Opinión

¿A poco no lo sabía el alcalde?

¿A poco no lo sabía el alcalde?

¿A poco no lo sabía el alcalde?

La Crónica de Hoy / La Crónica de Hoy

Sin duda el asunto de la pesca ilegal de la totoaba está subiendo peligrosamente de tono, pues… ¡OJO!... ya no están siendo el punto focal ni la vaquita —víctima colateral— ni directamente el pez aludido, cuya captura obedece al exorbitante costo de su vejiga.

Ahora, lo más peligroso están siendo los vacíos legales, y que a fuerza de estarnos acostumbrando a la violencia ya no medimos el potencial daño que una simple palabra agresiva puede provocar, y no digamos una directa amenaza de muerte o contra la integridad física de cualquiera, como de hecho está pasando ahora con Carlos Loret de Mola, a quien descaradamente —por voz propia e imagen— amenazó el pescador sanfelipeño Sunshine Antonio Rodríguez, que hasta eso…

¡gracias!... lo quiere vivo para solamente “tumbarle” los dientes.

Aquí no debemos valorar los hechos en relación con la simpatía, antipatía  método o fuente de trabajo del periodista, sino entender que se trata de alguien intimidado por practicar la profesión más peligrosa a  de­sempeñar en México, y que en este par­ticular caso, por dar a conocer datos duros y concretos sobre esta nueva misión del crimen organizado, su supervivencia corre peligro, así como la seguridad de los inspectores de la Profepa y la de los mismos Marinos, que por increíble que parezca están terminando por ser los malos de la historia al cumplir con su deber y hasta por defenderse, mientras que los violentadores hacen lo que quieren sin que las autoridades competentes les pongan un alto, ¿Dónde entonces quedó eso de que nadie ni nada por encima de la ley?

Y ya que estoy en esto de la impunidad y los protegidos, permítaseme volver al tema de la semana pasada… sí… al de los bovinos gravemente lesionados a causa del estallido de unas pipas que estaban siendo clandestinamente abastecidas de gas LP, en el mismo predio donde se encontraban los animales. Y es que a efecto de la investigación resulta que siempre sí, como se presumió, el lugar también era utilizado como rastro furtivo. Justo ayer recibí imágenes que no dejan duda, asegurándoseme igualmente que de acuerdo con versión de los vecinos, José Octavio Rivero Villaseñor, Alcalde de Milpa Alta —demarcación donde sucedieron los hechos— tiene estrecha relación con los supuestos propietarios del terreno, personas incluso descritas como “influyentes” y encima señaladas como propietarias de una carnicería cercana, entendiéndose así el particular interés de personal de la Alcaldía para que los animales, pese a las serias quemadas externas e internas que sufrían, les fueran devueltos a quienes los reclamaban sólo a la palabra, sin acreditar su propiedad, factor que coincide con que primeramente el funcionario de salud a la cabeza ofreciera alimento y apoyo para trasladarlos a lugar más adecuado para su atención médica porque ahí ni agua tenían, para posteriormente, viendo lo que se estaba conformando legalmente, hacerse ojo de hormiga. Pero…

Suponiendo que eso de ser amistades omnipotentes me fuera negado, mucho más grave resultaría que siendo oriundo del pueblo donde se produjo la explosión, el alcalde alegara haber desconocido tal situación de riesgo, que de pronto solamente ocasionó cuatro lesionados humanos y los bovinos, de los que por cierto omití citar el otro miércoles, que su aseguramiento procedió gracias a que el titular de la FEDAPUR, Lic. José Feliciano Espinosa Nolasco y su MP Valeria Ordaz Carmona, realizaron las gestiones pertinentes ante la fiscalía municipal para atraerse el caso vía maltrato a las criaturas, evitando con ello que fueran entregadas a quienes las reclamaban y que según… ¡cómo no!... les proporcionarían las curaciones necesarias, peor todavía, cuando su condición resultó mucho más severa de lo dictaminado en principio, aunque gracias a Dios el pasado lunes ya estaban respondiendo de forma muy positiva al tratamiento y cuidados recibidos en la FMVZ-UNAM, donde de conformidad a lo expresado por el Dr. Arturo Olguín, ellos —el toro y las dos vaquitas-—“les han enseñado grandes cosas”, y…

¿Qué más decir sobre la propuesta de la diputada poblana de Morena, Cristina Tello Rosas, que no haya sido ya expresado amplia y sonoramente en las redes sociales? Y es que resultó tan fuera de lugar, torpe e ignorante eso de proponer eliminar ­perros para que no sean “molestia ciudadana”, que incluso implicaría perder el tiempo hasta insultársela.

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