Cultura

En México se cometen 12 feminicidios al día, algo muy terrible: Jennifer Clement

Presenta su libro Ladydi, que muestra varios aspectos de la descomposición social en comunidades “olvidadas” por el Estado en México

novela

La novela fue editada por Lumen.

La novela fue editada por Lumen.

¿Qué haces si te roban a tu hija en un país como México?, ¿qué haces como madre en un país donde la policía está coludida o simplemente no les importa? En México se cometen 12 feminicidios al día “ni en Afganistán asesinan a 12 mujeres cada 24 horas; además se dice que después de Tailandia somos el segundo país en el mundo que trafica más niñas y mujeres, pero no podemos ni tener cifras exactas porque las niñas no tienen ningún valor”, expresó la autora Jennifer Clement.

En entrevista, apropósito de la novela Ladydi publicada por la editorial Lumen, la autora destacó que la lucha de las mujeres ha tenido muchos logros, pero frágiles. “Tristemente aún queda muchísimo tiempo en el que las mujeres tendremos que seguir resistiendo a nivel mundial. Todavía hay mucho que hacer”.

Ladydi es la novela en la cual se basa la película ovacionada en Canes 2021, Noches de Fuego, y ésta muestra varios aspectos de la descomposición social en comunidades “olvidadas” por el Estado en México. “El libro toma lugar en Guerrero, salió en julio de 2014 y Ayotzinapa fue en septiembre de ese mismo año, por un lado, no me sorprendió lo que pasó en Ayotzinapa, pero sí me causó horror. La situación en Guerrero está peor que nunca y, por ejemplo, las comunidades que yo visité ahora son casi inexistentes”.

-¿Cuál es el papel de la mujer en estas comunidades?

La situación de la mujer es terrible; la cifra más “exacta” que tenemos es que hay 12 feminicidios en México al día, ni en Afganistán asesinan 12 mujeres cada 24 horas; además se dice que después de Tailandia somos el segundo país en el mundo que trafica más niñas y mujeres, pero no podemos tener ni las cifras exactas porque las niñas no tienen ningún valor.

“En muchas regiones de México las niñas ni siquiera tienen actas de nacimiento y en comunidades indígenas ni siquiera hablan español, pero aún así son traficadas a los Estados Unidos. Estoy segura que las cifras son mucho más altas de lo que sabemos”.

-¿Cómo describirías a las mujeres de “Ladydi”?

Son mujeres muy heridas, mujeres que han vivido con mucho miedo y desprotegidas. Mujeres que anhelan otra circunstancia, pero son fuertes, no sentimentales.

- ¿Por qué algunas mujeres del libro rezan por lo no quieren?

Hay una cosa de superstición en Rita, por lo que por medio de pedir lo que no quiere tiene la esperanza de que llegue lo que sí quiere, pero es cierto que detrás de esto hay una verdad: lo que una mujer pide es exactamente lo que no se le da.

“En relación a esto, cuando iba a la cárcel de Santa Martha Acatitla me daba cuenta que las presas se arreglaban, estaban muy deseosas de ver a sus familias, amantes, esposos, etcétera, pero no llegaba nadie. En los países más desarrollados como Suiza, Finlandia o Dinamarca es así, nadie, nadie, nadie visita a las presas, pero todo el mundo visita a los hombres encarcelados. Esto es una cosa tremendamente dolorosa y ahí también te das cuenta que la mujer no tiene ningún valor en ningún lugar”.

“Ladydi es un libro sobre lo que es vivir con la ausencia de hombres y, además, lo que es vivir dolorosamente la falta de protección de los hombres, incluso de los hombres desconocidos”

-¿A estas mujeres también se les ha negado el dolor?

No se les permite convivir con su dolor, no pueden aceptar que el dolor existe, afecta e importa. A esto añadiría esta cosa tan facilona que es el decirnos: estás loca.

NARCOTRÁFICO. Ladydi habla también del narcotráfico. “Conocí a un campesino que sembraba jitomates y amapolas, me dijo: yo tengo que sembrar lo que se vende, pero muchas veces no les preguntan”, señaló la autora.

Apropósito también habla sobre cómo el ejército no tira el herbicida altamente tóxico sobre la marihuana ni la amapola, sino en otro lugar que puede ser la comunidad, el mar, un rio o el monte. “En Colombia desde hace 10 años está prohibido tirar Paraquart y en México no”