Ernesto de Lira no dudó en regresar a dar clases de matemáticas y robótica en las escuelas públicas en las que trabaja en Aguascalientes. En cuanto se hizo el anuncio por parte de la Secretaría de Educación Pública (SEP) acudió a la secundaria, y mechudo en manos comenzó a limpiar el aula donde hasta antes de la pandemia por el virus SARS-CoV-2 se encontraba con sus alumnos de tercer grado de secundaria. "Me sentí muy contento de preparar el salón, pero el primer día de nuevo frente a mi grupo experimenté nerviosismo. Estaba ansioso de ver a los chicos", comparte a Crónica este profesor en entrevista.

De Lira Cervantes –con 27 años en el servicio docente– se llevó una sorpresa al recibir a sus alumnos: nueve niñas y un niño.

"Estaban sonrientes. Ellos fueron de la comunidad escolar que voluntariamente, como lo sugirieron las autoridades educativas, quisieron regresar a clases. Y yo también, porque a los maestros se nos dijo que era opcional, que esto debía ser voluntario, pero ya no se puede dejar pasar más tiempo en el proceso de aprendizaje de nuestros niños".

Ernesto de Lira está viviendo en carne propia la deserción escolar, y sabe que esto se debe a que una gran cantidad de niños y niñas ingresaron a actividades remuneradas, dinero que llevan ahora a sus casa.

"Pensé que conforme pasaran los primeros días vería a más alumnos, aunque no fue del todo así sí me llenó de alegría que después de los diez niños, al final de esta primera semana se presentó uno más. Entonces, ya son 11. El reto que tenemos los maestros es mostrar real empatía con nuestros niños, que vienen de una etapa difícil, como todos, pero es en ellos en quienes todos nos debemos enfocar para que no decidan abandonar definitivamente la escuela", dice el profesor ganador del premio ABC 2019, Maestros de los que Aprendemos.

Señala que en Aguascalientes 400 planteles abrieron de nuevo sus puertas, y también admite que centros escolares fueron saqueados durante estos meses de confinamiento severo no han podido regresar, además de que faltan servicios como agua y electricidad.

Ya en el terreno de lo académico, el maestro José Ernesto de Lira tiene claro que en los 15 meses de encierro se carga el retroceso en el aprendizaje.

"Los niños no tienen la culpa ni los padres ni los maestros. Fue el encierro, porque nadie estábamos preparados para esto. El programa Aprende en Casa tuvo un objetivo, y si no se logró del todo fue por las condiciones de cada hogar en los que estaban ocurriendo fallecimientos por COVID-19. Nosotros, los maestros, también perdimos compañeros. Por eso insisto en que el reto hoy es mostrar empatía con los alumnos, y ahí sí depende de cada profesor, que no debemos negarnos a evaluaciones ni dejar de prepararnos. Nuestra meta debe ser regresar cada vez más a los niños a las aulas, que continúen con sus estudios".

El panorama, indica, no será tan sencillo sobre todo porque también la instrucción es no reprobar a los alumnos. "Es ayudarlos a recuperar el tiempo y a avanzar, sobre todo –dice– en aquellos que concluyen primaria y secundaria".

La dinámica escolar del pasado lunes, Ernesto de Lira la centró en saber el estado de ánimo de sus alumnas, las nueces niñas y el niño, que estaban muy entusiastas.

"Todos llevaban su cubrebocas, expresaron que estaban contentos de volverse a ver".

De Lira se dice convencido de que logrará que más niños se reintegren a la escuela, pese al miedo que aún se tiene al contagio.

"Con todo y que se ha aplicado la vacuna contra el virus, una profesora dio positivo. Entonces, sí hay miedo, pero también hay que seguir", dice el profesora, quien la semana pasada el Instituto de Educación de Aguascalientes lo invitó a participar en el Comité de Evaluación Académica 2021-2022.

"Seremos los responsables de analizar y seleccionar todos los cursos, talleres o diplomados que se ofertarán a los maestros el próximo ciclo escolar en el área de capacitación y profesionalizacion docente. Espero poner mi granito de arena para ayudar a mis compañeros maestros".