Gabriela García Acosta*

Feliú Davino

Sagols Troncoso**

En México las ciencias y el desarrollo tecnológico son ajenos para la mayoría de nuestros compatriotas. Factores sociales, políticos, económicos e incluso religiosos han influido en esta condición.

Los esfuerzos por “convertir a la ciencia, la tecnología y la innovación en elementos fundamentales de la cultura general de la sociedad” como plantea la Ley de Ciencia y Tecnología vigente, se realizan a través de múltiples acciones que se extienden desde la educación formal hasta la divulgación científica y se caracterizan por su amplia diversidad.

Ejemplos de ellas son las olimpiadas del conocimiento, ferias de divulgación, revistas, artículos y boletines impresos, audiovisuales y digitales; congresos, jornadas académicas, cursos, talleres, estancias, museos; concursos, becas, una amplia gama de posgrados y repositorios de acceso abierto. Todas realizadas en forma permanente o temporal con el firme propósito de acercar el conocimiento de frontera a la población en general para que se beneficien, y en el mejor de los casos, lo incorporen a su acervo de vida, es decir, lo “hagan suyo” y aspiracionalmente se estimulen vocaciones científicas desde temprana edad.

En lo que concierne a la educación básica, las diversas reformas educativas han pretendido, mediante modelos educativos, planes y programas de estudio, libros de texto y materiales didácticos, acercar y promover el interés por la ciencia. Por su parte, la educación media superior y superior, cada una con su misión y dinámica específica, ha impulsado la ciencia, la tecnología y la innovación junto con la masificación de sus servicios educativos y el incremento en la formación de los profesionistas. Sin embargo, el balance de estas acciones no se encuentra solamente en las evaluaciones del desempeño escolar, en la obtención de un título académico, y en conseguir, mantener y progresar en un empleo (tarea cada vez más compleja).

Los jóvenes y adultos que por cuenta propia o con apoyo de una beca, realizan estudios de posgrado que los aproximan a la investigación científica son pocos y menos los que la eligen como un proyecto de vida. A pesar de esto se ha consolidado una comunidad científica altamente calificada que, integrada a los ámbitos productivos, social y académico, participan en el desarrollo del país desde sus respectivas disciplinas mediante proyectos de investigación, producción y divulgación científica. Sin embargo, algunos sectores dedicados exclusivamente a desarrollar la investigación se han centrado en aspectos teóricos, necesarios para la construcción del conocimiento, pero distantes de la apropiación social de sus resultados.

El tema es complejo y multifactorial, aproximarse sólo desde el flanco que corresponde a la apropiación social de las tecnologías de la información y la comunicación es un desafío teórico y metodológico que investigadores del Laboratorio de Apropiación de Tecnología de la Información y Comunicación (LAPTIC) del Centro de Investigación e Innovación en Tecnologías de la Información y Comunicación, han asumido desde hace tiempo.

Esta unidad multidisciplinaria aborda temas como brecha digital, apropiación social de las TIC, la estrategia digital nacional, y la alfabetización digital y mediática. Algunos de sus estudios y proyectos plantean que si bien existen diversas perspectivas teóricas sobre la apropiación social de las TIC, es posible extraer dos condiciones imprescindibles para que se lleve a cabo; en primer lugar, el acceso a la ciencia y la tecnología en lo cotidiano, lo cierto es que en pleno siglo XXI gran parte de la población mexicana se encuentra en condiciones donde los factores históricos, socioeconómicos, demográficos, geográficos y tecnológicos plantean retos individuales, colectivos, locales y nacionales.

La segunda es el uso, que va más allá de su consumo e implica la aceptación de la ciencia con tal sentido y significado que sea posible adaptarla y adoptarla con pertinencia en el contexto de cada individuo, de cada comunidad, es decir, ponerla en práctica con la finalidad de otorgar un valor agregado a lo que se hace, impactando en el desarrollo de la persona y su entorno. También deseablemente, superar el velo de omnipotencia que socialmente se le ha conferido, para analizarla, deconstruirla, reconstruirla y transferirla de acuerdo a nuestras necesidades.

En razón de lo anterior, los investigadores del LAPTIC, a través de los resultados de sus investigaciones, buscan incidir en las políticas públicas con la finalidad de que se incluyan acciones adecuadas para los sectores vulnerables, se mejoren los mecanismos para la articulación de los distintos niveles de gobierno, se amplíe la cobertura de programas dirigidos a la población que se encuentra en la brecha digital, se incremente la inversión de infraestructura, y se establezcan indicadores cuantitativos y cualitativos que permitan en forma objetiva dar cuenta de los avances de los programas, proyectos y líneas de acción que se implementen en materia de apropiación social de TIC.

En el Laboratorio también se desarrollan modelos de apropiamiento tecnológico en los ámbitos social, gubernamental y empresarial, y se cuenta con un Centro Especializado en Alfabetización y Certificación de Habilidades Digitales (#AgDigital) en Aguascalientes, cuyo objetivo es implementar estrategias que aumenten el aprovechamiento de las TIC para la población menos favorecida y los sectores prioritarios del estado.

Las acciones que realiza este Laboratorio abonan al derecho humano de gozar de los beneficios del desarrollo de la ciencia y la innovación tecnológica como plantea el proyecto de enmienda del artículo 3º de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos que recientemente aprobó la Cámara de Diputados, que representa para el país un reto descomunal, necesario y urgente si aspiramos a que entre los resultados de las acciones encaminadas a la apropiación social de la ciencia y la tecnología, se observen cambios en las decisiones de los mexicanos respecto al cuidado del medio ambiente, en la responsabilidad que asuman sobre su nutrición, su salud física y mental; en la consciente corresponsabilidad de que la tarea de educarnos nos concierne a todos, en la participación reflexiva y crítica de la democracia, en la construcción de una ciudadanía que asume sus obligaciones y que ejerce sus derechos con respeto y tolerancia.

*Gabriela García Acosta

Subgerencia de Docencia

**Feliú Davino Sagols Troncoso

Dirección Adjunta de

Investigación y Conocimiento

INFOTEC Centro de Investigación e Innovación en Tecnologías de la Información y Comunicación.