Escenario

‘Mi vacío y yo’ y el cine contra la transfobia: “Tenemos una labor fundamental para sensibilizar”

ENTREVISTA. El cineasta Adrián Silvestre y el protagonista e inspiración del filme Raphaëlle Perez ‘Raphi’ comparten detalles del filme que ganó el Premio Maguey a la Mejor Película en el FICG

séptimo arte

El filme tuvo su estreno mundial en el Festival de Rotterdam.

El filme tuvo su estreno mundial en el Festival de Rotterdam.

CORTESIA

La película española Mi vacío y yo, dirigida por Adrián Silvestre, fue reconocida con el Premio Maguey a la Mejor Película, en el marco de la edición 37 del Festival Internacional de Cine en Guadalajara (FICG) y en Crónica Escenario tuvimos la oportunidad de charlar con el realizador así como con su protagonista, Raphaëlle Perez ‘Raphi’ al respecto de este gran proyecto.

“Hace cinco años impartía talleres cinematográficos con un grupo de mujeres trans a las que les propuse hacer una película colectiva, ya fuese desde la ficción o el documental, pero que abordara un poco sus vivencias, sus anhelos y puntos de vista de una manera realista. Raphi era una de ellas, tenía escritos acerca de su vida y esta transición de género. Los leí y me di cuenta que la historia tenía que ser contada con ella como protagonista. Escribimos el guion juntos en un proceso íntimo y delicado que ayudó para apelar al sentido común cuidando y protegiéndola mucho mientras el viento soplaba a favor donde, al final, tuvo una parte terapéutica que si bien no buscábamos resultó años después ser un hecho”, comenzó explicando Silvestre acerca del génesis de este filme.

La trama sigue la historia de Raphi, una persona joven, andrógina diagnosticada con dismorfia de género que inicia un camino para asumir su identidad. Su transformación es acompañada por las experiencias de amigas trans, artistas queer y hombres cis que conoce por aplicaciones móviles y que le ayudan a encontrar un espacio en este mundo lleno de prejuicios: “Hasta la fecha, la relación con el público y la cinta ha sido catártica. La gente sale muy movida de verla pero a la vez contenta e inspirada para acercarse a la comunidad trans desde otro lugar, incluso hay quienes ven en Raphi un referente que antes no tenían y eso es bellísimo”, añadió el cineasta español.

Para Raphi, el proceso fue mucho más terapéutico de lo que esperaba. “El volver a pasar esas experiencias al final fue como un aprendizaje donde recreaba lo que viví para la ficción. Fue una manera de sacar lecciones importantes y poder reflexionar acerca de estas situaciones para que, si me volviera a suceder algo así en el futuro, no cayera de nuevo. El proyecto permitió verme como en un espejo. De hecho, en ella hay muchos momentos de esos. Ha sido algo que siempre me deja sin palabras ante mis propias dudas o exigencias. Verme así, en un espejo pero ahora de una pantalla grande y en la cinta ha sido algo que aun me causa ese efecto”.

Algo que destacó el director español es que, si bien la cinta da voz a este tipo de problemas de género, es una historia más de muchas. “Ellas siempre han estado presentes, están en nuestro entorno, en nuestro día a día pero no las hemos visto mucho en el cine. Hay quien se atreverá a decir que existe como una invasión de narrativas con respecto a la diversidad pero no están representado el porcentaje de lo que existe en la realidad. Necesitamos tener referentes en todas las cinematografías del mundo acerca de esto y basta con mostrar sin juzgar ni aleccionar y que los espectadores sean quienes decidan cuáles historias funcionan”, afirmó.

La trama sigue la historia de Raphi, una persona joven, andrógina diagnosticada con dismorfia de género que inicia un camino para asumir su identidad.

La trama sigue la historia de Raphi, una persona joven, andrógina diagnosticada con dismorfia de género que inicia un camino para asumir su identidad.

CORTESIA

Debido a los momentos en que vivimos y la temática del filme, Raphi cree que es el momento más oportuno para traer su relato a cines. “Es una cinta necesaria justamente porque aún hay mucho por recorrer en la lucha de los derechos del colectivo LGTBI. Con ella damos voz pero también mostramos a todas las personas que forman parte del mismo que se encuentran perdidas, estancadas, sin saber a dónde acudir por información o en busca de algún referente pues nunca hemos tenido uno con el cual crecer o identificarnos, incluso para aspirar a ser este tipo de persona o un modelo con quien identificarse”, aseveró la protagonista.

