Hace justo una década fue lanzado Dos más dos, un filme argentino de comedia dirigido por Diego Kaplan, sobre lo que les ocurre a dos parejas que sostienen estrecha amistad desde tiempo atrás, cuando una de ellas le comenta a la otra que practican el swinger, es decir, que sostienen intercambios sexuales con otras parejas. Y los invitan a participar de esta actividad.

La película fue un éxito de taquilla en su país natal, y el éxito de esta producción haría que saltara del cine al teatro. En México, ha sido montada varias veces desde entonces, con diversos elencos.

Ahora, la historia escrita por Juan Vera y Daniel Cúparo arriba a las pantallas de México, a través de un remake dirigido por Alfonso Pineda y estelarizado por Adriana Louvier, Arath de la Torre, Tessa Ia y Luis Ernesto Franco. En entrevista con Crónica Escenario, el director de esta cinta y algunos de sus protagonistas relatan las diferencias que existen entre esta nueva versión y la obra original.

“En la película argentina los personajes tienen la misma edad, y digamos que viven en el mismo universo, habitan dentro del mismo universo. En Dos más dos, son dos universos completamente distintos”, detalla Alfonso Pineda.

“Uno es conservador, con Enrique (de la Torre) con sus 40, casi 50 años, padre, gran doctor, pero pésimo en cama. Bueno, por lo menos dejó de hacer la tarea (risas), y está Sara (Louvier) que es una gran abogada y madre. Y en contraste, está Lucy (Ia) de 21 años quien, sin prejuicios, se la pasa pruebe, pruebe y pruebe, y sigue probando. Junto a un Ricardo (Franco) que nos representa un poco-mucho a todos, en este mundo donde creemos que las novias son como updates del iphone, y que la siguiente semana llega la que sigue, y así. Esto de siempre tener algo nuevo, de la adicción a lo nuevo” dijo.

Pineda explica que agregar este contraste de edades obedece a tratar de potenciar ciertos conflictos entre los personajes, varios de ellos vinculados a una brecha generacional. “Yo lo que quería era retratar como chocaban estos dos universos, como se confrontan las creencias sobre el matrimonio, las creencias sobre el sexo, la creencia sobre el amor y la confianza”, describió.

Y complementa: “A diferencia de la obra de teatro -la cual es admirable-, donde sus personajes caen un poco más en el cliché de que sean extremadamente chistosos; aquí en la película la intención era que los personajes se tomaran la situación muy en serio. Pero ellos no eran lo chistoso, la situación era la chistosa. Y al tomarlo tan en serio se volvía cómico. Y se volvió una comedia muy elegante, de enredos, muy divertida, pero también muy humana, y hace que sea muy fácil para el público y para nosotros retratarnos y reconocernos en ellos”, aseguró Alfonso.

En su afán por construir personajes auténticos, y conseguir algo que fuese un poco diferente a la obra en que la película está basada, Luis Ernesto Franco revela que él se negó a ver el filme original. “Si tuve oportunidad de ver la obra de teatro acá. La película no la quise ver. De hecho, ahorita que ya la hicimos, si la vería. No quise verla porque no quise contaminarme, sobre todo con mi personaje, y así poder tener libre creación de lo que se antojara hacer”.

Y añade que “sí logramos alejarnos del tono en el que está planteada la obra de teatro a lo que es la película. Yo como espectador, vi la obra de teatro, y mi experiencia es muy distinta al ver la película, que tiene una manera de entretejer los personajes y de resolver las situaciones de una manera más fina. Sin sonar pretencioso, pero es la verdad. Porque la comedia radica en las situaciones, y en el encuentro de estos personajes tan distintos, y no tanto en el chiste en sí”, afirmó.

Tessa Ia coincide con Franco. “Yo sabía que existía la obra de teatro y la película, pero nunca quise verlas, justo para no viciar el trabajo que estábamos haciendo, y construir algo desde cero, entre nosotros liderados por nuestro súper director Poncho Pineda y las conversaciones que tuvimos los cuatro, ya que tuvimos el guión y hacíamos nuestras lecturas. Era muy interesante platicar acerca de lo que sucedía en la película, y de cómo cada uno de nosotros lo percibía, y siento que nuestro trabajo nace de allí más que de copiar otra producción que toca el mismo tema”, declaró.

Arath de la Torre por su parte, destacó el trabajo en equipo con sus compañeros actores al momento de concebir sus personajes, en particular el suyo. “Poncho y yo, y todos trabajamos en equipo. La verdad es que mis compañeros actores son todos extraordinarios, son maravillosos, son talentosos, propositivos. Yo no hubiera podido hacer un personaje, ni ellos hubieran podido hacer un personaje como el que hicieron cada uno de ellos, si no hubiéramos sido un equipo nosotros cinco. Creo que hicimos una complicidad grande, la complicidad que debe de existir con el director, y me siento muy complacido por el trabajo, y de haber generado este personaje quien en efecto, es muy diferente a mí y a todo lo que he hecho”, dijo.

En lo tocante al tema del swinger, Luis Ernesto enfatiza que este es meramente el detonante de las acciones, pero en realidad no es de lo que trata la película. “Yo creo que sí causa morbo el tema de la película, y lo primero que se viene a la mente, es ‘voy a ver una película swinger, donde se va a tratar el intercambio de parejas’. No sé si sea positivo o negativo, pero al final yo creo que el resultado, como espectador, es que se te olvide que está centrado en parejas donde practican dicho intercambio, porque en realidad es una comedia que se centra en estas dos parejas tan distintas, donde una practica el intercambio de parejas como la solución para mantener la llama del amor y la pasión viva y la otra pareja está envuelta en la monotonía, donde ellos ni siquiera piensan en el intercambio de parejas por sus valores, por la sociedad en la que viven, por su educación… y allí es donde está la comedia. La película toma el tema del intercambio de parejas como un motor para poder desatar y poder darle una opción completamente opuesta a lo que esta pareja monótona se imaginarían que podría ser la solución”, aseveró.

A ese respecto, Tessa Ia agrega que “la película toca temas que de pronto en nuestra sociedad llegan a ser tabú o a generar morbo, pero se tocan de una manera tan cómica y ligera, que realmente ya que viste la película, creo que sales del cine pensando ‘Bueno, no estuvo tan grave’. No es tan fuerte el tema, no se trata de evangelizar a la gente a que piensen que abrir la relación es la solución a todos sus problemas de pareja, en lo absoluto. Pero sí creo que muestra la importancia de la comunicación en una pareja”, sostiene.

Sobre esto, Arath de la Torre opina que “el objetivo real de la comedia, es provocar. También ese es el objetivo de hacer una película, provocar y llevar al extremo a la gente”.

Finalmente, Alfonso Pineda define a Dos más dos como “una comedia romántica a la inversa. Empieza con una pareja junta pero aburrida, que ya no sabe ni que hacer, que la ha matado la monotonía del matrimonio, y justo tienen que arriesgarlo todo y llevar su relación al límite para salvarlo, para reencontrarse, para volverse a ver, para volver a sentir, para volver a apreciar lo que tienen enfrente”.

Y Tessa concluye: “Creo que es una película muy divertida, muy ligera. Y está bien tener estas conversaciones, que más que incómodas son divertidas”.