
Después de 16 años de silencio discográfico, Clipse vuelve con fuerza con Let God Sort ’Em Out, un álbum que no solo recupera su esencia, sino que la reinventa. Lanzado el pasado 11 de julio bajo el sello Roc Nation, el trabajo marca el reencuentro entre Pusha T, Malice y Pharrell Williams, su productor de confianza, en un ejercicio de maestría musical que nació entre París y Virginia Beach.
El álbum llega tras una larga espera desde Til the Casket Drops (2009), periodo en el que los hermanos Thornton siguieron caminos distintos: Pusha T se consolidó como uno de los raperos más respetados del mainstream, mientras Malice —ahora más introspectivo— exploró caminos personales y espirituales. Este regreso no es un simple acto de nostalgia, sino una obra que desafía el estado actual del rap, equilibrando brutalidad lírica, profundidad emocional y crítica social.
Colaboraciones estelares y narrativa sonora
Uno de los grandes atractivos de Let God Sort ’Em Out son sus colaboraciones de alto calibre. Kendrick Lamar, Nas, Tyler, the Creator, John Legend, The-Dream, Stove God Cooks y Ab-Liva se suman al proyecto, cada uno aportando texturas y perspectivas únicas. Además, los coros de Voices of Fire dan un giro espiritual al conjunto.
El disco se abre con “The Birds Don’t Sing”, una pieza conmovedora que refleja el dolor por la pérdida de los padres de los hermanos Thornton. La presencia de John Legend y un coro gospel transforman esta canción en una suerte de lamento ritual, donde la vulnerabilidad se convierte en un acto de resistencia.
Por otro lado, temas como “Chains & Whips”, con Kendrick Lamar, representan el lado más crudo y agresivo del álbum. Aquí, la metáfora de las cadenas y los látigos no solo alude a la opresión, sino también al dominio callejero y al trauma generacional. Kendrick entrega un verso incendiario, sin censura, que incluso generó fricciones con Def Jam, lo que llevó a Clipse a desvincularse del sello y firmar con Roc Nation.
El primer sencillo, “Ace Trumpets”, lanzado el 30 de mayo, se construye sobre un beat boom-bap mezclado con sintetizadores y guitarra española, un sello de la producción evolutiva de Pharrell. La trompeta no es solo un elemento musical, sino un símbolo de advertencia y poder, marcando el regreso triunfal del dúo al panorama del hip hop.
En “P.O.V.”, con Tyler, the Creator, el disco se permite un giro creativo y excéntrico. Tyler aporta su irreverencia habitual, mientras la producción juega con sonoridades experimentales, abriendo un espacio para cuestionar las formas tradicionales del rap.
Un manifiesto de rap maduro
Pharrell Williams, quien produce íntegramente el álbum, regresa al sonido incisivo de los primeros años de Clipse, pero sin caer en el mero revival. El beat minimalista, el espacio sonoro y la crudeza emocional son los pilares de un trabajo que suena actual y atemporal a la vez.
El álbum no rehúye de la agresividad lírica: Pusha T continúa afilado, lanzando disses a contemporáneos como Travis Scott, mientras Malice aporta un tono reflexivo, centrado en la pérdida y el legado familiar. Esta combinación convierte el álbum en un balance entre confrontación y vulnerabilidad, como se evidencia en líneas donde hablan de su padre o la precariedad emocional detrás del éxito.
La portada, creada por KAWS, refuerza este discurso. El icónico “Companion” aparece siendo armado por dos manos que simbolizan la cruz y el ancla, representando el dilema moral y espiritual que atraviesa al álbum. La cruz remite al juicio, la muerte y la fe, mientras que el ancla sugiere estabilidad en tiempos turbulentos. Este ensamble visual no es un mero adorno, sino una declaración simbólica del renacer de Clipse, tanto como hermanos como artistas.
En canciones como “All Things Considered”, donde The-Dream y Pharrell añaden capas R&B, algunos críticos han señalado un posible exceso de pulido en la producción, que podría restar crudeza al legado del dúo. Sin embargo, la mayoría coincide en que la exploración emocional del disco lo eleva por encima de una simple continuación de sus trabajos anteriores.
“This is culturally inappropiate”
La recepción crítica ha sido prácticamente unánime. Estamos ante la presencia de un albúm que se destaca por la ausencia de temas descartables. La combinación de beats potentes, letras afiladas y colaboraciones inteligentes coloca a Let God Sort ’Em Out como un referente inmediato del rap contemporáneo.
El álbum no solo consolida el legado de Clipse, sino que también abre un diálogo con la nueva generación de artistas. Stove God Cooks y Ab-Liva representan ese puente entre el pasado y el presente, ayudando a mantener al dúo relevante sin renunciar a su identidad.
Además del disco, Clipse anunció una gira mundial entre agosto y noviembre de 2025, con paradas en Estados Unidos, Europa y Latinoamérica. También se han confirmado colaboraciones de moda con Adidas y Carhartt, expandiendo su influencia más allá de la música.
La semiótica de las canciones y la portada refuerza la idea central del álbum: la reconstrucción, el dolor como motor creativo y la reafirmación de su estatus como leyendas vivas del rap. En palabras de Pusha T durante una entrevista reciente: “Esto no es un comeback. Es una continuación de lo que nunca dejamos de ser”.
Let God Sort ’Em Out no es solo un regreso, es un manifiesto de rap adulto, consciente y provocador. Clipse evita la nostalgia fácil para ofrecer un álbum sólido, emocionalmente honesto y musicalmente impecable. Es un trabajo que dialoga con el pasado, pero se planta firme en el presente, mostrando que el rap puede evolucionar sin perder filo ni integridad.
Con esta entrega, Clipse reafirma su lugar en la historia del hip hop y demuestra que, 16 años después, todavía tiene mucho que decir… y mucho que enseñar.