Opinión

Popurrí (medley): planetas en conjunción, la no era de Acuario y la calamidad.

Popurrí  (medley): planetas en conjunción, la no era de Acuario y la calamidad.

Popurrí (medley): planetas en conjunción, la no era de Acuario y la calamidad.

La Crónica de Hoy / La Crónica de Hoy

En estos momentos de zozobra, a pesar de las vacunas anti covid-19,que en México son todavía una promesa (dicen que ya llegaron), la gente busca señales de esperanza. La más extraordinaria, porque además resulta un verdadero acontecimiento cósmico, reside en la conjunción de los dos planetas más grandes de nuestro sistema solar: Saturno y Júpiter, que se han acercado tanto que parecen una sola luz en el firmamento (en realidad se situaron a 730 millones de kilómetros uno del otro). Muchos creen que la luminosidad que emiten estos colosos es en realidad la estrella de Belén , la que condujo a los reyes magos al establo donde había nacido Jesús. La conjunción ha ocurrido, además, en el solsticio de invierno, el día más corto en el hemisferio norte. El último encuentro entre Saturno y Júpiter se dio en el año 2000, pero no de manera tan cercana. Fue en 1623 que la distancia entre ambos resultó corta, tanto como la del día 22 de diciembre de este horrendo 2020. Para que se repita este “abrazo” de los dos planetas deberán transcurrir sesenta años. De acuerdo con los astrónomos, en 2080 regresarán los dos super planetas a aproximarse. ¿Estrella de Belén? No, parece que no. Solamente un suceso celeste digno de haberse visto. En mi casa no hay azotea, así que no pude otear siquiera el episodio. Lo aprecié, hasta donde pude, en vídeos que la gente subió a las redes sociales. Así corre la vida actual y máxime durante el nuevo confinamiento por la pandemia. El caso es que no pocos quieren tragarse que esta conjunción significa un advenimiento, como si anunciara un próximo año hermoso y feliz. Hay quienes piensan que hemos entrado a la era de Acuario, asunto que, como la estrella de Belén, tampoco posee sustento astronómico . Algunos suponen que una nueva era de paz, de amor por el planeta y hermandad entre los seres humanos brindará la era acuariana. Pues qué venga la era de Acuario. Pero según connotados astrólogos, este cambio fundamental sucedería hacía el año 2638, apunta Elsa M. Glover , estadounidense doctorada en física y astróloga, que ha escrito varios libros al respecto; en 2658, de acuerdo con el astrólogo danés Max Heindel (1865-1919) o en 2080, según otros estudiosos de la astrología. Sin embargo, para algunos lo que implica el movimiento de los planetas, como Samael Aun Weor, un colombiano cuyo verdadero nombre era Manuel Gómez Rodríguez y que murió en 1977, y para Serge Raynaud de la Ferriére, francés, la era de Acuario dio principio a mediados del siglo XX. Vayan ustedes a saber, pero nada de lo que auguraba la era de Acuario se cumplió entonces. Todo quedó en la famosa canción de The 5th Dimension, grupo estadounidense de música pop, rhythm and blues y soul psicodélico (sic), que en 1969 hizo famosa The Age of Aquarius, canción de Ren Woods, de la ópera beat Hair, donde , por cierto, Júpiter se alinea con Marte y no hay conjunción con Júpiter. La canción es un medley de The Age of Aquarius y Let the Sunshine In. Es maravillosa, a mí me fascina.

¿Otro signo del bienestar que habrá de llegarnos en pocos días, cuando el 2020 nos deje por fin? ¿Han visto en las redes a un recién salido del vientre de su madre que le quita por casualidad el cubrebocas al médico que lo trajo al mundo? Lo llaman el bebé de la esperanza.

Todos necesitamos acariciar ilusiones, imaginar cambios positivos, queremos salud, libertad para salir y abrazar a nuestros seres queridos. It is the dawning of the age of Aquarius (es el inicio de la era de Acuario), pero nada es así. En México nos encontramos en una difícil coyuntura económica, el presidente Andrés Manuel López Obrador dedica gran parte de su interés a Dos Bocas, al Tren Maya y al aeropuerto de Santa Lucía y durante casi todo este año ha empequeñecido el peligro del la Covid-19. Los números que nos dan todas las tardes sobre los muertos de coronavirus, la cantidad inmensa de contagios y hospitalizaciones han sido reducidos. Ahora que el problema rebasa a la Salud Pública y también a la Privada nos “semaforizaron” en rojo, lo que debió ocurrir desde principios de diciembre. El New York Times publicó una nota sobre la severidad de la pandemia ( Natalie Kitroeff ,21 de diciembre, 2020). Se mantuvieron abiertos los restaurantes, los comercios. El presidente, como escribe Natalie Kitroeff, no ha concedido estímulos a las empresas pequeñas y medianas ni a los desempleados, lo cual no es ni siquiera neoliberal porque no ha fomentado la producción privada tampoco. La gobernadora de la Ciudad de México, Claudia Sheimbaum, acaba de anunciar que hay nueva disponibilidad de camas en los hospitales públicos. ¿También consiguieron más respiradores, neumólogos, anestesiólogos y enfermeros? El gremio más golpeado por el virus del SARS Cov-2 ha sido justamente el médico, el de enfermeros y el de los trabajadores de los hospitales públicos. Un infierno.

Nos enfrentamos a una situación desoladora. El anuncio de que “ya vienen las vacunas, ahora sí” tranquiliza a los que no han pensado en la enorme dificultad estratégica para distribuirlas cuando finalmente lleguen, en la manipulación de las ampolletas, que según parece, no es sencilla. Si se trata de las vacunas de Pfizer, deben mantenerse a menos 70 grados centígrados. ¿Tenemos contenedores con esa temperatura? ¿Habrá inmunización para todos los habitantes de este país enorme? No explican nada con precisión. Mientras tanto, los contagios siguen, se anunció toque de queda en Toluca, el jefe del ejecutivo insiste en que los tapabocas no sirven de mucho, por eso él no los utiliza, los hospitales se encuentran a reventar y otras muchas enfermedades graves no se atienden. Por si fuera poco, nos hallamos en plena navidad, cercanos al final de año. Es la temporada de reuniones y brindis por la prosperidad y felicidad que nos debe traer el 2021. Permitamos que el sol entre . Let the shunshine en medio del desastre.