Escenario

De asfalto y de concreto: Diles que no me maten presentan "La Vida De Alguien Más"

RESEÑA. El segundo disco de la banda capitalina se perfila para ser uno de los mejores discos del año en español estrenado en México

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El material fue lanzado a través de Discos Hipnosis.

El material fue lanzado a través de Discos Hipnosis.

CORTESIA

“Es que lo de ellos está fuera de todo género, güey. Ellos lo que hacen únicamente es música. De verdad que de lo que he escuchado que andan trabajando, está muy cabrón. Sin pedos ese será el disco del año”, me lo mencionó Pablo Calderón, baterista de Mengers, en alguna ocasión en una plática en la que le decía que me encantaba la evolución de la banda Diles que no me maten, cada vez que los veía en vivo.

En cada presentación íntima ante algunos aferrados a esa experiencia muy única e irrepetible de cada show pequeño que ofrecieron, ya sea en la cómoda colonia San Rafael o en las entrañas de la sombría Agrícola Oriental. No importa el lugar, ellos sólo querían tocar.

Y es que ya de por sí lo que Gerardo Ponce, Raúl Ponce, Jonás Derbéz, Jerónimo García y Andrés Lupone era de llamar la atención con su primer obra Edificio (2020), un álbum que surgía en medio de la pandemia y con una línea no muy clara dentro de sus cinco temas sobre los ambientes del post punk y un poco de revival que de rápido fueron dejando de lado por la partida momentánea de Andrés a la gira europea con Sei Still, su otro proyecto.

Ante esto, Edificio, cuál magnífico también es, comenzó a pasar a segundo término y el resto de la agrupación empezó a trabajar en nuevas canciones, con nuevos sonidos y más instrumentos, implementado así los sintetizadores, el sax y la armónica a ese jamming con el que juguetean en directo y el que hace de cada show algo espectacular.

Así se fue formando de a poco La Vida De Alguien Más, el segundo álbum de estudio del quinteto capitalino que sienten el asfalto y el concreto como una extremidad más de su cuerpo, de su piel, aquellos que las calles les susurran las palabras al oído para hacerlas canciones y brindarles una identidad propia como la de nadie más. Para ellos no existen los géneros, ellos suenan a la ciudad y la poesía. Ellos suenan a música solamente.

De nuevo bajo el cobijo del maestro Hugo Quezada en la producción dentro de aquella máquina de sonidos con garantía incluida llamada Progreso Nacional, Diles que no me maten, lejos de quedarse en el confort de cómo sonaban con Edificio, hicieron de La Vida De Alguien Más una experiencia lejanamente diferente en cada corte del LP, sabios de su calidad como músicos y de lo que saben que pueden entregar no para fanáticos o nuevos escuchas que lleguen, si no para ellos mismos, para lo que les genera placer hacer y con lo que se sienten cómodos al divertirse para tocar.

“Hoy es un día cualquiera, pero yo ya no soy yo”.

El impacto es inmediato desde “Intro” y el recital de Jonás con esa sobriedad que le caracteriza sobre una base de sintetizadores ambientales y el sello de la guatemalteca Mabe Fratti dando profundidad absoluta sobre esta pieza que también libera la bestia que da título al disco La Vida De Alguien Más y la ironía de ser una canción que hable de soledad y de apreciar los momentos ajenos pero a un ritmo progresivo, de baile y éxtasis, gracias a los sintetizadores que por capas van tomando más y más relevancia para rematar con el sax del mismo Jonás que recuerda un poco a James Chance.

La magnífica “Igual que ayer” es lo más similar a Edificio, escuchando éste segundo álbum, pareciera un track perdido de su primer obra, con bajos y guitarras dominantes que entran con mucha fuerza para irse difuminando de a poco y hacer la gran mancuerna con “Wako”, su armónica y su ritmo, que pareciera una especie de country rebelde que coloriza una hermosa lírica donde después se va para dejar nuevamente protagonismo para la armónica y una suave y reconfortante guitarra que nos despide de esta bella canción.

Como sacado del Bitches Brew (1970) de Miles Davies, “Los gusanos respiran por la piel” y su casi un minuto de duración con sax y flauta jazz sirve como interludio y puente para conectar con “Vanidad” y la seriedad de todo su contenido para volverla impresionante con su remate de más jazz que recrea paisajes grises en la cabeza.

Probablemente su canción más pop creada hasta ahora, al menos sí dentro de lo que manejan, el sencillo “Outro” hace su aparición cuán hermosa es, una trampa de emociones que se siente como un abrazo cálido del que no te quieres deshacer y deseas repetir una y otra vez para sentir adecuado aquel “no hay nada mejor que hoy”.

Mabe Fratti hace presencia de nuevo con su sello para acompañar en “Noticias del espejo” ante la poesía y aquel juego sigiloso de ondas y sonidos maquilados pacíficamente que tienen similitud con “2021”, el tema que da cierre y remata con broche de oro con su cambio de ritmo entre lo bello y caótico que asemejan sus sintetizadores para rememorar este bizarro año y estos bizarros días que siguen en marcha.

Lanzado a través de Discos Hipnosis y con mano de obra de Hugo Quezada y su Progreso Nacional, Diles que no me maten efectivamente siguen elevando la vara de lo que México puede tener y presumir, algo realmente auténtico en estos tiempos en donde todo es una copia de la copia de la copia. La Vida De Alguien Más es la muestra más clara hasta ahora, no hay género donde encasillarlos. Es un caso redondo que le da el poder de ser el mejor disco del año, por lo menos sí en habla hispana.

Se recomienda escucharlo con audífonos para cada detalle y fidelidad de sonidos, en calma y en silencio alrededor, pero también se recomienda hacerlo al aire libre, con la compañía de los pitidos de los autos en el tráfico, de los pasos veloces al caminar de la gente, los murmullos lejanos sobre las aceras, el viento con smog y tierra golpeando el rostro al caer la tarde, la lluvia provocativa de caos a las orillas de la zona metropolitana y los ladridos de perros al recorrer las calles de camino a casa. Diles que no me maten suenan a la ciudad, la Ciudad de México se vive y se transpira a través de sus canciones.

Qué razón tienes, Pablo Calderón. Éste es el mejor disco del año.

Portada del disco.

Portada del disco.

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