Nacional

Trabajando para las universidades de la 4T sin seguridad social

Desde la coordinación general de la UBBJ rige el silencio e indiferencia para atender los llamados de auxilio de personal que en una situación de emergencia claman apoyo médico; los reclamos caen en saco roto

Trabajando para las universidades de la 4T sin seguridad social

Trabajando para las universidades de la 4T sin seguridad social

La Crónica de Hoy / La Crónica de Hoy

La negligencia de tener al personal sin la cobertura de seguridad social, como marca la ley, alcanzó a las Universidades del Bienestar Benito Juárez (UBBJ) del gobierno de la 4T, y es que frente a algún accidente laboral o contingencia de salud, la coordinación general de este proyecto educativo, se lava las manos y prefiere guardar silencio y recurrir al despido antes que hacerse cargo de alguna emergencia.

Iliana Martínez es una asistente académica con Licenciatura en Comunicación y quien ingreso en febrero de 2020 y hasta julio pasado laboró en la sede de la UBBJ en Calvillo, Aguascalientes, pero a raíz de una caída en la sede universitaria mientras cumplía con sus labores, sin explicación, fue despedida.

“En las primeras semanas de junio pasado tuve un accidente al caerme de una silla ergonómica mientras trabajada en la sede de la universidad y me lastimé la columna, por lo que tuve que ir al médico para un chequeo y descartara alguna lesión, por lo que informe de lo ocurrido al área de recursos humanos, y solicitar que me apoyaran en los gastos médicos por haber sido un accidente laboral”.

Esta asistente académica relata que solicitó a través de correo electrónico el apoyo económico para cubrir los gastos que su salud ameritaba y se encontró con varias sorpresas, entre ellas un silencio que le causó indignación.

“En el primer correo electrónico que envié me notificaron que se me reembolsarían los primeros gastos, que consistieron en 700 pesos de una radiografía y tres consultas, por lo que para seguir con el tratamiento médico tras el golpe en la columna, volvía a enviar otro correo informando la situación y solicité nuevamente ayuda para cubrir esos gastos médicos. Me quedé esperando la respuesta, la que nunca llegó, y es que también notifiqué que mi pago no había llegado. Ante esto, envíe un nuevo correo, pero ahora a la dirección general donde expuse mi situación, pero tampoco recibí respuesta”.

Iliana señala que esta situación le causó molestia, ya que desde que ingresó a laborar a la UBBJ les prometieron muchas cosas, pero nunca imaginó que la dejarían a su suerte y sin este derecho laboral que por ley se les debe proporcionar.

“Al no tener ninguna noticia de mi solicitud para cubrir los gastos médicos por el accidente, tuve que suspender el tratamiento, y fue en julio, semanas después de mi accidente, que sin explicación, le hicieron llegar desde la dirección general al coordinador académico de la sede en Calvillo, varios documentos, entre ellos uno que me entregó y donde me dan las gracias por el servicio prestado en la universidad, quedando desprotegida tras el accidente laboral en el que solo se me pagó el costo de una radiografía y tres consultas, pero nada más, y me quedé sin ese derecho que por ley nos corresponde como trabajadores”.

AMENAZAS.

La joven comunicóloga destacó también que además de la desprotección en varias de las prestaciones que nunca les proporcionaron, estaba la constante amenaza al coordinador académico de la sede y a los profesores, de que debían cubrir una cuota de estudiantes de nuevo ingreso, o de lo contrario se les quitarían horas a los maestros, lo que se vería reflejado en sus salarios.

“Nosotros siempre fuimos muy unidos en la UBBJ en Calvillo, profesores y personal académico. Mandábamos a hacer posters para convocar a los jóvenes para que ingresaran a la universidad, los maestros se ofrecían a realizar la labor de recorrer los pueblitos y los municipios donde pegaban estas convocatorias, independientemente de la cuota de alumnos para nuevo ingreso, esta labor es parte del proyecto, pero al final, no es reconocido todo este trabajo y esfuerzo que se hace colectivamente y para que al final el pago sea el despido”.

Iliana subraya que desde la dirección general se daba la indicación a los coordinadores académicos de que si no se cubría con la cuota de nuevos estudiantes, entonces tampoco se solicitaran más maestros, ya que con la plantilla docente se bastaban.

Esta asistente académica, con 25 años de experiencia en el área educativa y en Universidades Tecnológicas, considera que “en esta universidad el proyecto es bueno, con una visión humana que busca llegar a los lugares donde los jóvenes siempre habían reclamado espacios educativos, pero está mal dirigido, ya que la doctora Raquel Sosa ha de perseguir intereses diferentes a los que realmente representan a esta universidad”.

Asimismo, Iliana destacó que el tiempo que trabajó en esta sede en Calvillo, Aguascalientes, aportó su máximo esfuerzo, lo que quedó sustentado con su labor. “Mi satisfacción es que cumplí profesionalmente, nadie me puede reclamar nada, ya que la colaboración con mis compañeros y profesores fue de mutuo respeto y ayuda, lástima que desde arriba (en la dirección) no entiendan de esto”.