Metrópoli

“Al ritmo en que trabaja la policía con el desmembramiento de grupos delictivos, el problema es el último eslabón de la cadena. De ahí nuestra propuesta de alternativas a la prisión preventiva oficiosa, que prefiere abrir para reeducar”, dijo a Crónica Humberto Morgan, vicepresidente del Observatorio de Seguridad Ciudadana

Cárceles en CDMX están sobrepobladas y programas de reinserción caen 34%

Reclusorio Oriente Centro de Ejecución de Sanciones Penales Varonil Oriente

En los últimos años, la población penitenciaria ha crecido significativamente, sin embargo, al mismo tiempo algunos penales capitalinos están sobrepoblados, lo que limita la capacidad de servicios, calidad de vida y apoyos para transformar su comportamiento y reincorporarse a la sociedad.

Organismos como el Observatorio de Seguridad Ciudadana han alertado que hasta el último día del 2023, el Reclusorio Preventivo Varonil Oriente es uno de los que tuvo mayor sobrepoblación, pues su capacidad es de cinco mil 931, pero sus habitantes hasta mayo del 2024 fueron seis mil 407. Así, la Penitenciaría de la Ciudad de México puede albergar máximo a dos mil 614 internos, pero tenía tres mil 690.

El resto de grandes centros penitenciarios operan cerca de su capacidad máxima, como el Reclusorio Preventivo Varonil Sur que hasta el 2023, una población de cuatro mil 589 personas en una capacidad para atender hasta cinco mil 63 personas; mientras que en el Reclusorio Preventivo Varonil Norte con seis mil 519 espacios, contaba con seis mil 464 personas privadas de su libertad.

Del año 2020 a 2023, la entrada de personas privadas de la libertad a reclusorios capitalinos pasó de ocho mil 236 a 15 mil 895, un incremento del 93 por ciento; en ese lapso de tiempo, el Instituto de Reinserción Social, encargado de encaminar a través de un sistema de cuidados a los expresos a una vida común, útil y funcional dentro de la comunidad, bajó en 34 por ciento la atención a sujetos provenientes de cárceles, de apoyar dos mil 498 en el primer año, a mil 49 en 2024.

El descenso en los apoyos a las PPL que salieron de reclusión comenzó en el año 2020, cuando dos mil 498 exreos se incorporaron al Instituto de Reinserción, con un presupuesto de cuatro millones de pesos; lapso en el que ingresaron ocho mil 236 personas a las 10 cárceles. En 2021 la población penitenciaria se mantuvo sin cambios significativos, con ocho mil 233, tiempo en el que dos mil 415 egresados participaron en actividades para reformar su comportamiento, tres por ciento menos que el ejercicio anterior.

Para el 2022 los hombres y mujeres encarceladas crecieron nueve por ciento conforme al año pasado, a ocho mil 985. De los cuales, los movimientos más notables ocurrieron en el Reclusorio Preventivo Varonil Norte, donde su población pasó de dos mil 489 a tres mil 15, 21 por ciento más; asimismo, el Reclusorio Preventivo Varonil Oriente subió de dos mil 305 a tres mil 137, 36 por ciento arriba.

También el Centro Varonil de Reinserción Social Santa Martha Acatitla que dobló su cifra de ingresos que mantuvo durante dos años, de 10 a 20 y el Centro Femenil de Reinserción Social Santa Martha Acatitla, que aumentó ocho por ciento las entradas al penal, de 934 a mil 11.

Reclusorios en México

A pesar de que en ese año el recurso económico al Instituto de Reinserción tuvo su inversión más alta con nueve millones de pesos, cinco millones más que en los dos periodos antecesores y se beneficiaron dos mil 678 personas, fue el último periodo en que los programas a transformar la conducta de los exconvictos tuvieron más aportaciones, ya que al año siguiente el dinero destinado disminuyó en seis millones de pesos.

De las personas que cayeron en reclusorios, el delito de robo es la incidencia que los llevó a estar tras las rejas, con 74.1 por ciento en mujeres y 72.8 en hombres; después, 8.5 por ciento de las mujeres están encarceladas por delitos contra la salud y 4.1 por ciento de los hombres. En tercer lugar, por homicidio 4.1 por ciento de las mujeres están privadas de su libertad y 4.8 por ciento de los hombres.

