Innovación

Videojuegos: Far Cry Primal

Recientemente Ubisoft Montreal ha lanzado “Far Cry Primal”, la quinta entrega de la saga “Far Cry”.

Después de cuatro entregas bastante similares, han decidido darle un giro de tuerca a la saga, y aunque se mantienen constantes elementos como los viajes astrales inducidos por las drogas y las torres de control, esta vez toca retrocederse en el tiempo 12 mil años, basando todo el juego en la prehistoria.

La elección del entorno ha sido, a todas luces, una apuesta arriesgada que no ha dejado de causar desconcierto en la comunidad gamer. Si bien, la saga “Assassin’s Creed” había acostumbrado al respetable a adaptarse a diferentes épocas, el atractivo de la propuesta eran las figuras históricas reconocibles, y la interacción con éstas. La prehistoria parecía un entorno poco llamativo para el desarrollo de una aventura gráfica digna de la saga “Far Cry”, y ciertamente no destaca por su historia, pero Primal, sin duda, continúa con la tradición conceptual establecida desde su primera entrega, incluso desafiando la tendencia de los videojuegos actuales.

Mientras el industrial triple A se esmera en ofrecer guerras modernas, odiseas espaciales, futuros post apocalípticos, y tierras de fantasía medieval u oscurantista, la saga “Far Cry” nos arrastra hasta el paleolítico para destacar la visión implícita de “Far Cry 3”, el hombre es salvaje por naturaleza. Esta es una idea que la saga maneja de trasfondo.

Los videojuegos actuales han hecho uso del sistema jugable para trata la violencia como un medio de entretenimiento, y no como la finalidad del mismo, lo cual permite a los autores ejercer una crítica ora a los tiempos violentos, ora al mal uso de la razón o a sus destructivas consecuencias.

“Far Cry” rechaza el modelo de racionalidad. Sus personajes no son el ser racional al que la humanidad aspira, sino el salvaje y primitivo instinto animal que descarta a la razón para ejercer su domino. Dicha propuesta se ve reflejada de manera excelente a través de los controles torpes que se vuelven paulatinamente más cómodos y, ¿por qué negarlo?, más divertidos conforme vamos dejando un rastro de muertes a nuestro paso.

Lamentablemente, la propuesta se mantiene a nivel práctico más que a nivel teórico. El desenvolvimiento del personaje no logra esa conclusión crítica que el escenario intenta plantear. La historia, como ya es costumbre en Ubisoft, no es nada destacable y los personajes están lejos de ser entrañables. Los gráficos son digno estandarte de la generación que representan, y el mapeado sandbox es extenso e interesante.

De nuevo, el gran gancho de esta entrega se encuentra en su jugabilidad, y en la expansión de un concepto que desafía a la convencionalidad.

“Primal” es un proyecto al que vale la pena examinar a fondo, y que puede llegar a ofrecer bastantes horas de entretenimiento, pero el cambio tan drástico de ambiente, puede tomar desorientar bastante al jugador casual y puede que tenga problemas en atrapar su interés.

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