“El problema de un gobernante que no lee, no es que no tenga cultura acumulada sino que le será más difícil leer su realidad y tomar mejores decisiones. Los libros conducen a la realidad por caminos que la enriquecen, no nos alejan de ella”, comentó Alberto Ruy Sánchez (Ciudad de México, 1971) durante el Homenaje al Bibliófilo que recibió ayer el escritor mexicano en la edición 31 de la Feria Internacional del Libro (FIL) de Guadalajara.
En la ceremonia, el editor de Artes de México leyó un discurso dedicado al amor que siente por los libros y el cariño que tiene hacia la ciudad de Guadalajara, comentó que desde hace 30 años, como autor, fue feliz leyendo y contando historias a los niños tapatíos con el mismo placer con el que lo hacía con sus hijos.
“Ahora convertidos en jóvenes lectores de mis libros, aquellos niños de Guadalajara vienen a la feria con sus hijos para llevarse los libros infantiles que editamos. La anécdota circular es significativa y nada menor, porque al haber puesto al libro en la vida de varias generaciones ha transformado sin duda esta ciudad, ha mejorado, en todo caso, sus útiles para leer la vida. Eso a todos los niveles, en todos los sectores sociales, en cualquier persona produce una diferencia”.
El acto de leer conlleva a tomar mejores decisiones y para lograrlo, dijo, hay que saber dejarse leer por los libros. “Es un nivel más evolucionado de alfabetización, escuchar con atención sostenida lo que los libros nos dicen de nuestros límites, miedos, aspiraciones, fragilidades y posibilidades. El libro es una voz que entra en la intimidad, nos toca fondo y si dejamos que su química se active en contacto con la nuestra, nos ayuda a vivir”.
Quien lee íntimamente, añadió, parece que sólo usa los ojos pero toca, huele y piensa con ellos. “Inmóvil viaja y baila; en paz, pelea; hasta en silencio lucha y no se deja, se vuelve más real entre más imagina, más despierta entre más sueña, ejerce instintivamente las más extremas posibilidades humanas porque imagina y reflexiona, piensa”.
Ruy Sánchez definió su amor por los libros como corporal. “Es muchas veces un amor correspondido en exceso, no es raro que los libros den mucho más de lo que reciben, pero sin el amor de un lector, uno por lo menos, los libros prácticamente no existen, son bloques de papel entregados a la humedad, a los bichos y todo lo que acelera su edad”.
GUADALAJARA. Por Artes de México, el poeta mexicano ha sido un asistente de la FIL de Guadalajara durante tres décadas, donde obtuvo sus primeros suscriptores y los bocetos del proyecto editorial que es hoy.
“En la primera feria exhibimos tan sólo el proyecto, obtuvimos las primeras suscripciones, compartimos promesas de libros. Los lectores de Guadalajara han sido testigos constantes del crecimiento de un proyecto cultural tan cuesta arriba que a muchos les parecía imposible. Gracias entonces y ahora, no sólo a la feria, sino a instituciones, empresas y personas de Jalisco, incluyendo las bibliotecas de la Universidad de Jalisco que por tres décadas han sido nuestros cómplices en esta aventura de un obstinado amor a México y a su diversidad, a través de sus libros que lo exploran y lo comparten”, indicó.
La revista que dirige el homenajeado tiene el afán de demostrar a México, a través de lo mejor que tiene: su creatividad capaz de transformar su naturaleza en cultura, sus rituales en artesanía, su memorial de agravios en objetos intensamente expresivos. “Entre nuestros lemas de batalla editorial, hay uno que resume la naturaleza de nuestros libros: queremos sumar al placer de contemplar, el placer de comprender”, precisó.
lg
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