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El gran reemplazo, la teoría que convierte a jóvenes blancos en terroristas

Los autores de las masacres de Buffalo y El Paso, pero también Trump y la ultraderecha política y mediática de EU, están convencidos de que libran una guerra racial, donde los segundos apuntan y los primeros disparan

crimen de odio

El supremacista Peyton Brandon, tratado con delicadeza por los agentes tras la matanza en Buffalo, el pasado sábado

El supremacista Peyton Brandon, tratado con delicadeza por los agentes tras la matanza en Buffalo, el pasado sábado

EFE

La matanza el sábado de diez personas negras en un barrio marginal de Buffalo, a manos de un supremacista de 18 años, ha hecho saltar por los aires en los medios de todo el mundo una teoría conspirativa e hiperviolenta, hasta no hace mucho marginal, conocida como “El gran reemplazo”, acuñada en 2010 por el pensador francés Renaud Camus, y que  se ha convertido en un grave problema de seguridad interna en Estados Unidos.

Sin base científica o demográfica alguna que lo sostenga, el autor de Le grand remplacement alerta en su teoría que existe un proceso inexorable de sustitución de la población francesa “nativa” por pueblos de raza no caucásica, principalmente de África y Oriente Medio, que no abandonan sus religiones y costumbres, y que, aliados con las élites liberales, judías e izquierdistas (a las que llama despectivamente “reemplacistas”) acabarán por destruir la civilización blanca cristiana, no sólo en Francia, sino en todo Occidente.

Desde luego existía antes de 2010 una creciente xenofobia y un sordo rencor a los inmigrantes en Europa. Jean Marie Le Pen, fundador del Frente Nacional y padre de Marine Le Pen, casi gana hace dos décadas las elecciones presidenciales en Francia con un discurso apocalíptico sobre inmigrantes africanos que robaban puestos de trabajo a los franceses. Sin embargo, no fue hasta el estallido de la crisis financiera de 2008 y la masificación de las redes sociales, sin apenas control en sus contenidos, cuando este caldo de cultivo germinó y dio vida a este movimiento supremacista basado en el odio y en la necesidad de combatirlo por medios violentos. Sólo faltaba que alguien pusiera nombre a esta teoría de la conspiración: El gran reemplazo (o la gran sustitución).

Masacre de adolescentes noruegos

El noruego Anders Breivik hace el saludo nazi durante su juicio por la matanza de jóvenes en la isla de Utoya, el 22 de julio de 2001 (EFE)

El noruego Anders Breivik hace el saludo nazi durante su juicio por la matanza de jóvenes en la isla de Utoya, el 22 de julio de 2001 

EFE

No había pasado un año desde que circulaba en los circuitos supremacistas la teoría del gran reemplazo y la urgencia de combatirlo, cuando el joven Anders Breivik llevó a cabo su plan para frenar (o al menos alertar) sobre la llegada de inmigrantes, pese a estar Noruega, entre los países con más calidad de vida y bienestar del mundo.

El 22 de julio de 2011, el joven neonazi, harto de la política de acogida a refugiados del gobierno, mató primero a ocho personas al detonar un carro-bomba frente al parlamento de Oslo y, aprovechando el caos, se dirigió al campamento de verano para jóvenes en la isla de Utoya, organizado por el partido socialdemócrata. Allí, ejecutó a sangre fría a 69 adolescentes en una persecución infernal que duró 70 minutos, hasta que pudo ser atrapado.

Ese mismo día, antes de iniciar su cacería terrorista, Breivik colgó en las redes sociales su testamento político, en el que justificaba su acción para alertar sobre el “suicidio cultural europeo”, llevado a cabo, según enumeró, por la socialdemocracia nórdica en alianza con el marxismo los defensores de inmigrantes y minorías, y un enemigo poco nombrado, pero que se ha colocado en el centro de la “cruzada supremacista”: el feminismo.

Más aborto, menos blancos

En el detallado manual de 180 páginas sobre cómo pensaba cometer su matanza en Buffalo, Peyton Brandon escribió: “Los inmigrantes son una amenaza, la presencia de afroamericanos es otra, y los judíos controlan estos complots para erradicar la raza blanca. Son culpables de la baja tasas de natalidad de los blancos en todo el mundo, y esta crisis finalmente resultará en la completa sustitución racial y cultural del pueblo europeo”.