Algo que es de apreciarse es que Mi vacío y yo no busca encajar en una agenda de inclusión sino que busca la visibilidad de estas historias, aunque Silvestre reconoce que puede haber espacio para todo. “Entiendo que el cine es un mercado de productos culturales que obedece al comportamiento del público, que busca generar buena taquilla y por ende tiene que cumplir con ciertas cuotas. Eso da como resultado una mezcla de dos tipos de cintas, una que tiene que representar a un tipo de personaje pero con cierta protección casi paternalista porque no le puedes dar una mala imagen a un colectivo que a la fecha sigue siendo vulnerable. Al final, hay tantos factores que nos dan todo tipo de productos, unos que son más arriesgados y sin miedo a mostrar las aristas de los personajes y otros que siguen siendo los de toda la vida que son mucho más estereotipados y que no tiene de malo que convivan entre ellos”.

Aquí, Raphi señaló la importancia de no emitir ningún juicio ni seguir alguna agenda en el relato. “Quedamos en hablar de esto de la manera más abierta posible. Tampoco queríamos mostrar solo una realidad de una persona trans que siguiera determinados pasos o cayera en ciertos clichés y punto. Siempre buscamos abrir el abanico para que todos los que vean la cinta puedan identificarse conmigo sin caer en prejuicios o preconcepciones establecidas, que sigan siendo ellas mismas”.

Adrián Silvestre hizo énfasis en la otra lectura que tiene este filme, una que va más allá de géneros para hablar de algo mucho más íntimo e interno. “Sin duda la película tenía que ser íntima, sexual pero tampoco creo que se quede en ello. La historia va más hacia lo interior y la transformación. Es como cuando se habla de la violencia, una que subyace, no se observa en público pero existe en las redes sociales o en lo más escondido. Todo depende de cómo uno lo vea y lo relacione con sus experiencias. Fue difícil para Raphi hablar de ello pero también buscamos equilibrar el relato, existe el humor, con un sabor de boca esperanzador donde dan ganas de mirar al futuro potenciando las herramientas para tener una vida satisfactoria”, enfatizó.

La maravillosa pero complicada labor de Raphi al revivir su historia es algo que le ayudó de algunas formas pero que también la hizo enfrentarse a partes muy duras en la filmación. “Tuve unas escenas muy duras por las que pasar. Aunque pareciera que esas podrían ser las más emotivas, donde hay llanto o expresando el malestar que existe ahí, lo más duro de hacer fueron las escenas de sexo porque eran incómodas, tenía que enfrentar mi desnudez con otro actor y eso realmente ha sido duro. Afrontar mi disforia con otra persona no fue muy agradable aunque al final, al ver la cinta reconozco que eran necesarias de hacer”, mencionó emotiva.

Debido a los momentos en que vivimos y la temática del filme, Raphi cree que es el momento más oportuno para traer su relato a cines.

Debido a los momentos en que vivimos y la temática del filme, Raphi cree que es el momento más oportuno para traer su relato a cines.

CORTESIA

El director español aprovechó este momento para ahondar en el proceso de cambio y de encontrarse a uno mismo, algo que considera es la parte con la que la audiencia conecta de mejor forma. “Me gusta pensar que la cinta, narrativamente, relata un momento clave de la transición de género, pero también de algo mucho más amplio como lo es la metamorfosis en la personalidad de cada uno y es ahí donde todos conectamos, en ese forjamiento de la identidad porque como personas constantemente tratamos de encontrar la felicidad, de llenar esos vacíos. Fue bueno hacerlo con Raphi en su momento pero ella también está creciendo y con este tour de medios que estamos haciendo para hablar del filme está muy empoderada, mirando en retrospectiva todo lo que ha vivido y cómo ya no se reconoce tanto ahí, en lo que nosotros vemos. Creo que eso es algo inherente a la naturaleza humana”.

