y a sus más allegados, todos consumidos por el hambre de seguir cerca del poder.

Alentada por su ex jefe, la primera en formalmente lanzar su candidatura a gobernadora de Arkansas ha sido Sarah Huckabee Sanders, que fuera su portavoz. Considerada no solo la que peor relación tuvo con la prensa, sino la más mentirosa y controversial de los cuatro voceros que tuvo.

Pero de la que más se habla es de Ivanka, la hija mayor de Trump de 39 años y definitivamente la más cercana a él, quien junto con su marido, Jared Kushner nunca han ocultado su amor por el poder y quien se dice está pensando en disputarle la senaduría por Florida, a Marco Rubio en 2022. Por lo pronto quitaron su casa en Washington, a donde llegaron en 2017 nombrados consejeros del entonces presidente, con gran influencia y oficina al lado de él.

La pareja ha comprado un terreno por 30 millones de dólares en la exclusiva isla de Indian Creek, al norte de Miami, donde piensan establecerse antes de dar su siguiente paso. Florida es después de todo territorio amigo de los Trump. El expresidente no solo vive ahí, sino que es un estado que votó por él tanto en 2016 como en 2020.

Otras versiones señalan que Ivanka podría tener en mente instalarse ahí y esperar los siete años de residencia que la ley requiere para lanzarse como gobernadora, aunque mucho se insiste en que lo que ella realmente aspira es la presidencia en 2024. Por lo pronto Florida les ofrece lo que Nueva York les niega, ya que es bien sabido que sus antiguos amigos demócratas como eran ellos, en Manhattan no tienen ninguna intención de darles la bienvenida de regreso a lo que era su círculo social.

La que todavía reside en Nueva York pero aspira a ser senadora por Carolina del Norte es la nuera de Trump, Lara, de 38 años y esposa de su hijo Eric, quien surgió como feroz defensora del suegro en la campaña de reelección y quien pronto será postulada para reemplazar al senador Richard Burr que se jubila.

Está también Donald Trump Jr, el hijo mayor del expresidente, que a los 43 años domina y es muy popular en el movimiento ultraderechista y de blancos que inició su padre. Con once millones de seguidores en las redes sociales, se dice que es otro que ambiciona un puesto público, solo que por el momento no hay ninguno disponible a su alcance. Sus allegados dicen que quiere gobernar Montana, un estado donde solo ha estado de caza.

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