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Adictos por Curiosidad: Juan comenzó a fumar mariguana a los 14 años

SERIE: Crónica continúa su recorrido por las historias de quienes han caído en garras de las adicciones; son ellos el centro de una gran campaña oficial a punto de ser lanzada por la administración amlista. La hipótesis de la IV Transformación es sencilla: debe darle a muchachos como estos becas laborales o escolares, pero además debe centrarlos en metas claras de vida, lejos del alcohol y las drogas 2 Los Centros de Integración Juvenil ayudan a nuestro diario en esta revisión, por lo que hacemos patente nuestro agradecimiento.

Lo que parecía un juego de “niños” para ser aceptado por un grupo de amigos, es hoy una lucha diaria por rehabilitarse, con recaídas y arrepentimientos, dice a Crónica este joven de 17 años.

Adictos por Curiosidad: Juan comenzó a fumar mariguana a los 14 años

Adictos por Curiosidad: Juan comenzó a fumar mariguana a los 14 años

La Crónica de Hoy / La Crónica de Hoy

Es cierto, la necesidad de sentirte aceptado en un pequeño grupo de amigos, te puede arrastrar a hacer cosas que quizá nunca pensaste, que no te imaginabas, o que incluso, jamás las contemplaste.

Juan tiene 17 años, pero hace tres, cuando iba a cumplir 14, comenzó a fumar mariguana, sólo por sentirse aceptado en un grupo de compañeros de la secundaria… lo que comenzó como un juego de “niños”, se convirtió en una verdadera lucha por dejar lo que se convirtió en una adicción que lo llevó a fumar diario alrededor de seis a siete pipas de mariguana.

Pese a su altura, su carita aún conserva rasgos de niño, de un joven que está en plena adolescencia. Sus largos y delgados dedos se entrelazan, con notorio nerviosismo sobre la mesa.

En entrevista con Crónica, Juan confiesa que comenzó a fumar mariguana por curiosidad, “pero, la verdad es que hasta ahora me doy cuenta que ese sentido de pertenencia, con ese grupo de amigos  me llevó a un problema de adicción, con el que todavía sigo luchando”.

La mamá de Juan se dio cuenta de lo que estaba sucediendo con su hijo, quien prácticamente está como hijo único en estos momentos, ya que su hermana mayor ya se casó, y la más pequeñita, apenas tiene dos años.

A Juan le descubrieron mariguana entre sus cosas y aunque trató de negarlo, no tuvo los suficientes elementos para poder convencer a su mamá que ese producto no era de él.

Sin tener más remedio que aceptar lo que estaba haciendo, la forma de “convencerlo”, por parte de su padre, fue tan contundente, que Juan no tuvo más  alternativa que acudir a los Centros de Integración Juvenil (CIJ), para tratar de frenar a tiempo esa situación.

De lo contrario —la amenaza fue severa e irrevocable— lo llevarían a un anexo, y tendría que dejar sus estudios.

En el Centro de Integración Juvenil, Juan comenzó a recibir pláticas de prevención de drogas, en donde todo el personal, cuenta, le demostró verdadero interés porque él se alejara del consumo de la mariguana, las pláticas que recibía tenían el claro enfoque de la prevención de las adicciones, con la clara explicación de que en muchos de los casos, la mariguana se convierte en la puerta de entrada para el posterior consumo de otro tipo de drogas.

Un par de meses de asistir a sus pláticas fue suficiente para que Juan hiciera de lado el consumo de esa yerba. Sin embargo, al año, tuvo una recaída, por lo que nuevamente fue enviado al CIJ, pero en esta ocasión, las charlas cambiaron, ya eran de otro tipo, no estaban enfocadas a la prevención, sino a la adicción.

De esto hace poco, apenas ocurrió en septiembre pasado, su proceso para abandonar esa adicción lleva escasamente siete meses y medio, y aunque ya tenido sus momentos de recaídas, en que vuelve a consumir, Juan ha comenzado a asimilar que realmente tiene un problema de adicción que no debe descuidar.

“Ya comenzaba a tener como diferentes síntomas de adicción, porque ya andaba muy inquieto cuando no fumaba, me sudaban las manos y me estaba dando cuenta que ya la estaba necesitando como demasiado, como con más frecuencia, y es entonces cuando mi mamá vuelve a intervenir de nuevo”, relata.

En estos pocos meses, Juan ha logrado reducir de manera considerable su consumo, el cual ya no es diario, incluso, ha logrado aguantar hasta un mes completo, aunque también admite que no ha sido fácil, y “pues si he tenido mis recaídas, pero ya no es tanto como antes que era diario ni a cada rato, que nada más quería estar fumando”.

Para tratar de contrarrestar esas crisis que tiene de ansiedad, decidió comenzar a practicar box, “y la verdad es que eso me ha ayudado bastante para mi ansiedad, y ya me pone más relajado y siento que ya no necesito tanto la mariguana”, cuenta.

Con una timidez notoria, sin poder definir si es por tener una entrevista con una persona que no conoce o si es por el miedo de hablar de su adicción, cuenta que ahora su vida se concreta a levantarse, acude al taller de costura que tiene su papá, donde ayuda a diversas labores, después se va a entrenar box y regresa a su casa, ya lejos de aquellas amistades que sin darse cuenta en un principio tantos problemas le generaron, mientras que estudia la primaria en el sistema abierto sabatino.

“Sí, me arrepiento de haber consumido la mariguana, pero he estado tratando de salir adelante, y dejar atrás la adicción y poco a poquito me voy sintiendo bien conmigo mismo, aunque no ha sido fácil, ya no la estoy consumiendo tanto”.

Recuerda que en la primera recaída su mamá se enojó mucho, lo regañó y hasta lo castigó, pero ya después comprendió  que Juan estaba dentro de todo un proceso, en el cual iba a necesitar todo el apoyo y comprensión de su familia, tal y como le estaba ocurriendo con todos sus instructores del Centro de Integración Juvenil.

Algo en los gestos de Juan dejan ver  poco convencimiento, cuando se le pregunta si está plenamente convencido de que debe dejar el consumo de la mariguana y no correr el riesgo de que esa adicción sea más fuerte e incluso que lo pudiera llevar a consumir otro tipo de drogas.

“Me siento mal, me arrepiento de lo que hice, pero pues es un proceso en el que estoy, y sí, ha sido un poco difícil tener que dejarlo y saber que tengo que dejarlo para siempre, aunque no quiera, porque pues sí me gustaban los efectos que sentía, como de mucha paz, mucha tranquilidad, como que nada te importa, aunque sí hay veces que extraño mucho los efectos y trato de no pensar tanto en eso, pero sé que tengo que ir saliendo de esto poco a poco”.

Ante las crisis de ansiedad, Juan revela que al parecer, comenzarán a medicarlo, para poder controlarlas, “en la última consulta hable con mi psicóloga y sí, parece que me van a comenzar a medicar, pero, pues dice mi psicóloga que ahí voy, avanzando”.