
Los gobiernos suníes de Bahréin, Sudán y Emiratos Árabes Unidos confirmaron ayer su apoyo total a su aliado Arabia Saudí al romper o disminuir sus relaciones diplomáticas con Irán, después de que el domingo por la noche lo hiciera Riad, acrecentando así el cisma entre suníes y chiíes en Oriente Medio.
Tras los asaltos el pasado sábado a la embajada saudí en Teherán y al consulado en la ciudad iraní de Mashhad después de la ejecución del disidente clérigo chií Nimr Baqir al Nimr, Arabia Saudí decidió romper sus relaciones diplomáticas con Irán, medida que ayer siguió en primer lugar Bahréin.
“Ataques cobardes”. La monarquía sunita bahreiní, que aplastó hace cuatro años la “primavera árabe” de la mayoría chiita, gracias a la ayuda militar saudí, justificó la ruptura de relaciones por los “ataques cobardes” contra las representaciones diplomáticas saudíes en Irán y por la “flagrante y peligrosa injerencia” de Irán en los asuntos internos de Bahréin. El gobierno de Manama dio 48 horas de plazo para que los diplomáticos iraníes abandonen el país.
Por su parte, Sudán, aliado de Riad en la coalición que lidera Arabia Saudí en el Yemen en su lucha contra el grupo rebelde chií de los hutíes, se sumó a Bahréin y cortó relaciones diplomáticas con Irán “de forma inmediata”.
Por su parte, el gobierno de Emiratos Árabes Unidos (EAU) mandó llamar a su embajador en Teherán y redujo su presencia en la capital iraní al nivel de un encargado de negocios.
EAU justificó esta “medida excepcional” en la “injerencia continuada iraní en los asuntos internos de los países árabes del Golfo (Pérsico), que ha llegado a niveles sin precedentes”.
En este contexto de creciente cisma entre sunitas y chiitas, las dos corrientes del islam, la Liga Árabe (dominada por gobiernos sunitas, excepto en Siria, Irak y parcialmente en Líbano) convocó ayer una reunión extraordinaria de cancilleres para el próximo domingo, con el objetivo de condenar el asalto contra las sedes diplomáticas saudíes en Irán.
Vuelos cancelados. Además de cortar relaciones diplomáticas, la Autoridad General de la Aviación Civil saudí anunció ayer la suspensión de todos sus vuelos con destino y origen en Irán, lo que perjudicará a los miles de peregrinos iraníes que viajan a La Meca, la ciudad más sagrada del islam.
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