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A Leonor le gustaría afiliarse... “pero si la cuota fuera de $100”

Leonor Espinoza dejó su hogar en Mazatlán Villa de las Flores, en la región oaxaqueña de La Cañada, hace tres años, con la idea de obtener más ingresos y cumplir el deseo de estudio de sus dos hijos veinteañeros: uno anhela ser ingeniero farmacéutico y la otra abogada.

A Leonor le gustaría afiliarse... “pero si la cuota fuera de $100”

A Leonor le gustaría afiliarse... “pero si la cuota fuera de $100”

La Crónica de Hoy / La Crónica de Hoy

Leonor Espinoza dejó su hogar en Mazatlán Villa de las Flores, en la región oaxaqueña de La Cañada, hace tres años, con la idea de obtener más ingresos y cumplir el deseo de estudio de sus dos hijos veinteañeros: uno anhela ser ingeniero farmacéutico y la otra abogada.

Viajó a la Ciudad de México, donde su única alternativa fue el trabajo doméstico, tema abordado ayer por el gobierno federal en busca de incrementar los registros ante el Instituto Mexicano del Seguro Social. “Yo ni me enteré del anuncio, porque no tengo televisión”, cuenta Leonor.

Aquí, en la capital, se sumó a la lista de pobreza, con apenas lo indispensable para subsistir y ayudar un poco a sus hijos. Rentó un pequeño cuarto en Ciudad Nezahualcóyotl. “Como máximo, podría pagar 100 pesos de cuota al mes, si es más dinero, no me alcanzaría”, dice.

Hoy Leonor gana entre 4 mil y 4 mil 500 pesos al mes, con una labor en tres casas diferentes.

Conforme al tabulador del IMSS, en este programa piloto de registro, sólo si la trabajadora gana menos de 3 mil 80 pesos mensuales, está exenta de pago. Si obtiene hasta 3 mil 802 la cuota es de 90 pesos, y 904 pesos para el patrón (o patrones, si son distintos los hogares donde se brinda el servicio; en ese caso, el desembolso es proporcional a los días trabajados) y así se va incrementando según el salario.

Allá en Villa de las Flores tenía un puesto de dulces, frente a la escuelita de la comunidad. “Me vine a la ciudad por mis hijos, para lucharle con lo del colegio, porque allá en mi pueblo se gana muy poco”.

—¿Cómo describirías estos años en el servicio doméstico?

—Sí es pesado, pero me gusta, aunque algunas personas quieren que les hagas todo, te tratan como si no tuvieras derechos; que esté limpia su casa y ya, ni un taquito te invitan, aunque también hay gente buena.

Hoy, cuando enferma, Leonor acude a los médicos similares, porque son más baratos.

“O a veces me aguanto a regresar a mi tierra, porque en un poblado que se llama Huautla tengo una comadre que le sabe a la medicina”.

—¿Cómo ve la opción del IMSS?

—Estaría bien, porque no tengo servicio médico y hay días que tampoco cuento con dinero para ir al doctor.

—¿Aun si debe pagar una cuota?

—¿De cuánto? Si es pequeña sí, grandota no, porque estoy yo solita.

—De acuerdo a lo que ganas al mes, serían 120 pesos…

—Si me la dejan a 100, está bien.

—¿Le pedirías algo más a las autoridades?

—He escuchado de unas tandas, que te prestan dinero.

—Son las tandas del bienestar, pero sólo es si se tiene un pequeño negocio —se le comenta.

—Pues lo quiero hacer, comenzar a vender en mi tiempo libre, para ayudarme. Voy a comprar aretitos y anillos de fantasía, yo creo que sí me prestan y, lo del IMSS, es cuestión de pensarlo…