“México no cree en programas de reinserción”

El vicepresidente del Observatorio de Seguridad Ciudadana, Humberto Morgan, dijo en entrevista con Crónica que la lentitud para otorgar sentencias a las PPL incrementa el problema. Explicó que en el año 2204, el 33.3 por ciento de la población penitenciaria carecía de una resolución judicial y para el 2025, esa cifra creció a 40 por ciento en hombres y 47.1 en mujeres a nivel nacional.

“Con el nuevo Poder Judicial se prevé que no cambiará la lógica punitiva del sistema penal mexicano y la prisión preventiva oficiosa y eso va a saturar. Es un fenómeno crítico en que la Secretaría de Seguridad Ciudadana está en un récord de detenciones, el problema es que aún con nuevos anexos y la rapidez con la que trabaja la policía, hay un sobrecupo, genera hacinamiento y violencia. Los delitos que son de bajo impacto, por la pobreza de las personas que no tienen abogados, los mantienen en prisiones por el robo de un accesorio de vehículos, celular, pero en estos procesos se involucran con personas que vienen de delitos complejos y se contaminan, no es en vano que las cárceles son universidades del crimen”.

“Al ritmo en que trabaja la policía con el desmembramiento de grupos delictivos, el problema es el último eslabón de la cadena donde tenemos una bomba de tiempo. De ahí nuestra propuesta de buscar medidas cautelares alternativas, no necesariamente la prisión preventiva oficiosa y que se se piense en modelos como el del régimen aperto italiano, que se crea el 1975 para evitar la sobrepoblación y el estrés en las cárceles, el modelo mexicano busca encerrar para controlar y otros como el italiano que prefieren abrir para reeducar”.

“El régimen aperto es un símbolo que cree en la justicia a través de la reinserción y al supervisión comunitaria y la prisión preventiva oficiosa ordena el encarcelamiento automática antes de que exista una sentencia y aunque nuestro país ha sido reconvenido por la Corte Interamericana de Derechos Humanos, no hacemos caso”.

82% menos de atención a Reinserción Social

Aún con más ciudadanos que deben de ser orientados para no reincidir en una vida delincuencial, el Proyecto Integral de Reinserción Social (PIRS) “Libertad en Movimiento” que busca reforzar valores, hábitos positivos y desarrollar habilidades en personas liberadas redujo su capacidad de atención, con 82.9 por ciento menos personas favorecidas en tres años, desde que inició el programa, aún cuando los reclusorios en la capital ejercieron cinco millones 60 pesos, equivalente al 11 por ciento del monto ejercido a nivel nacional.

Desde el 2022, cuando inició el PIRS, se apoyó a 398 exreos, es decir, de toda la población que ingresó al Instituto de Reinserción (dos mil 678), únicamente 14.8 por ciento accedió al proyecto de vida que permite a las personas liberadas construir una sana relación con ellos mismos y con la sociedad a la que pertenecen.

En 2023 la entrada de personas que presuntamente cometieron un delito se disparó en los 10 penales, 77 por ciento en comparación con el 2022, al alcanzar 15 mil 895.

El Reclusorio Norte albergó la mayor cantidad de población, con siete mil 425 nuevos reclusos, cuatro mil 410 personas más que el año pasado. Después, el Reclusorio Sur, tuvo una subida del 36 por ciento, con 770 más ingresos; el Centro Varonil de Rehabilitación Psicosocial (CEVAREPSI), que comúnmente mantiene pocas entradas dado que se especializa en tratar a personas con alguna enfermedad mental, registró 65 nuevos habitantes, mientras que en años pasados la cifra no rebasaba de 45 personas anuales.

El caso más notable ocurrió en el Centro de Ejecución de Sanciones Penales Varonil Oriente, que luego de mantener cero entradas en tres años, en 2023 acumuló 10. La población del Centro Femenil de Readaptación Social Santa Martha Acatitla no dejó de crecer, en un año entraron 908 mujeres al encarcelamiento.

Ciento 33 presuntos criminales más que en 2022 entraron al Centro Varonil de Readaptación Social Santa Martha Acatitla, de 20 en el primer año a 133, con subida de 565 por ciento en 12 meses. La Penitenciaría creció de 17 a 72 ingresos en ese lapso, 32 por ciento más y el Centro de Ejecución de Sanciones Penales Varonil Norte, que había mantenido cero incorporaciones en 2020 y 2021 y sólo una en 2023, tuvo ocho en 2023.

Aún con más población recluida con la necesidad de transformar su comportamiento, el Instituto de Reinserción Social tuvo su peor partida presupuestal, con únicamente tres millones de pesos, 66 por ciento de recorte en comparación con lo recibido en 2022. En consecuencia, sólo mil 644 personas recibieron atención, 38 por ciento menos que el ejercicio anterior.