Que un joven de 18 años, recién salido de la adolescencia y residente en un acomodado pueblo del interior del estado de Nueva York se defina como “europeo” y subraye entre sus preocupaciones la escasez de niños de raza caucásica —por culpa de la ideología liberal, que defiende “aberraciones” como el aborto, el matrimonio homosexual, el feminismo antipatriarcal o el mestizaje— ilustra hasta qué punto el terrorista de Buffalo y el de la isla noruega de Utoya se envenenaron la mente leyendo en los mismo portales y chats supremacistas, que circulan libremente en Internet, como 4chan y 8chan, ahora en el centro de la polémica.

Pero hay una diferencia notable. En Noruega, ningún partido con opciones para llegar al poder abrazaría ideas supremacistas, aunque sea de forma velada, mientras que en Estados Unidos, el Partido Republicano se rindió a los más radicales y arrinconó a los pocos que defienden un conservadurismo compasivo e incluyente.

El presentador estrella de Fox News, Tucker Carlson, defensor de la teoría del reemplazo

El presentador estrella de Fox News, Tucker Carlson, defensor de la teoría del reemplazo

CNN

Apología de terrorismo en Fox News

Si el gobernador de Texas, el republicano Greg Abbott, llama criminales a los inmigrantes que piden asilo; si el comentarista estrella de Fox News, Tucker Carlson, alerta a gritos que “¡nos están sustituyendo!” y si aún resuenan las palabras del que fuera presidente, Donald Trump, cuando denunciaba a los “invasores” que cruzan la frontera ¿cómo no iba a sentirse justificado y obligado el joven Patrick Crusius a cruzar el estado de Texas para dirigirse a El Paso y abrir fuego contra los mexicanos en un supermercado, matando a 23 personas?

Patrick Crusius en el momento en que ingresó en un Wal Mart de El Paso para “matar invasores mexicanos”

Patrick Crusius en el momento en que ingresó en un Wal Mart de El Paso para “matar invasores mexicanos”

EFE

27 minutos antes de la matanza de El Paso, ocurrida el 3 de agosto de 2019, Crusius colgó en Internet un manifiesto delirante en el que expresaba su admiración por otro supremacista blanco, Brenton Tarrant, de 28 años, quien cinco meses antes abrió fuego contra dos mezquitas en Nueva Zelanda, matando a 51 musulmanes.

Brenton Tarrant retransmitió su matanza en dos mezquitas de Christchurch, Nueva Zelanda

Brenton Tarrant retransmitió su matanza en dos mezquitas de Christchurch, Nueva Zelanda

twitch

No sólo agradeció el terrorista de El Paso que hubiera contribuido a la causa de eliminar a los que quieren usurpar la hegemonía blanca, sino que celebró que hubiera recurrido a un método de guerra impactante y acorde a nuestros tiempos: una cámara desde el casco de su cabeza para grabar en directo su acción, algo que permite Twitch, una aplicación de Amazon.

“Matar como si fuera un videojuego”

Aunque el terrorista blanco de El Paso —considerado así por EU tras la presión de México ante la OEA— no recurrió al livestreaming, sí lo hizo otro admirador confeso de Trenton: el autor de la matanza de Buffalo.

El especialista en extremismo de la Universidad George Washington, J.J. MacNab, señaló al respecto que, a diferencia de los supremacistas de antes —Ku Klux Klan, grupos neonazis…—, los nuevos asesinos son adolescentes solitarios que pasaron horas y horas enchufados a foros racistas y sin control, y planean sus crímenes “como si fuera un videojuego”.

Dylon Roof con pistola y arropado por la bandera confederada de los esclavistas

Dylon Roof con pistola y arropado por la bandera confederada de los esclavistas

Twitter

“La idea siempre es: ¿Quién puede superar el número de asesinatos? ¿Cómo se consigue una puntuación mejor que la del anterior?”, declaró MacNab, que lamenta que se pasaran por alto señales de alerta como la ocurrida el 17 de junio de 2015, cuando Dylan Roof entró en la Iglesia Metodista Episcopal Africana de Charleston (Carolina del Sur) y abrió fuego contra los fieles que rezaban, matando a nueve personas, todos ellos de raza negra.

El joven, también contagiado de narcisimo-terrorismo, dejó a la posteridad su manifiesto neonazi y se fotografió armado y con la bandera confederada de los esclavistas.

Pudo más el odio a la raza negra, que consideraba inferior, que el miedo al destino que le esperaba si era atrapado vivo. Con apenas 21 años, Dylan Roof espera desde 2017 en el corredor de la muerte que se cumpla la pena capital.