Opinión

A 100 años de la muerte de Ramón López Velarde

A 100 años de la muerte de Ramón López Velarde

A 100 años de la muerte de Ramón López Velarde

La Crónica de Hoy / La Crónica de Hoy

Se cumplió un siglo del fallecimiento del poeta zacatecano Ramón López Velarde, quien llegó a ser declarado el poeta nacional como lo proclamó José Vasconcelos, y cuya obra más conocida es Suave Patria en la que queda de manifiesto su gran amor por México.

Maderista de corazón, López Velarde nació en Jerez, Zacatecas, el 15 de junio de 1888, en el seno de una familia profundamente religiosa. Su padre, abogado, fundó un colegio católico en Jerez y para el año 1900, Ramón López Velarde ingresaba al Seminario de Zacatecas donde permaneció durante dos años; luego se trasladó al Seminario de Aguascalientes, pero, en 1905 se enamoró de Josefa de los Ríos a quien daría el sobrenombre de “Fuensanta” y por siempre sería su musa, no obstante, ella era ocho años mayor que él.

Fue en ese tiempo cuando López Velarde decidió no ser sacerdote y se inició en el periodismo con el seudónimo de Ricardo Wencer, colaborando en la revista Bohemio que se editaba en Aguascalientes. Para 1908 decidió estudiar leyes en la Universidad de San Luis Potosí y siguió escribiendo en El Observador, El Debate, Nosotros y también con El Regional, Pluma y Lápiz, de Guadalajara, entre otros.

Él conoció la obra del nayarita Amado Nervo y al español Andrés González Blanco que lo llevaron hacia el modernismo literario y en 1910, fecha en la que estalló la Revolución, realizó apuntes que le serían útiles para su primer libro La sangre devota que publicaría en 1916.

Ramón López Velarde brindó su incondicional apoyo a Francisco I. Madero a quien conoció en 1910 y a través de sus escritos se convirtió en un entusiasta vocero de su causa. Para 1911, cuando cayó Porfirio Díaz y partió rumbo al destierro en Francia, él obtuvo el título de abogado y fue designado juez de primera instancia en “Venado”, un pequeño pueblo de San Luis Potosí.

A finales de este año, viajó a México con la esperanza de que Madero, nuevo presidente de la República, le diera algún cargo en su gabinete, pero no ocurrió así. Algunos Analistas consideran que la negativa se dio a causa del catolicismo militante de López Velarde, quién de todos modos, siguió firme en sus ideas políticas a favor de la democracia y la justicia social.

López Velarde está ligado a la frase “Sufragio efectivo no reelección”, que lo vincula al ideal revolucionario de México y que fue adoptada por Francisco I. Madero en el Plan de San Luis y a la cual también estuvo vinculado, desde la trinchera de las letras

A partir de 1915, López Velarde comenzó a escribir poemas más personales, añorando su pueblo natal: Jerez y a su primer amor: "Fuensanta", su musa de juventud que murió en 1917. En su primer libro, La sangre devota estuvo dedicado a los poetas mexicanos: Manuel Gutiérrez Nájera y Manuel José Othón, y en esta publicación, como en casi toda su obra, destacan sus valores religiosos.

López Velarde murió el 19 de junio de 1921, a los 33 años. Dejó un libro inédito, El son del corazón, publicado hasta 1932. El 15 de junio de 1963 sus restos fueron llevados a la Rotonda de los Hombres Ilustres del D.F.