Opinión

10 de Mayo

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10 de Mayo

La Crónica de Hoy / La Crónica de Hoy

Por segundo año consecutivo, el Día de las Madres será celebrado en medio de la Pandemia de Covid 19, y aunque en la Ciudad de México, el semáforo pasará a color amarillo que permite mayor holgura, no deja de ser un riesgo de contagios si la gente no toma las precauciones adecuadas al convivir las familias y las amistades en restaurantes y otros lugares, incluyendo el propio hogar.

Octavio Paz entre otros reconocidos intelectuales, mucho han dicho sobre el valor histórico que en México se le da a la maternidad, pero no es nuestro país el único que celebra a las madres, aunque en distintas fechas, muchas de ellas en mayo, porque ella bien lo merece, y por su conducto se ha perpetuado la humanidad desde al paso de los siglos.

Desde tiempos prehispánicos, la mujer que fallecía al dar a luz, era considerada como una semidiosa que eran conocidas como Cihuateteos; eran representadas en cuclillas y con la piel descarnada, con las manos hacia el frente, y de acuerdo a la mitología, ellas convertidas en aves, acompañaban el tránsito del sol, desde el amanecer, hasta el mediodía, que es el cénit. Luego daban paso a los guerreros que sucumbían en las batallas, también transformados en coloridas aves

Se sabe que antes de la conquista española, se escuchaba por la Anáhuac el llanto y los lamentos de una Cihuateteo que clamaba por sus hijos, los mexicanos, y este presagio fue reportado por varios cronistas españoles, entre ellos, Sahagún y Bernal Días del Castillo. Este es un posible antecedente de la leyenda de La Llorona que, de igual manera, se lamentaba por sus hijos, aunque este mito no es exclusivo de México pues existe en varias culturas.

Con un antecedente como éste, es fácil entender la razón por la que, en nuestra cultura mestiza, la maternidad sea tan apreciada desde hace siglos.

La fiesta del Día de las Madres tiene antecedentes en la Gracia clásica, donde se rendían honores a Rea, madre de los dioses Poseidón, Hades y Zeus, y ésta era conocida como Hilaria, y se celebraba durante tres días, el 15 de marzo, en el templo de Cibeles.

El cristianismo cambió esta costumbre por la hiperdulía, que es la veneración que se da a la Virgen María, y puso como fecha litúrgica el 8 de diciembre cuando la Iglesia recuerda a la Inmaculada Concepción.

En el siglo XIX, la poeta Julia Ward Howe organizó manifestaciones cívicas y religiosas en Boston entre madres de víctimas de la Guerra de Secesión, y ella propuso que se estableciera un día especial para ayudar a reconciliar a la gente de este conflicto, y Ann Jarvis, en Virginia, siguió el mismo camino.

El reconocimiento de esta formal de esta celebración tuvo lugar en 1914, en los albores de la Primera Guerra Mundial, cuando el presidente Wilson decretó la creación del Día de las Madres, y en México, surgió como respuesta a una fallida campaña de planificación familiar en Yucatán, y a la convocatoria de un diario de circulación nacional que hizo la convocatoria. Felicidades a todas las madres.