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España prohíbe que los tests de antígenos cuesten más de 2.94 euros

Al cambio, son 70 pesos mexicanos, mientras aquí estas pruebas cuestan no menos de 200 pesos en farmacias y pueden llegar a costar 700

covid-19

Una prueba de antígenos de COVID-19, vista este martes 11 de enero.

Una prueba de antígenos de COVID-19, vista este martes 11 de enero.

Cristina Coromina

Luego de varios días de especulaciones, el gobierno español confirmó este jueves que ha limitado el precio de las pruebas de antígenos para detectar la COVID-19; concretamente, no podrán costar más de 2.94 euros, unos 70 pesos mexicanos al cambio.

Estos tests se continuarán vendiendo solo en farmacias, aunque desde algunos sectores se había pedido que se vendieran también en otros establecimientos.

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El precio de las pruebas de antígenos se había disparado en España durante las vacaciones navideñas debido al aumento de la demanda precisamente por las reuniones familiares habituales en esas fechas. Eso hizo que una sola prueba pudiera llegar a costar hasta alrededor de 10 euros, unos 230 pesos.

Cabe destacar que en farmacias del centro de México estas mismas pruebas cuestan no menos de 200 pesos mexicanos la unidad, y en ocasiones pueden dispararse hasta los 700 pesos en algunos casos.

El acuerdo de limitar el precio de los tests, alcanzado "por unanimidad" entre los responsables de regular el precio de los medicamentos, se produce una vez resuelto el problema de abastecimiento que afectó a estos test en las últimas semanas, explicó la secretaria de Sanidad española, Carolina Darias.

REFUERZO PARA TODOS LOS ADULTOS

Darias explicó también que el gobierno ha decidido aprobar que se administre la dosis de refuerzo de la vacuna contra la COVID-19 a todas las personas mayores de 18 años.

Darias informó en una rueda de prensa de que la Comisión de Salud Pública, que reúne a técnicos de la secretaría y de las comunidades autónomas, autorizó ampliar la vacunación.

Además, el gobierno también aprobó reducir el tiempo de espera entre la segunda dosis y la tercera, que pasa de los 6 meses a cinco.

Esta medida, según Darias, va en la línea "de lo que están haciendo países del entorno" y responde a las "evidencias" de que entre los 5 lo los 10 meses "empieza a disminuir la efectividad" de la vacuna.

En adelante, según la responsable de Sanidad, quienes se hayan infectado tendrán que dejar pasar cuatro semanas antes de recibir la tercera dosis, siempre que se cumpla también la premisa de que hayan pasado 5 meses desde que se recibió la segunda dosis.

Con información de EFE