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Incumplen hoteles ocupación máxima por emergencia sanitaria

Al carecer nuestro país de lineamientos para ajustar aforo cuando una entidad retrocede en el semáforo de COVID-19, los hoteles incumplen con la ocupación máxima por emergencia sanitaria. El resultado: más aglomeración de la permitida

Incumplen hoteles ocupación máxima por emergencia sanitaria

Incumplen hoteles ocupación máxima por emergencia sanitaria

La Crónica de Hoy / La Crónica de Hoy

(Primera parte)

El incumplimiento del porcentaje máximo de ocupación, principalmente en hoteles, ha incrementado el riesgo de contagio COVID-19 en plazas dependientes del turismo de sol y playa como Acapulco, Zihuatanejo e Ixtapa, entre las preferidas por viajeros locales.

El límite en hoteles quedó establecido en el semáforo epidemiológico de la Secretaría de Salud, publicado desde junio: hasta 25 por ciento -siempre y cuando los clientes comprueben actividades esenciales- en semáforo rojo; hasta 50 por ciento en naranja y hasta 75 por ciento en amarillo.

Durante los primeros dos meses: junio y julio, la SS, en conjunto con las secretarías estatales, actualizaban el color cada semana; desde agosto, es quincenal. Se difunde el viernes previo: gobiernos y prestadores de servicios tienen sólo un par de días para alinearse a la clasificación, pues aplica a partir del lunes siguiente.

La situación se agrava porque en el país se carece de un protocolo emergente para ajustar el aforo cuando un estado retrocede en el nivel de riesgo, al pasar, por ejemplo, de amarillo a naranja, como ha ocurrido en Guerrero.

Este factor no se contempla en el “Lineamiento Nacional para la Reapertura del Sector Turístico” presentado por las Secretarías de Turismo y Salud a finales de mayo (con participación de diferentes actores de la industria). “Las medidas deberán tomar como base el semáforo por regiones”, se limitó a señalar el documento.

Tampoco se aborda en alguna otra de las disposiciones emitidas hasta ahora por las dependencias sanitarias.

De los más de 303 millones de turistas nacionales y extranjeros en México durante 2019, 120 utilizaron hoteles para hospedarse: 40 por ciento. La oferta creció ese año en 22 mil cuartos.

“El turismo y la hotelería no son actividades que se planeen de un momento a otro. Con la emergencia, sabemos que la realidad cambió, pero ninguna instancia ha precisado cómo puede un hotel bajar su nivel de ocupación en un fin de semana si las reservaciones se cierran con días y semanas de anticipación, y toda la programación de insumos y servicios también se hace con tiempo”, refirió a Crónica Rodolfo Ramos, agente turístico en Ixtapa.

“¿Cómo le vamos a cancelar al huésped, cómo le decimos que no puede venir porque el semáforo cambió, cuando ya organizó sus vacaciones, ya compró boletos de avión o autobús y tiene todo listo? De repente, nos topamos con un caos de personas que no debiera ser. Es un pendiente por resolver en el sector”.

El desfase ha derivado en hoteles al 80 por ciento o más cuando, por el peligro de contagio, debían estar al 30 o 50.

SOBRECUPO. Crónica realizó un recorrido por una veintena de hoteles en Acapulco, Zihuatanejo e Ixtapa. Conforme a testimonios de promotores, vendedores de membresías, camaristas, meseros, baristas y otros empleados del ramo, ninguno de los complejos visitados cumplía con el margen de ocupación definido para la quincena del 14 al 27 de septiembre.

Se eligió territorio guerrerense —en específico sus ofertas de playa—, porque desde hace años se ha mantenido entre los puntos del país más visitados por el turismo, sobre todo nacional, el cual representó el año pasado el 82.5 por ciento del consumo turístico total: 142 mil millones de dólares derivados del desplazamiento de más de 258 millones de mexicanos, según datos de la Secretaría de Turismo.

En el tianguis turístico digital desarrollado en días pasados, en el cual se hicieron transacciones por más de 100 millones de dólares, Guerrero fue el estado más visitado, seguido de Yucatán y Puebla.

El efecto fue: áreas comunes de hoteles atestadas de huéspedes donde, pese a la obligatoriedad del uso de cubrebocas y sanitización, era difícil aplicar las recomendaciones de higiene y sana distancia. Restaurantes, albercas, palapas, salones, bufetes, kioscos de bebida y demás espacios con mayor aglomeración a la permitida.

El retrato se acentuó por la escasez de personal: a muchos se les descansó o despidió durante el periodo más álgido de la enfermedad, y apenas están en marcha procesos de recontratación.

“Las empresas hoteleras debieron negociar con las autoridades locales para que se permitiera sobrellevar esta semana como si se estuviera en color amarillo y no naranja. Es riesgo, pero no se puede hacer más”, indicó César Luna, operador turístico de Acapulco.

“Estamos a un 90 por ciento de hospedaje. Nos damos cuenta porque el restaurante está lleno: hay como 300 personas”, refirió un mesero de un hotel en Ixtapa, a la hora de la cena.

Más tarde, este reportero constató con el capitán detalles del sobrecupo: 259 personas en un restaurante con capacidad para 250, y con la atención de sólo ocho meseros.

“Las familias no se movieron de sus mesas desde que llegaron, además de que la administración del hotel no contempló abrir más restaurantes a la misma hora, para amortiguar el golpe”, justificó el capitán.

SIN VIGILANCIA. En el trabajo de campo se documentó además nula supervisión de autoridades sanitarias o turísticas para verificar una recepción de vacacionistas acorde con la realidad del momento, así como falta de un esquema de reportes de ocupación fiable y transparente.

—¿Quién vigila que se cumpla con el aforo? —se preguntó a Luis Rangel, gerente en un hotel de Zihuatanejo.

—Nadie, aunque en teoría cada hotel debiera ser responsable de sus números. Se hace un reporte para la asociación del gremio, es la que se encarga de entregarlo a las autoridades.

En la segunda quincena de septiembre, Guerrero fue ubicado en la lista de estados en semáforo naranja, considerado riesgo alto. Tras dos semanas en amarillo, la entidad presentó una mayor incidencia de casos hospitalizados y estimados, así como mayor mortalidad y proporción de camas ocupadas, y retornó a naranja, secuela del escaso control.

Este revés se ha registrado en otros destinos como Yucatán y Quintana Roo: este último, por ejemplo, transitó a amarillo para la quincena del 14 al 27 de septiembre, pero, ante un disparo en los indicadores epidemiológicos, volvió a naranja para el periodo del 28 de septiembre al 11 de octubre.

“La pandemia fue un balde de agua fría, tocamos fondo: 98 por ciento menos de turismo en abril y mayo. A partir de junio comenzó una paulatina recuperación. El fuerte para recuperar la caída económica es el turismo doméstico, siempre salvador en cualquier contingencia”, señaló Miguel Torruco, secretario de Turismo.

¿Cómo sopesar la necesidad de reactivar la economía y el turismo en medio del riesgo sanitario? También están las historias de quienes han padecido por la paralización turística…

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LOS DATOS

*Turistas nacionales en 2019: 258 millones, de los cuales 102 millones se hospedaron en hoteles.

*Turistas extranjeros en 2019: 45.2 millones, de los cuales 18 millones usaron hoteles.

*El turismo internacional aportó a México ese año 24 mil 563 millones de dólares, 17.5 por ciento del consumo total en el país. La cantidad fue 9 por ciento mayor a la del año previo.