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Álvarez-Buylla rompió lazos con la comunidad científica: Lazcano

Sin embargo, aún puede recular y lograr una cooperación más intensa que la lograda hasta ahora, señala el Premio Crónica. Critica la elección de colaboradores y visión del sector.

Sin embargo, aún puede recular y lograr una cooperación más intensa que la lograda hasta ahora, señala el Premio Crónica. Critica la elección de colaboradores y visión del sector.

Álvarez-Buylla rompió lazos con la comunidad científica: Lazcano

Álvarez-Buylla rompió lazos con la comunidad científica: Lazcano

La Crónica de Hoy / La Crónica de Hoy

La semana pasada, investigadores de diferentes instituciones se reunieron y entregaron una carta en Palacio Nacional, firmada por 50 académicos de la UNAM, UAM, Centros Conacyt, Cinvestav, entre otros, que a su vez ha recabado más de 11 mil firmantes en la plataforma change.org. La carta demanda terminar con las reducciones presupuestales del sector y revertir las agresiones gubernamentales de las que han sido objeto.

Los investigadores crearon el movimiento Pro Ciencia (@ProCienciaMx) con el objetivo de sumar a más científicos y generar un impacto mayor. Entre los que encabezaron la manifestación se encuentra Antonio Lazcano, profesor de la Facultad de Ciencias de la UNAM e intelectual, miembro de El Colegio Nacional.

El desencuentro con el Gobierno federal ha tenido como canal ineludible la cabeza del sector, el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), dirigido por Elena Álvarez-Buylla, no obstante, en entrevista, el Premio Crónica enfatiza que las manifestaciones contra las autoridades, que no han dejado de crecer, no es un acto dirigido en su contra ni una campaña de desprestigio. No obstante, Lazcano enfatiza su crítica a la funcionaria por haber roto los lazos con la comunidad científica, así como la visión unidimensional con la que dirige el sector.

El científico parte de dos puntos con los que inició la dirección del nuevo Conacyt. “Por una parte se encuentra el presupuesto: me sorprende que la directora del Consejo, como investigadora en activo, no haya protestado tajantemente por la reducción del 12 por ciento del presupuesto”. Por otra parte, añade, Álvarez-Buylla ha expresado muy legítimamente la preocupación que tienen muchos investigadores por los sectores más desprotegidos.

“Es importante cuando habla del diálogo de saberes para no perder las prácticas agroecológicas tradicionales, pero esto no puede ser un eje transversal de todas las disciplinas científicas, porque la medicina herbolaria o el manejo de los recursos naturales de las comunidades indígenas es un tema muy refinado, pero sólo es parte del conocimiento que se practica en el mundo contemporáneo, también se encuentra la física cuántica o la disolución de las altas energías en el medio interestelar o el desarrollo de nuevas vacunas”.

Lazcano apunta que hay una confusión entre lo que debe ser la definición de una política general y los objetivos particulares, “algo que ella debería de entender y manifestar de manera clara”.

Otra crítica es hacia su equipo de trabajo, dice, donde hay personas no capacitadas para el puesto que tienen, como el director del Sistema Nacional de Investigadores (SNI), Mario De Leo-Winkler, quien tiene una vocación más por la divulgación científica. “Es alguien que nunca ha hecho investigación y que no ha formado a un estudiante de doctorado ni ha sido parte del SNI y no puede estarlo dirigiendo. Es un administrador, no un director. Hay personas destacadas en puestos importantes, pero por otra parte tenemos a otras como aquella persona (Cristina Pouliot, directora de Comunicación) que cree en la astrología racionalista”.

El científico añade que Álvarez-Buylla representa una política en Conacyt teñida por sus puntos de vista, muy particulares, y no reflejan mucho de lo que la misma gente de Conacyt piensa. “Eso se ve reflejado en propuestas de ley, donde ella minimiza el papel de las sociedades científicas, asociaciones y el Foro Consultivo; si alguna lección nos da la ciencia moderna contemporánea es la importancia de la revisión de pares”.

La ciencia no es democrática, puntualiza, pero tiene que ser participativa. “No estamos pidiendo que se acepte por votación un proyecto o política científica, lo que estamos diciendo es que, con la diversidad de disciplinas que se practican en el país y el conocimiento dispar que tenemos sobre la realidad del aparato académico y científico, necesitamos de una participación colectiva, que incluya a las personas que han estado profundamente preocupadas por desarrollar esa atmósfera científica”.

El biólogo menciona que nadie de la comunidad científica niega que hay defectos y errores, los cuales han sido señalados desde hace décadas, independientemente del gobierno en turno. “Nadie está de acuerdo con los defectos que ha tenido la política científica y tecnológica del país, pero reconocerlos y proponer soluciones no puede hacer tabula rasa de todas las ventajas y virtudes que ya se tienen”.

El científico puntualiza que no es demasiado tarde para que la directora del Conacyt recule y se dé cuenta de que debe tender lazos con la comunidad científica para crear una atmósfera de cooperación más intensa que la lograda hasta ahora. “También debe quedar claro que no hay ningún ataque personal en su contra, verlo así es un error. En lo personal no estoy ni a favor ni en contra de su renuncia a Conacyt, pero lo que sí es importante es que ella se percate de la necesidad de volver a tender lazos, nos sorprende que los haya cortado”.

CIENCIA RACIONALISTA. Cuando designaron a Álvarez-Buylla, relata, compartió su simpatía por la decisión puesto que era una investigadora en activo, que invitó a su vez a muchas mujeres a colaborar con ella. “Pero las expectativas iniciales, en mi caso, se vinieron abajo cuando ella comenzó a protestar contra la ciencia 'hegemónica, occidental y racionalista'", esa misma que ha criticado y por la que ha sido criticada a su vez en estos días en las redes sociales: “la ciencia occidental ha producido los avances más deslumbrantes y, a la vez, más inútiles, como la llegada a la Luna", dijo en 2015.

“El racionalismo, como modo de conocer la naturaleza, es uno de los grandes triunfos epistemológicos del mundo, uno de los triunfos de la Ilustración. No se puede desdeñar eso sin dar una alternativa más poderosa y no la ha habido hasta ahora”. De nuevo, “no es un tema personal y, como dicen mis amigos a los que les gusta el futbol, la pelota está en su cancha. Es ella quien tendría que rehacer lazos y tender puentes, y acercarse a las sociedades científicas, al Foro, a las academias y darse cuenta de que para que todo funcione no basta con enviar tuits diciendo: ‘ya me reuní con directores de los Centros Conacyt’, sino acciones concretas”.