
El Centro Cultural de España en México cumple su 23 aniversario de ser un espacio público donde la comunidad ejerce sus derechos a la cultura, las ciencias y recreación y lo vamos a celebrar con un gran merequetengue, señala su director José Carlos Balaguer.
En entrevista, explica que este sábado 15 de noviembre a las 20:00 horas se realizará un concierto con los grupos Astros de Mendoza, Grande Amore y Bewis de la Rosa “para que todos los asistentes participen y se diviertan”.
“Vamos a organizar una fiesta, un merquetengue, como dicen en México, para agradecer a todas las personas que hicieron posible que durante estos 23 años este Centro Cultural estuviera lleno de actividades, exposiciones y pensamiento crítico. Es también nuestra forma de regresar a los y las artistas, pensadores, pensadoras que han participado en la construcción del Centro. Todos ellos son nuestra comunidad”.
¿Una comunidad muy cercana y generosa?
Nos gusta pensar que nosotros no hacemos actividades específicas, sino generamos procesos culturales. No hablamos de públicos en general, sino de comunidad, porque creemos que el Centro ha servido para fortalecer las relaciones, obviamente entre México y España, pero también para generar una comunidad basada en el arte, las ciencias el pensamiento crítico....
Por eso, las actividades son diferentes. Aquí puedes encontrar exposiciones de Guatemala, de República Dominicana, México…, porque no se trata de tener un proceso de sólo traer propuestas de España, al contrario, de generar este tejido comunitario a través de la cultura.
Y que sea la cultura ese nexo que nos une como comunidad, como grupo de personas, porque nos interesa cambiar cosas a través de la cultura.
En estos 23 años de experiencia, ¿cómo ha sido la respuesta de la gente?
El CCEM ha tenido diferentes épocas, pero siempre es un espacio libre, donde la comunidad tiene participación en sus derechos culturales de una forma democrática. Estanos en el corazón del Centro Histórico y todas las actividades son gratuitas y tenemos esa gran ventana arqueológica, como es el Calmécac, abierta para todos.
Somo un espacio que más que tratar de imponer agendas, es un espacio abierto a escuchar lo que la comunidad necesita, a tejer relaciones, a generar proyectos y creo que siempre hemos sido muy bienvenidos en este país y así lo sentimos.
Por ejemplo, tenemos esa comunidad de compañeras de la tercera edad que tienen el grupo de lectura todos los lunes y los martes para leer libros, o de personas que están esperando a ver el concierto que, aunque no sepan qué grupo es, vienen, porque saben que les va a gustar o porque van a tener una propuesta diferente, alternativa y gratuita.
¿Qué otras actividades permanentes tienen hacer?
Nosotros tenemos por un lado el tema de las actividades, pero como te decía antes, no queremos centrarnos en actividades puntuales, sino en generar procesos. Dentro de eso, por ejemplo, tenemos los laboratorios de ciudadanía digital, que son los laboratorios súper potentes, con los que estamos trabajando con mil niñas y niños en todo el país, en temas de animación, de derechos humanos, o un taller con la embajada de Palestina, sobre el genotipo de la sandía y talleres de animes para niños y niñas, desde Sinaloa hasta el sur.

La cultura y las ciencias es lo que permite mejorar la vida de cada individuo y por ende de la comunidad.
Son derechos de las personas y cuando hablamos de derechos humanos, el participar en la vida cultural es un derecho. Se deben tener espacios donde generar pensamiento crítico, que también es un derecho, independientemente del dinero que tengas en tu bolsa. Siempre digo que, por ejemplo, los centros culturales de España son espacios públicos, y cuando hablo de espacios públicos me refiero que son como las calles. Son lugares, a diferencia de los centros comerciales donde sólo puedes participar en base al dinero que tengas.
Si tienes dinero podrás comerte una hamburguesa, comprar un pantalón de marca y terminar viendo cine. Y entonces eres un consumidor. Sin embargo, en los espacios públicos, en los centros culturales, somos ciudadanía, porque ahí no depende del dinero que tengas en la bolsa. Depende de las ganas que tengas de participar en un proceso cultural. Eso debería ser un derecho para todos y todas.
Porque la mejor definición de un centro cultural como espacio público es el lugar donde te vuelves ciudadano para disfrutar la cultura y la ciencia. Es el sitio donde ejerces tus derechos y a veces parece que participar en una actividad cultural es simplemente entretenimiento o recreación, pero no, estás ejerciendo un derecho. Un derecho que además es súper importante porque te formas, porque generas discurso y sobre todo porque estamos en un momento histórico donde tenemos que cambiar narrativas culeras, narrativas que son anti derechos.
Entonces los espacios culturales tienen que fungir como esos faros, si quieres, de libertad, y además espacios donde la comunidad venga a participar.
NUMERALIA
En estos 23 años, el Centro Cultural de España ofrece en promedio cada mes 33, lo que serían 759 en total hasta ahora; y en promedio 60 mil personas vienen cada año a las actividades, lo que significa la asistencia de un millón 380 mil personas.