Cultura

Adiós, Tomasa es una novela sobre el origen del narcotráfico: Geney Beltrán

Entrevista. “Ese mundo no es muy registrado en la literatura. Son pueblos pobres para los cuales sembrar cochinadas es la única vía de subsistencia, es un negocio perfectamente normalizado, no hay ninguna reprobación moral y al traducirse en dinero, le da una posición de primacía a los narcos”, señala.

Entrevista. “Ese mundo no es muy registrado en la literatura. Son pueblos pobres para los cuales sembrar cochinadas es la única vía de subsistencia, es un negocio perfectamente normalizado, no hay ninguna reprobación moral y al traducirse en dinero, le da una posición de primacía a los narcos”, señala.

Adiós, Tomasa es una novela sobre el origen del narcotráfico: Geney Beltrán

Adiós, Tomasa es una novela sobre el origen del narcotráfico: Geney Beltrán

La Crónica de Hoy / La Crónica de Hoy

"Cuando se ha hablado del narcotráfico en la narrativa se ha dado la visión urbana, de las relaciones con aparatos policiacos y del trasiego de la droga hacia el norte del país, pero no se habla del origen, de los lugares donde se siembra droga", señala en entrevista Geney Beltrán (Tamazula, Durango, 1976) a propósito de su libro Adiós, Tomasa.

La novela editada por Alfaguara cuenta la vida de Flavio, un niño que nació en una ranchería de la Sierra Madre Occidental, Tamazula, desde donde observa cómo la venta de droga es el negocio para vivir y cómo la migración a Culiacán y Estados Unidos es sinónimo de futuro.

“Es una novela que tiene que ver con el entorno rural, es el área occidental de Durango, en la Sierra Madre, es un área dedicada mucho a la siembra de mariguana. Está situada en los años 80 y la historia se centra en una familia que recibe a Tomasa, una muchacha adolescente que llega a trabajar a la casa, y a partir de eso se establecen relaciones afectivas”, comenta el autor.

Aunque el personaje de Tomasa aparece poco en la novela, Geney Beltrán indica que es una figura que le sirve para hablar de un mundo violento y de una sociedad machista, aspectos que se acentúan con el lenguaje procaz con el que se educa a los niños.

“Ese mundo no es muy registrado en la literatura. Son pueblos pobres para los cuales sembrar cochinadas es la única vía de subsistencia, es un negocio perfectamente normalizado, no hay ninguna  reprobación moral y al traducirse en dinero, le da una posición de primacía a los narcos”, señala.

Eso, combinado con la educación machista y la falta de aparato de la ley provoca numerosos abusos, entre ellos, desapariciones y violaciones a mujeres.

“La violencia contra las mujeres es una suerte de consecuencia nefasta del narcotráfico, el machismo y la falta de que llegue la ley a un lugar. Considero que la mujer ha sido depositaria de las proyecciones de toda la sociedad”, opina.

El autor, que considera esta novela con toques autobiográficos, conservó en la narración expresiones propias del norte del país.

“Este mundo plantea que hay una violencia que se transmite en la palabra, que está en el lenguaje, que se actualiza en ciertas circunstancias porque no es un pueblo en donde haya balaceras cada tarde. Al mismo tiempo, me interesaba que en ese mundo se vieran los aspectos más afectivos de la existencia: apegos, ternura y protección porque si sólo predomina la visión de la violencia, estamos dando una visión incompleta”, indica.

MIGRACIONES. En la novela de Geney Beltrán los personajes deben ir hacia Culiacán en busca de doctores o algún servicio del que carecen en la sierra, es el caso del protagonista, Flavio, quien es un niño enfermizo.

“La mudanza a Culiacán es un fenómeno enorme y muy común allá, a veces es por la violencia, por la pobreza o por oportunidad de estudios y trabajo. Esa transición me interesó mostrarla y tenía la intuición de que en el pueblo era más fácil escuchar las voces de los distintos vecinos, pareciera hasta un narrador coral, pero en la ciudad es más difícil porque el ruido es ensordecedor y entonces hay una búsqueda de introspección de los personajes”, indica.

Al principio de la novela, Flavio y las mujeres de su casa: su propia madre, Elsa y Tomasa, son una especie de observadores que ven desde sus rincones —la cocina, principalmente— cómo llegan los primos metidos en El Negocio o cómo lo gringo es lo más apreciado.

— Plasmas la relación con Estados Unidos, ¿cómo es esa convivencia con la frontera?

— La relación con Estados Unidos es del único país que existe fuera del propio. Hay una suerte de geografía básica en donde está México y el único con el que se puede relacionar es con Estados Unidos. Es el lugar donde uno puede hacer dinero.

“Hay  un cuestionamiento en la novela que bocea el propio Flavio cuando se pregunta por qué los muchachos se tienen que ir al otro lado de mojados. Él sabe que si se quedan morirán de hambre y eso provoca una autodenigración de lo mexicano”, responde.

En opinión del autor, si la enseñanza es que no existe ningún futuro en México, la migración es inevitable.

“Una idea recurrente es que no hay nada que te garantice algo y es un aprendizaje muy dañino a los niños para la identidad personal por el hecho de ser hijo de un país que no vale la pena, de un país que existe para que te vayas de él”, comenta.