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Hay riesgos mayores que el COVID, un texto de Gerardo Gamba

Es momento de darse cuenta que no sólo el COVID está cobrando la vida de cientos de personas, hay diversas razones de decesos que están pasando desapercibidas

Hay riesgos mayores que el COVID, un texto de Gerardo Gamba

Hay riesgos mayores que el COVID, un texto de Gerardo Gamba

La Crónica de Hoy / La Crónica de Hoy

En mi columna de la semana pasada comenté sobre la muy baja tasa de mortalidad infantil por COVID, con la intención de ofrecer a los padres de familia datos que les permitan conocer el riesgo real y no el imaginario. Para ampliar esta información, comparemos la mortalidad por COVID en niños durante el 2020, con las causas de muerte prevenibles en la infancia, con la que los padres de familia conviven desde el principio y se han acostumbrado al riesgo. Dicho esto, aclaro por supuesto que la muerte de un niño es una tragedia, pero son las estadísticas las que nos dan la oportunidad de vivir más tranquilos al saber que si bien, ocurren desgracias, la probabilidad de que sucedan es baja. Es algo similar a subirse a un avión. Cada vez que hay un accidente aéreo la noticia da la vuelta al mundo y es una tragedia en la vida de muchas personas. Sin embargo, dado los miles de vuelos que hay al día en el mundo y lo poco frecuente que ocurren este tipo de accidentes, no seguimos subiendo a los aviones sin mucha preocupación.

Según datos del INEGI en el 2020 la muerte por accidentes fue la primera causa de muerte en niños de 1 a 4 años, con 726, y en los de 10 a 14 años, con 523, y ocupó el segundo lugar en los niños de 5 a 9 años, con 395, y en los jóvenes de 15 a 24 años, con 5,232 defunciones. Aunado a esto, durante el 2020 ocurrió un impresionante y muy triste incremento en los suicidios en niños y jóvenes, al ubicarse como la tercera causa de muerte tanto en el grupo de 10 a 14, como en el de 15 a 24 años, con 278 y 2,024 respectivamente. Lo peor aún es que, en el grupo de 15 a 24 años, lamentablemente la primera causa de muerte son los homicidios con 7,406, aunado a otros 389 que ocurrieron en niños de 14 años o menos. Finalmente, hubo en ese año 1,052 muertes clasificadas como de intención no determinada, porque no quedó claro si fue debida a un accidente, a un homicidio o un suicidio. Luego entonces, en nuestro país fallecieron durante el 2020, 18,483 personas menores de 25 años por causas externas, violentas, súbitas y mayoritariamente prevenibles. Se oye espantoso y lo es. Sin embargo, dado el número de niños y jóvenes que existen en el país, la movilidad de estos y los riesgos de accidentes aun en casa, los padres de familia vivimos con eso, porque percibimos el riesgo como bajo, de lo contrario, no llevaríamos a los niños a ningún lado. En el mismo año el COVID ocupó entre la sexta y séptima causa de muerte en niños de las diferentes edades con un total de 1,413 defunciones en la población desde recién nacidos hasta los 24 años. Luego entonces, ocurrieron 13 veces más muertes por razones violentas y prevenibles.

No quiero decir con esto que los padres de familia no deban de estar preocupados y tomar las medidas para evitar los contagios por COVID. Hay que convivir con esto, haciendo lo que esté en nuestras manos para prevenirlo, así como lo hacemos con los accidentes. Lo bueno es que los números de las últimas dos semanas muestran que aparentemente esta tercera ola empieza a disminuir. En la ciudad de México y zona metropolitana había a principios de agosto 5 mil personas hospitalizadas por COVID y ahorita estamos en 3,804.