Tan pronto sean solventados todos los obstáculos judiciales, ingenieros y soldados de la Secretaría de la Defensa Nacional trabajarán “día y noche” en el Aeropuerto de Santa Lucía, Estado de México, dijo el presidente Andrés Manuel López Obrador.

Tras la decisión de un juez de eliminar una de las suspensiones contra la obra, el mandatario habló de una labor ardua, con el objetivo de cumplir el plazo prometido y entregar este puerto aéreo en el 2021: “Ya estamos preparados, son muy buenos los ingenieros de la Sedena, les tengo mucha confianza, se aplican a fondo, estas obras hay que hacerlas rápido, que no causen daño y entre más pronto mejor. Ya están todos los proyectos”.

La resolución judicial sí arroja luz sobre el proceder en el caso de otros juicios interpuestos, aunque no significa el arranque automático de los trabajos, pues aún deberán agotarse algunos medios de impugnación.

Con Santa Lucía, reiteró el mandatario, el gobierno ahorrará más de 100 mil millones de pesos. El proyecto anterior costaría, en el papel, 300 mil millones y la actual administración, aun con el pago de bonos a constructoras, terminará pagando mucho menos.

“De la que nos salvamos —festejó—, porque el construirlo en el lago de Texcoco era ir al despeñadero, nos iba a llevar a desbarrancarnos y nos hubiésemos hundido en un lugar fangoso”.

Los amparos, denunció, fueron orquestados por grupos adversarios, en coordinación con 16 despachos. Ahora la idea del gobierno es desarrollar en Texcoco obras de mejoramiento hidráulico e impulsar el resurgimiento del lago.

“Lo que está construido es prácticamente nada. Hay unos foniles que iban a ser la estructura de ese magno techo que costaría trabajo hasta limpiarlo. La base de la cimentación es todo lo que hay, una cantidad enorme de gasto, de concreto y de pilotes, pero todo está enterrado”, describió Javier Jiménez Espriú, secretario de Comunicaciones y Transportes.

“La conservación de eso sería una barbaridad, no sirve para nada. En lo legal, hay un amparo para que se preserven esas obras, porque existe la idea de que a lo mejor un día alguien decide volver a hacer el aeropuerto de Texcoco; pero cada día hay más datos de que eso no debió haberse construido nunca, ya se ha hundido varios centímetros desde que se paró”.