Cronomicón

Las andanzas de Emmanuel Carrère

Emmanuel Carrère sabe que “Conviene tener un sitio adonde ir” no es un buen título para un libro que guarda tantos artículos, reportajes y prólogos que ha venido publicando a lo largo de su carrera periodística.

Durante la presentación de su libro, el ganador del Premio FIL de Literatura en Lenguas Romances confesó que lo consultó con el viejo libro I Ching, que se convirtió en una especie de “consultorio” para él. “No es un buen título. Me gusta el libro, el contenido y me gustan los títulos que le pongo a los libros, pero en este caso no lograba recopilar. El problema es que necesito 10 minutos de explicación; le falta claridad y honestidad”.

Pero el contenido de “Conviene tener un sitio adonde ir” (Editorial Anagrama) lo compensa. En éste, el lector logra involucrarse con cada lugar que Carrère pisó, porque a él le gusta meterse a los lugares más perdidos.

El libro incluye, por ejemplo, la crónica de una fallida entrevista a Catherine Deneuve; viajes a la Rumanía post-Ceaucescu en busca de las huellas de Drácula, a Sri Lanka después de un tsunami y a Davos y sus foros elitistas, así como un fugaz encuentro neoyorquino con el novelista de culto Luke Rhinehart. Son el germen de lo que serían sus próximas novelas.

Para el periodista francés, hay dos familiares en el periodismo. Por un lado está la gente que escribe análisis, comentarios, editoriales. Del otro lado está el que escribe reportajes como una narrativa. “Yo pertenezco a la segunda familia”, reconoció en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara (FIL).

“No puedo escribir opinión, pero sí puedo escribir un reportaje que es un trabajo de campo; es mejor para intentar formar una conciencia de la realidad; me permite acercarme a algo”.

Para el escritor, el reportaje periodístico es el que le permite llegar a todos lados. Durante un mes (Emmanuel Carrère habla de que un trabajo de estos le lleva un mes, aproximadamente, 15 días para investigar y 15 días más para escribir), la investigación lo lleva a entrevistar a la gente que por lo general piensa como él. Pero también con aquellos que piensan lo contrario. “El periodista debe oír lo que no piensa”.

“A veces un reportaje es como un billete de lotería; para mí se vuelve el tema más importante; puede ser como amor a primera vista”, comparó el autor.

Y como su tema se vuelve lo más importante, Carrère suele llevarlo más allá hasta convertirlo en un libro, porque “cualquier literatura intenta contar la realidad”. La diferencia entre lo que él escribe (la no-ficción) y la ficción, es que la primera se vuelve peligrosa.

lg

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