Raphi añadió que es el vacío un personaje más de este relato, ese que funciona como un motor catártico para todo el que vive su viaje. “Es verdad que mi forma de ver la vida es un tanto especial pues soy muy intensa, a veces muy eufórica o muy triste. Es en estos últimos que aparece ese vacío y me presentaba una necesidad de rellenarlo con cualquier cosa, lo cual me daba una sensación de no encajar o no estar bien conmigo misma. Ha estado y sigue estando ese hueco y en la realidad existe siempre con momentos buenos o malos, pero hay que seguir buscándonos y encontrándonos porque siempre estamos en un constante cambio gracias a las experiencias que nos topamos en el día a día”, manifestó la artista.

Silvestre cree que este tipo de historias son una forma de crear una nueva conciencia en el público para reflexionar acerca de los paradigmas establecidos acerca del género en sociedades donde la violencia y el prejuicio están bastante vigentes. “Hay algo que se puede sentir como una doble cara. Nos han dicho que es bueno hacer una cinta que no recaiga tanto en la violencia o tragedia o pones a una persona trans como una víctima. Entiendo que eso se agradezca, pero no hay que olvidar que aún queda mucho por hacer, que los crímenes de odio, la transfobia, los feminicidios continúan. Hablamos de una historia de una persona en un lugar específico, pero gracias al cine y la cultura hay mucho por hacer y creo que tenemos una labor fundamental para sensibilizar y transformar las percepciones de la gente que ahora mismo sentimos que están más lejos”.

Raphi continuó la idea manifestando lo siguiente: “La cinta se vuelve doblemente necesaria porque posiblemente en México o Latinoamérica haya mucho camino que recorrer, aún más que en Europa. Estar aquí, presentando la cinta durante el mes del orgullo significa mucho porque demuestra la apuesta fuerte por mostrar las realidades trans y hacer hincapié ante la violencia de género, alzar la voz para decir que aquí estamos, que vamos a luchar para que se nos acepte y se termine esa violencia irracional en este mundo, que se nos escuche y acepte. No somos diferentes y creo que ahí radica la belleza de ello, que cualquiera conecta con mi historia porque va más allá del género y lo trans”.

Ligado a ello, Silvestre es un firme creyente de que a través de las expresiones artísticas y la sensibilidad de las nuevas generaciones, podemos aprender a convivir y dejar de lado las diferencias que existen en cuanto al género. “Llevo un buen tiempo dedicándome a esto pero tampoco puedo cambiar la mentalidad de alguien que no desea hacerlo. Al final me parece que la clave está en que, cuando desconoces algo por miedo, ignorancia o tenerlo lejos, lo mejor es acercarte y escuchar, desarrollar esa empatía ya sea para hablar en términos de género como lo hacemos en este filme o para cualquier otra cosa. Al final, veremos así que no somos tan distintos y que lo diverso, exótico o diferente no es ajeno y si lo consideramos así estamos tomando el camino equivocado”, mencionó.

El cineasta Adrián Silvestre y el protagonista e inspiración del filme Raphaëlle Perez ‘Raphi’ posan con su premio en el FICG.

El cineasta Adrián Silvestre y el protagonista e inspiración del filme Raphaëlle Perez ‘Raphi’ posan con su premio en el FICG.

CORTESIA FICG

Concluyendo la charla, Raphi hizo ver la emoción de formar parte de este proyecto que sigue su paso por el mundo y que espera seguir generando eco y una recepción tan positiva. “Todo esto es algo realmente mágico, no vengo del mundo del cine ni estudié interpretación, es mi primera película y vivo la cosa como si estuviera viviendo otra cinta. Esta es la primera vez que visito el continente americano, aquí en Guadalajara pues nunca había cruzado el charco y esa es la magia de esto, que quizás sin este proyecto nunca hubiera logrado esto. Me siento muy agradecida con la vida de que las cosas ocurrieran de esta manera”.

Adrián concluyó: “Llegamos con muchas ganas a este festival. Guadalajara es nuestro estreno latinoamericano, después el 27 de junio estrenaremos en Ciudad de México en el Centro Cultural de España, públicos con los que tenemos muchas ganas de tener un intercambio para saber cómo es que ven nuestra historia”.