Opinión

El patíbulo de la señora García Vilchis

El patíbulo de la señora García Vilchis

El patíbulo de la señora García Vilchis

La Crónica de Hoy / La Crónica de Hoy

Es correcto y normal que el gobierno, principal emisor institucional del país, esclarezca o corrija notas publicadas en la prensa que en su opinión sean inexactas o de plano equivocadas. Hay diferentes formas de hacerlo. Se puede hablar por teléfono con el autor de la nota o con el jefe de información del medio para hacerle las aclaraciones del caso, o mandar una carta con el mismo propósito y pedir que se publique. Pasa todo el tiempo y no hay nada de qué alarmarse. Son gajes del oficio.

Lo que es incorrecto y deja al descubierto una mente torpe y perversa es transformar esa aclaración en un linchamiento en el patíbulo mediático de las mañaneras. Ya no hay la intención de esclarecer un tema, se busca aplastar una crítica o pasar por encima de un medio hasta triturarlo.

La tendencia, lo vemos de manera cotidiana, es desacreditar a reporteros que dominan el oficio, y privilegiar patiños patéticos. Es una intentona de totalitarismo, de imponer una sola visión de la realidad. Los presuntos esclarecimientos no ayudan a comprender mejor un tema. Se limitan a mostrar sin maquillaje las fobias de un mandatario para que el que cualquier crítica es un agravio personal. No busca arrojar luz, sino intimidar.

La sección de “Quién es quién en las Mentiras de la Semana” ya tiene un lugar reservado en la historia de la infamia de la comunicación política en el país. Exhibe las limitaciones de su productor y de la vocera.

La obsesión del presidente por controlar a la prensa es enfermizo. El gobierno tiene una versión de los hechos, pero no está ni cerca de poseer la verdad por la sencilla razón que su lectura de la realidad pasa por sus apetitios políticos. AMLO es voraz. No sólo quiere conservar el poder que tiene, que ya es colosal, sino que quiere acrecentarlo para que el país sea lo que él quiere que sea.

Supone que su camino para tener un lugar en la historia al lado de Juárez o Madero pasa por evitar a toda costa que la prensa exhiba sus vergüenzas. Mandó cortar de manera tajante la publicad para que los medios entraran en un periodo de agonía y los que pretendieran sobrevivir tuvieran que publicar sus desvaríos como si fueran versículos de la Biblia. La sección se limita a tirar lodo al ahí se va, sin argumentos sólidos, con el afán de dañar.

Crónica ya fue una de las víctimas del opertivo de intimidación por la publicación de una nota sobre el irregularidades del Programa Sembrando Vida en Tlaxcala firmada por Daniel Blancas, un reportero de asuntos especiales con veinte años de experiencia.

El propio Blancas explicó que la nota tuvo su origen en un audio en el cual una técnica social del programa recrimina a un facilitador —de mayor rango en la estructura operativa— el mal uso de su usuario y contraseña para registrar en la plataforma logros irreales o inventados en torno al número de semillas sembradas y tipos de plantas.

Este reportero se dio a la tarea de buscar a la denunciante y de escuchar a otros actores involucrados en el tema, así como de revisar las reglas de operación y el esquema utilizado para registrar los datos. En suma, una pieza periodística profesional como todas las del reportero Blancas, al que le tocó una invitación no solicitada al patíbulo mediático de la señora García Vilchis.