Opinión
La Crónica de Hoy / La Crónica de Hoy

"La violencia es una de las grandes industrias estadounidenses”.

Alain Bosque

Transcurría el año 445 después de Cristo, en plena decadencia del Imperio Romano, cuando el Capitolio fue saqueado por los vándalos, un pueblo germánico del norte de Europa. Por una desafortunada coincidencia de nombre, algunos elementos se repitieron el 6 de enero pasado en el Capitolio de Estados Unidos, en la antesala de la transición presidencial de ese país.

Dicen que la historia tiende a repetirse. Sin embargo, este ataque moderno al Capitolio constituye uno de los últimos actos relacionados con el presidente saliente, Donald Trump, quien se ha valido de todos los medios, esencialmente la distorsión de la información y la calumnia, para permanecer en la agenda pública.

Desde la campaña electoral anterior, hizo de la polémica una estrategia que le fue redituando en votantes y partidarios de una causa que en poco se distingue de lo que se vio esta vez en Washington. A finales de 2019, Trump veía cómo su popularidad iba en picada y recurrió a la polémica fácil. El resultado fue el primer juicio político que buscaba su destitución (o impeachment).

En medio de la pandemia, cuando la derrota se mostraba inminente, la estrategia del republicano no cambió. Con sutiles agresiones mediáticas, insistió en el fraude. Tanto tensó la cuerda que sus partidarios creyeron en esas arengas cargadas de embuste, sintiendo que era justo y verdadero el llamado a la acción.

Otra vez fuimos testigos atónitos de la industria máxima de Estados Unidos: la violencia, como dijo el escritor franco-ucraniano Alain Bosquet. Como consecuencia, Trump fue silenciado en redes sociales. Entonces vino el llamado a un segundo juicio, que aún está en proceso.

Un tema quedará pendiente: con tanta información fluyendo en redes sociales, es preciso reflexionar sobre los alcances de que empresas como Twitter o Facebook se transformen en moderadores de la democracia o en los encargados de aplicar medidas de control civil. ¿Está en riesgo la libertad de expresión? ¿La censura ha pasado a ser facultad de particulares?

Es difícil que sea destituido antes de que termine su mandato, pero en este momento, Trump ha recibido la mitad de los cuatro impeachments que se han dado en Estados Unidos (Andrew Johnson en 1868 y Bill Clinton en 1998).

Es una rara estadística, pero muy provechosa en la historia de la infamia.

@jorgegavino