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“Se requieren más estrategias, presupuestos y profesionales para tratar epidemia de obesidad en adolescentes”

Los jóvenes buscan en redes sociales, en YouTube, con los amigos o internet cómo abordar el tema del control de peso y su última opción son los médicos, añade la especialista en atención a obesidad de adolescentes del  Hospital General de México

entrevista

La mayoría de los padres no considera que el exceso de peso de sus hijos constituya un caso de obesidad.

La mayoría de los padres no considera que el exceso de peso de sus hijos constituya un caso de obesidad.

Imperial College London

La mayoría de los adolescentes con obesidad vive y enfrenta en soledad los problemas que acompañan a esta condición de salud. De acuerdo con el estudio multinacional ACTION Teens, que entrevistó a 5 mil 200 adolescentes con diagnóstico de obesidad, de 10 países, dos terceras partes de los jóvenes considera que es responsabilidad exclusiva de ellos perder peso; uno de cada tres padres de estos jóvenes no sabía que su hija o hijo ya tenía una masa corporal que le incluye en la clasificación de obesidad, y 8 de cada 10 no sabía que ya había desarrollado alguna enfermedad asociada a la obesidad, es decir, una comorbilidad.

La doctora Nayeli Garibay Nieto, especialista en atención a obesidad de adolescentes, en el Hospital General de México e investigadora líder para México del estudio multinacional ACTION Teens, explicó a Crónica que el tamaño de la epidemia de obesidad infantil en México, sumada a sus potenciales daños individuales y costos a la salud pública, hacen necesario tocar aspectos de políticas públicas para que los tomadores de decisiones comprendan que se requiere estrategias, presupuestos y más recursos humanos dedicados a encarar este tema.

"Necesitamos más profesionales de la salud abordando el tema de la obesidad, pero deben crearse espacios que les ofrezcan salarios dignos. Todo eso requiere revisarse con las personas que tienen injerencia y conocimientos para diseñar políticas públicas y entregarles la mejor evidencia científica", agregó Garibay Nieto en conversación para los lectores de este diario.

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México es uno de los países del mundo donde la obesidad no es considerada una enfermedad sino un factor que predispone la aparición de otras enfermedades, como la hipertensión, diabetes, e hipercolesterolemia, entre otras. Esta manera de clasificar el exceso de peso dificulta organizar estrategias más amplias y multidisciplinarias para atender a los pacientes, en las que participen endocrinólogos, nutriólogos, psicólogos, genetistas y especialistas en activación física o deporte.

“El estudio ACTION Teens, en el que participó México, nos permite ver algunas diferencias y discrepancias entre la manera como ven la obesidad los adolescentes, en contraste con sus familiares y los profesionales de la salud. Por ejemplo, mientras entre las y los adolescentes la principal motivación para controlar su peso es sentirse capaces de realizar ciertas actividades físicas que el exceso de peso no les permite, los profesionales de la salud consideran que la principal motivación de los jóvenes es mejorar su imagen, popularidad e interacciones sociales. Esas diferencias muestran por qué los jóvenes muchas veces asumen estrategias de control de peso sin ayuda o acompañamiento, según sus propias percepciones”, indica la doctora Garibay Nieto, quien también es coordinadora de la Unidad de Bienestar Infantil en el Hospital General de México.

La doctora Garibay estima que un programa integral contra la obesidad requiere médicos, nutriólogos, psicólogos, antropólogos y especialistas en deporte.

La doctora Garibay estima que un programa integral contra la obesidad requiere médicos, nutriólogos, psicólogos, antropólogos y especialistas en deporte.

Antimio Cruz

-- ¿Cuáles son las principales barreras que enfrenta un adolescente que intenta controlar su exceso de peso?—.

--Entre los hallazgos más relevantes del estudio vimos que los chicos tienen más conciencia que sus padres de que tienen un peso elevado y reconocen que tienen problemas para controlar su apetito.

También, estos chicos declaran que han hecho algún esfuerzo en el año previo a la encuesta para controlar o bajar de peso. Además, también es mayor la preocupación de los chicos, comparada con sus padres, sobre los problemas que la obesidad podría provocar en su salud a futuro, lo que nos llamó la atención pues parece que los adultos podrían estar minimizando la preocupación y los esfuerzos que están haciendo los menores para enfrentar su condición de salud.

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Otra cosa que detectamos es la creencia repetida entre los padres y profesionales de la salud de que los niños perderán exceso de peso cuando se desarrollen o alcancen más altura, lo que no siempre se cumple.

-- ¿Cómo decide buscar ayuda un adolescente con obesidad?

-- El estudio también nos permitió ver que cuando un adolescente busca cómo abordar el tema del control de peso, no busca a un médico como du primera opción. La encuesta mostró que, entre los adolescentes de los 10 países, la primera opción es buscar información a través de YouTube; la segunda es buscar a través de otras redes sociales (como Facebook, Twitter o Instagram); la tercera opción es preguntar a amigos, la cuarta opción es usar motores de búsqueda en internet, como Google, y hasta el quinto lugar aparece como opción el acuydir a preguntar a un profesional de la salud. Esto nos habla sobre la necesidad de construir mecanismos y espacios de diálogo para que los adolescentes hablen de cómo están viviendo la enfermedad--, agrega la doctora Garibay.

En los últimos diez años la obesidad entre adolescentes en México ha aumentado del 34.9 al 43.8 por ciento, de acuerdo con las diferentes ediciones de la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (ENSANUT). A estas cifras les faltan todavía los datos de los años 2021 y 2022, en los que se disminuyó mucho la actividad física por el confinamiento generado por la pandemia de COVID19.

-- ¿La complejidad de esta enfermedad y el número de personas que la padece hace inevitable tocarla desde el punto de vista político?

-- Sí. Cada vez sabemos más que se trata de una enfermedad compleja, con un origen genético, pero en la que confluyen muchos aspectos del entorno, emocionales y del entorno. Para abordar seriamente el problema sí es necesario tocar política, pero no todos tenemos la injerencia suficiente como para modificar políticas públicas ni el conocimiento suficiente como para construir nuevas políticas.

México es uno de los países donde no se considera a la obesidad como enfermedad, pero en el momento en el que el país la clasifique como enfermedad, definitivamente se tiene que asignar un presupuesto federal para poder desarrollar estrategias de tratamiento y prevención de obesidad. Se necesita contratar más profesionales de la salud para atender la epidemia y no necesariamente todos son médicos, me refiero a médicos del deporte. psicólogos, nutriólogos y antropólogos, que tendrían que tener actividades cien por ciento dedicadas al tratamiento de pacientes. Desde luego es muy importante una estrategia nacional de prevención, pero no podemos pasar por alto los millones de pacientes que ya tienen el problema y requieren tratamiento especializados.

Nosotros lo que esperamos es que lleguemos a tener un sistema y políticas que ofrezcan a los pacientes con obesidad una atención digna; con esto me refiero a un servicio digno para los pacientes, pero también condiciones de trabajo dignas para los profesionales de la salud que van a enfocar todos sus esfuerzos en atender la obesidad, que es un problema que se asocia a numerosas enfermedades crónico-degenerativas que más preocupan al país. Creo que hay muchas cosas interesantes por venir, pero siempre debemos subrayar que esto requiere trabajo multisectorial-, concluyó la médico e investigadora mexicana que coordina la Unidad de Bienestar Infantil en el Hospital General de México.