Opinión

Ofrenda de muertos tradición y diversidad

Ofrenda de muertos tradición y diversidad

Ofrenda de muertos tradición y diversidad

La Crónica de Hoy / La Crónica de Hoy

En noviembre conmemoramos una de las fechas con mayor tradición y arraigo en nuestro país, elaboramos ofrendas para día de muertos, una tradición popular simbiótica entre la devoción sagrada y la práctica indígena.

Para los mexicanos, ofrendar significa compartir con los difuntos una serie de elementos que nos permiten estar cerca y platicar con el pasado, dialogar con los recuerdos de los seres que han partido, esas vivencias que hoy quedan en la memoria; es también una muestra de la riqueza cultural con mezcla de elementos indígenas y europeos que se entrelazan y complementan como simbolismos de distintas costumbres.

Los elementos base de la ofrenda son agua, sal, veladoras, copal, incienso y flores cada uno con una simbología particular, el agua como fuente de vida ofrecida para mitigar la sed y para algunos simboliza la pureza del alma, la sal es purificadora para que el cuerpo no se corrompa en el viaje de regreso y pueda volver al año siguiente; los indígenas utilizaban rajas de ocote que fueron sustituidas por velas y veladoras de la parafina traída por los europeos, la flama significa la luz, la fe y la esperanza que alumbran el regreso a casa, el copal se empleaba como ofrenda a los dioses, mientras que los europeos proporcionan incienso como fragancia de veneración ambos tienen el objetivo de limpiar el lugar de los malos espíritus, para que las ánimas puedan entrar confiadas al mundo de los vivos.

Las flores son símbolo de festividad, sus olores y colores adornan y aromatizan el sitio que en algunos lugares incluyen nubes y alhelí que acompañan a las ánimas de los niños pues representan la pureza y la ternura, en otros sitios se forman caminos con pétalos de flor de cempasúchil para que el olor y el color sirvan de guía.

El pan es el último de los elementos base de la ofrenda, el clásico es redondo con una bolita encima y cuatro tiras que representan cráneo y huesos, se caracteriza por el uso de azahar, ralladura de naranja, mantequilla y azúcar, sin embargo en el país hay muchas variedades de pan asociados con esta festividad como el gollete, una rosca elaborada con harina de trigo empleada en la ciudad de México y Oaxaca que se pinta de un color rosa intenso y en Mixquic se les cuelga con trozos de caña, en representación de los guerreros vencidos en batalla.

Un elemento complementario en las ofrendas son los platillos típicos y favoritos de los fieles difuntos en donde se incluyen tamales, mole de gallina o guajolote, barbacoa, consomé, calabaza en tacha, mandarinas, cañas, manzanas y chocolate de agua.

No pueden faltar las calaveritas de azúcar elaboradas en distintos tamaños y colores con el nombre en la frente sabiendo que todos llevamos el mismo final; para los fieles difuntos se incluye el licor, tequila, charanda, mosquito, mezcal, pulque o cualquier otra propia de la región.

Las fotografías de los seres queridos son otro elemento reciente, por último un elemento que aporta colorido y adorno a la ofrenda el papel picado, con flores, imágenes o formas geométricas que generan un marco para colocar todos los elementos.

Es entonces nuestra actual ofrenda de día de muertos una representación del sincretismo de las tradiciones y misticismo indígena de los pueblos originarios en lo que hoy es México y elementos aportados de la cultura y religión traída por los europeos que integran un evento único en el mundo.

*Presidenta de la Comisión de Preservación del Medio Ambiente, Cambió Climático y Protección Ecológica y Animal en el Congreso de la Ciudad de México