Tras una ampliación de contrato cerrada en un máximo de US$503 millones por 10 años (y actualmente le quedan dos años más con su contrato anterior), Patrick Mahomes se convierte en el jugador con el mayor salario de la National Football League norteamericana. Viendo la progresión de Mahomes, no es de extrañar que los de Kansas no hayan escatimado esfuerzos para mantenerlo dentro de sus filas: a sus 24 años ya sabe lo que es ser el MVP de la temporada 2018-19 de la NFL (y será el favorito para la 2020), a lo que además suma el título de jugador más valioso de la Super Bowl de 2020. Se convierte así en el segundo quarterback que consigue el Vince Lombardi con menos de 25 años. Y todo esto en apenas tres temporadas en la liga.

Así, con esta ampliación de su compromiso con los Chiefs, el jugador texano se ha garantizado un sitio en el equipo hasta el año 2032 y un cobro seguro garantizado de US41,48 millones en caso de lesión. Para poner en contexto las mareantes cifras del acuerdo, basta con decir que podría ganar hasta US$50,3 millones por año, lo que se traduciría en más de US$964.650 a la semana o US37.800 al día. Si, además, tenemos en cuenta que un equipo de la NFL no supera los 20 partidos por temporada (16 de liga regular en 17 semanas y 4 del playoff, incluida la Super Bowl), su salario por partido ascendería a los US$2,515 millones.

Mahomes se convierte en el deportista mejor pagado, pero los Chiefs volverán a encabezar las apuestas NFL al garantizarse su presencia en el equipo. Y, dada su juventud, hablamos de un proyecto de éxito con margen de mejora, que con el nuevo contrato de su estrella persigue una racha que puede hacer historia. Desde luego, el equipo vio en el jugador un potencial extraordinario ya desde 2018, cuando traspasaron a Alex Smith a los Redskins, lo que dejaba a Mahomes como el mariscal de campo titular solo un año después de incorporarse a la disciplina del conjunto texano.

FUENTE: Canal Kansas City Chiefs - YouTube

Es evidente que esa confianza recibió su recompensa este año, durante el pasado febrero, cuando Patrick Lavon Mahomes II se echó el equipo a la espalda para conquistar la segunda Super Bowl de la franquicia. La primera la consiguieron en 1970. Lógicamente, la afición en Kansas ya lo considera su nuevo ídolo. Tras la firma de su ampliación de contrato, declaró que confía en corresponderles con muchas más victorias y, por supuesto, más títulos.

Y desde el punto de vista del deportista, hay que tener en cuenta que las cifras que se comentan corresponden únicamente a la remuneración que percibirá en virtud de su contrato con los Chiefs, pero no incluyen los emolumentos a recibir gracias a los patrocinios con marcas comerciales, que en el caso de una superestrella como Mahomes alcanzarán cifras también multimillonarias

Porque a pesar de los números que se barajan para el acuerdo con su equipo, el sueldo de Mahomes todavía palidece si lo comparamos con los ingresos anuales de Roger Federer, que según la revista Forbes percibió cerca de US$106,3 millones durante el año pasado gracias a los US$101,36 millones que ingresa con sus patrocinios, moto que deja en ridículo los cerca de US$6,3 millones recaudados en premios de torneos. Estos patrocinios juegan un papel decisivo en los ingresos anuales de los deportistas profesionales, una obviedad, pero también en este aspecto Mahomes tiene un margen de mejora impresionante, al que solo frena la repercusión global de un deporte que, por el momento, mantiene dificultades para alcanzar una audiencia realmente global.