Leticia es la última víctima conocida de Las Gordas, una banda de ladrones que tomó el Soriana aledaño al Tec de Monterrey, campus  Ciudad de México, como centro de operaciones. Perdió más de cuarenta mil pesos porque Las Gordas se movieron rápido para hacer compras en tiendas cercanas a ese Soriana ubicado en las proximidades de Coapa y Tepepan (un área con muchas plazas comerciales).

La insistencia de Leticia para que se le haga justicia la ha llevado a empujar la investigación del caso por su cuenta y con sus abogados... y ha descubierto que esa tienda tiene un historial de 64 denuncias motivadas por robo a los clientes, estadística que nadie parece haber tomado en cuenta para hacer algo.

De ese total, la mitad de las denuncias se presentó en los últimos dos años. Es decir, cada mes sucedía algo suficientemente grave para que el asunto se presentara ante el Ministerio Público. Y Hay otros casos detectados por Crónica que no generaron denuncia formal, o bien porque el monto de lo robado no era suficientemente significativo para el ciudadano implicado o por temor (como es el caso de una anciana a la que los maleantes le pusieron una soga al cuello). En estos casos, los ciudadanos optaban por asumir la pérdida. No es el caso de Leticia, quien ayer ratificó su decisión de que esto llegue a fondo a raíz de su denuncia.

La víctima reiteró ante Crónica que quiere deslindar la responsabilidad de empleados de la tienda, especialmente de supuesto personal de seguridad que, al parecer, es contratado directamente por la empresa sin que sean revisados sus antecendetes, como sucede con los elementos de seguridad privada propiamente dichos. En la multitud de denuncias generadas en ese Soriana, una mujer que hace funciones de coordinación en áreas de videovigilancia de la tienda de autoservicio ha sido quien se ha presentado a declarar ante la autoridad. Es en ella en quien Leticia centra sus sospechas.

Leticia ha descubierto además que La Gordas tienen un bien estudiado sistema de saqueo a clientes a mitad de esta pasividad de quienes, desde la tienda o el gobierno, debieron advertir la incidencia constante de hurtos contra éstos.

En el Palacio de Hierro, la tarjeta robada a Leticia pasó una compra por un poco más de su límite de crédito. Eso llamó poderosamente la atención de Leticia quien, al indagar por qué los ladrones puedieron hacerlo, se enteró que la tienda permite un sobregiro con cierto procedimiento al momento de la compra. Para Leticia es claro que Las Gordas sabían todo esto y exprimen a sus víctimas al máximo.

“Es una red”, asevera y señala otros casos revelados después de las publicaciones de Crónica; uno de ellos implica al banco Santander, pues dos de sus sucursales entregaron dinero en ventanilla, con una INE robada a otra clienta del mismo Soriana. Los cajeros no revisaron la identidad de quien presentó la tarjeta bancaria y la credencial INE robadas, sencillamente entregaron el dinero.

Por ahora, Leticia espera recuperar su identidad (la banda de Las Gordas se llevó todas sus identificaciones) para poder revisar todas sus cuentas. Los videos de vigilancia ya fueron solicitados por el MP a Soriana.