Menos cupo en tareas de Reinserción

En el PIRS, la población favorecida bajó a 235 en el año 2023, 40 por ciento menos y sólo el 14.2 por ciento del total del Instituto (mil 644) se benefició con esas tareas de cuidados que implican Taller Integral, Un Domingo Más en Libertad, Feria de la Libertad, Festival Iberoamericano de la Libertad, actividades multidisciplinarias y programas sociales.

“Cuando se reduce el recurso en las cárceles, hay menos oportunidad de desarrollo y de reinserción plena, con corrupción y estrés adicional para el sistema penitenciario. Hay una afectación directa al postulado constitucional de privilegiar la reinserción de los presos y vulneración a los Derechos Humanos, que no se les permite la posibilidad de reinserción a través de actividades, empleo”.

“Al bajar recursos financieros, tampoco hay recursos humanos como custodios, psicólogos, que implica autogobiernos. Por eso insistimos en que los prisioneros que no cometan delitos de alto impacto social, tengan la posibilidad de trabajar en el día y regresar en la noche a la prisión, hay un sistema de acompañamiento, tutores y el modelo italiano tiene un alto grado de éxito en la reinserción social. En México es un sistema punitivo, no humano, que responde a lógicas de los políticos que a la de la gente que han cometido delitos, se reinserten y recapaciten de sus errores, no hay una voluntad, se expresa muy clara en que el sistema no quiere medidas cautelares distintas, también en endurecer las penas, como más años para fentanilo, secuestro y eso no funciona, quien va a delinquir lo hará por un año o 20”.

“En una muestra de carácter político dicen que detuvieron a tantos, el problema es a dónde van a llegar, si se van a enviciar o tendrán la posibilidad de reinsertarse. Esta nueva corte difícilmente aceptará que la prisión preventiva oficiosa no se de a rajatabla, porque hay una coincidencia ideológica con el Gobierno federal”, puntualizó Morgan.

Si bien en el 2024 se redujeron las entradas a las cárceles, algunos penales tuvieron subidas importantes. La Penitenciaría creció su nueva población en 886 por ciento, de 72 en 2023 a 710 en el año siguiente; el Centro Varonil de Readaptación Social Santa Martha Acatitla acumuló 444 ingresos, cuando el año pasado sólo tuvo 133; el CEVAREPSI subió sus incorporaciones en 86 por ciento, de 65 a 121 en ese periodo de tiempo.

Los casos más relevantes son el del Centro de Ejecución de Sanciones Penales Varonil Oriente, que en un sólo año incrementó mil 12 por ciento sus entradas, de ocho a 89. Su penal homólogo, pero el localizado en el oriente subió mil 580 por ciento, de 10 a 168 PPL que se alojaron en ese reclusorio.

El Centro Femenil de Readaptación Social (Tepepan) se había mantenido con 17 nuevos ingresos en cuatro años, pero en 2024 se disparó mil ochenta por ciento, al llegar a 59 mujeres PPL.

Pese a que el Instituto recibió siete millones de pesos en presupuesto en 2024, dinero que se mantuvo igual en 2025, la población beneficiada bajó 36 por ciento, con mil 49. En el primer semestre del 2025, fueron beneficiadas 540 personas, 78 por ciento menos que en todo el 2020; 79 por ciento de reducción que en el ejercicio 2022.

En 2024 el padrón del PIRS volvió a disminuir a 202 exPPL, donde el 19.2 del total del Instituto se mantuvo en labores de creación y promoción de espacios de orientación, apoyo y desarrollo personal, laboral, cultural, educativo, social y de capacitación. Hasta el 21 de julio del 2025 se consideró para el proyecto a 68 ciudadanos, sólo el 12.5 por ciento accedió.

“El exconvicto o reo que no tiene elementos de mejoramiento en su conducta, porque no tiene elementos, lo vuelve a hacer porque no tiene otra oportunidad. No tendrá una oportunidad de trabajo, de estudio y estará estigmatizado. Los grande delincuentes en un círculo de corrupción con jueces, Ministerios Públicos o Fiscalías, entran, hagan fianzas y vuelven a salir, además de la falta de conciencia de la ciudadanía yd ecir que los delincuentes se vayan a la cárcel, el problema es que cuando salen vuelven a cometer los mismos ilícitos, porque no hay vías de una reinserción plena, el 95 por ciento de los ingresados se mantendrá en el ocio”, advirtió Morgan.

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